Tira los dados dodecaedros de tu personalidad: el neuroperfil (I)
Posted: 19 Nov 2009 10:16 AM PST
Tres son los ejes que determinan vuestra personalidad. Al menos si aceptamos como válida la teoría del psicólogo Robert Cloninger: la "teoría biosocial unificada de la personalidad". Una teoría que se organiza en torno a tres ejes que corresponden con los tres principales neurotransmisores de nuestro cerebro: la serotonina, la dopamina y la norepinefrina.
Primero el eje de la serotonina: se relaciona con evitar el daño. Niveles altos de serotonina implican que nos sentiremos menos vulnerables a potenciales agravios, sobre todo de nuestra autoestima. Así pues, la serotonina es como un chute de ego, de confianza en uno mismo. Unos niveles bajos de serotonina, entonces, inducirán a la persona permanecer a la defensiva, a ser más conservadora, a encerrarse más en sí misma.
El eje de la dopamina regula la necesidad de buscar novedades, como expliqué en el post ¿Por qué nos gustan los giros de argumento de Perdidos? La dopamina es un juez de las expectativas que tenemos sobre las cosas. Un chasco induce un nivel bajo de dopamina. Una sorpresa agradable, un aumento.
El eje de la norepinefrina regula las recompensas. Nos hace más o menos dependientes de los estímulos placenteros.
Según Cloninger, cualquier personalidad podría reducirse a su posición en cada uno de estos ejes. Por ejemplo: una persona podía ser muy dependiente de las recompensas, indiferente a las novedades y evitar el daño levemente; o en otras palabras, ser un hedonista comodón. Otra persona podía ser un intrépido buscador de novedades ajeno a recompensas, siempre en busca de nuevas experiencias sin tener verdaderamente en cuenta si éstas son peligrosas o mínimamente gratas; como un corresponsal de guerra que se ofrece como voluntario para ir al frente.
La teoría de Cloninger todavía no ha sido aceptada por la psicología actual, entre otras cosas porque no tiene en cuenta la presencia de otras sustancias neuroquímicas esenciales, como la oxitocina o las endorfinas.
Pero tal vez la teoría de Cloninger pudiera ser una base de la cual partir hacia una comprensión más profunda de la personalidad de la gente, más allá de las obsoletas etiquetas "extrovertido" o "depresivo". Imaginad una teoría basada en ejes neuroquímicos que sencillamente tuviera más ejes.
Dentro de poco, gracias a la tecnología, será sencillo averiguar y medir los niveles neuroquímicos de cualquier cerebro. Algo así como una huella dactilar neuronal. O mejor dicho: un sistema de puntuación similar al empleado en los juegos de rol: los 15 puntos de destreza o los 7 de sabiduría se sustituirían por X niveles de serotonina o X niveles de testosterona.
Obviamente, este perfil neuroquímico sería tan maleable como la puntuación en un juego de rol. Al tirar los dados dodecaedros, nos enfrentaríamos a determinada situación con nuestra puntuación neuroquímica, sí, pero la experiencia y el aprendizaje de la vida también modificarían nuestra neuroquímica paulatinamente así como lo hacen las puntuaciones del nigromante o el caballero de penacho ostentoso.
En la próxima entrega de este post desarrollaré las características de este neuroperfil.
Tira los dados dodecaedros de tu personalidad: el neuroperfil (y II)
Como decía en la anterior parte de este post, nuestros niveles de serotonina se determinan por una mezcla de genética y cultura.
Cierto es que medir a una persona por ejes neuroquímicos o por puntuaciones de personaje de rol es una simplificación. Pero mayor es la simplificación al catalogar a una persona mediante su puntuación en un test del Cociente de Inteligencia o en uno de esos temidos SAT (Scholastic Aptitude Test) de acceso a la universidad.
Un mapa químico del cerebro de una persona, aunque una burda simplificación, siempre ofrecerá más información sobre la personalidad de ese individuo. Y el neuroperfil no tendrá un carácter excluyente: podría integrarse a las demás formas de entender la personalidad.
Steven Johnson lo explica así:
Es perfectamente posible que llegue el día en el que podamos identificar a nuestros buenos amigos en función de una breve descripción de sus niveles medios de neurotransmisores ("¿Serotonina alta, dopamina baja, estrógeno medio? ¡Seguro que es Carla!). ¿Describirá esto plenamente a la persona, captará su esencia? Por supuesto que no. Pero sí puede ser más revelador que describir a alguien como varón de metro ochenta y ocho centímetros, setenta kilos de peso, y el mayor de los hermanos.
Uno neuroperfil podría parecernos similar a un perfil genético. Pero es mucho mejor que éste. Nuestro perfil genético viene de serie, es el que es. Sin embargo, el neuroperfil es sensible al impacto de las vivencias y de la cultura, y por tanto resulta más preciso sobre lo que es la persona ahora y no de lo que potencialmente pudo haber sido.
E imaginad el impacto que tendría el análisis de neuroperfiles en grandes poblaciones o en países enteros para comprender mejor su historia geopolítica:
No creo que pase mucho tiempo sin que veamos gráficos de la evolución de los niveles medios de cortisol, y de otras drogas endógenas principales, de poblaciones nacionales a lo largo del tiempo. Estos gráficos serán como la macroversión de las primeras imágenes que vi de mis niveles de adrenalina, donde cada pico representaba un chiste que había contado. Veremos subidas de cortisol después de atentados terroristas y de recesiones económicas, y picos de serotonina durante las fases alcistas de la bolsa. Los acontecimientos internacionales no modificarán el ADN durante estos períodos, al menos a velocidades registrables en una escala de diez o veinte años. Pero estos acontecimientos tendrán un claro efecto en la química cerebral, que opera tanto en la escala de segundos como de décadas.
¿Os imagináis un libro de Historia narrado bajo el prisma de las sustancias químicas endógenas del cerebro humano? ¿Y un drama como Hamlet? ¿Y que el PIB de las naciones tuvieran en cuenta estos valores para establecerse? ¿Y que el próximo barrio donde fuéramos a mudarnos también ofreciera información sobre neuroquímica de sus habitantes además de la frecuencia con la que se pasa a recoger la basura o si hay suficiente oferta de colegios públicos?
Vía | La mente de par en par de Steven Johnson
CONSULTEN, ESCRIBAN OPINEN LIBREMENTE
Saludos
RODRIGO GONZALEZ FERNANDEZ
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
DIPLOMADO EN GESTION DEL CONOCIMIMIENTO DE ONU
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