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martes, abril 30, 2013

UNA FORMA DE LAVAR IMAGEN

Cámara de Comercio chilena-americana distingue a Ronald Bown con el reconocimiento "Visionary Award 2013"

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26 de abril de 2013

El reconocimiento se entregó al Presidente de la Asociación de Exportadores de Frutas de Chile, A.G.  por su trayectoria liderando el gremio y por su rol de articulador en la promoción y mejoramiento de las relaciones  comerciales bilaterales entre Chile y los Estados Unidos de América.

La Cámara de Comercio chilena-americana de Filadelfia distinguió este miércoles al Presidente de la Asociación de Exportadores de Frutas de Chile AG, ASOEX, Ronald Bown Fernández con el reconocimiento "Visionary Award 2013", en el Dupont Country Club de Wilmington Delaware. Premiación Ronald Bown Visionari Award

El reconocimiento se entregó destacando la trayectoria de Ronald Bown como Presidente del directorio de la ASOEX,  quien ha liderado el gremio y ha sido un destacado articulador en la promoción y mejoramiento de las relaciones  comerciales bilaterales entre Chile y Estados Unidos.

En la ceremonia que se realizó durante la conmemoración de los 25 años de las relaciones bilaterales entre Chile y la región de Filadelfia, oportunidad en la cual se contó con importantes representantes de la industria frutícola en USA y  del Embalador de Chile en Washington, señor Felipe Bulnes.

Durante esta ceremonia el presidente de los exportadores, señaló que para alcanzar el éxito que ha logrado la ASOEX han coexistido varios factores. Destacando que la posición actual de Chile como uno de los principales países exportadores de frutas frescas, se debe a su ubicación geográfica, a la tierra, a una sólida economía y al entender que "el desarrollo como país debe estar conectado necesariamente al comercio exterior, así como contar con una institucionalidad pública comprometida". Además –agregó- se requiere contar con organizaciones privadas que entiendan, asimilen y estimulen "la competencia entre sus distintos actores, en este caso: productores, exportadores, importadores, empresas de servicios y puertos, entre otros".

"Chile se destaca por ser un importante proveedor de fruta fresca al mundo, el más importante del hemisferio sur y el mayor exportador del orbe de uva de mesa, ciruelas y arándanos, además de destacar entre los "top five" por las paltas, cerezas, manzanas y peras", realzó Bown en su intervención.

También destacó que los éxitos que ha obtenido la ASOEX, se debe a que han tratado de "ser un facilitador en el proceso de exportación de frutas en toda su extensión: apertura, defensa y promoción en los mercados; difusión de la exigencias reglamentarias internas y externas para promover su cumplimiento, así como la armonización de las mismas a fin de permitir una certificación adecuada; administración de convenios fitosanitarios con terceros países; entrenamiento de nuestros trabajadores; Investigación, Desarrollo e Innovación, Seminarios de Actualización Técnico Comercial, entre otros".

"Para finalizar este análisis relacionado con las razones que consideramos relevantes respecto de los logros obtenidos por nuestra organización, no podemos dejar de destacar el apoyo que logramos en el exterior, especialmente en este país y específicamente en esta región. Debemos agradecer sinceramente a nuestros importadores, compradores de fruta y consumidores en general que nos han favorecido con su preferencia, así como a  quienes como David Holzworth y Tom Tjerandsen, nos han apoyado por tantos años con su importante apoyo en áreas tan relevantes como los temas legislativos y los referidos a materias de promoción de nuestros productos.

"Debemos destacar igualmente el apoyo y consideración que hemos recibido por parte de las autoridades del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos de América y de los distintos representantes de nuestro país que laboran y han laborado en nuestra representación diplomática en Washington, D.C., ejemplo claro de colaboración mutua entre sector privado y nuestro Gobierno. Deseo destacar y agradecer la presencia del nuestro embajador en los Estados Unidos de América, Felipe Bulnes.

Cabe señalar que la ASOEX cuenta con 350 empresas asociadas, los que representan el 92% de las exportaciones de fruta fresca del país así como una generación propia de más del 65% de la fruta que se produce en Chile. Son más de 6.000 los productores de fruta fresca que exportan su fruta a través de los asociados de  ASOEX.

 Los Estados Unidos de América son el principal destino de las exportaciones de frutas de Chile, recibido la temporada pasada el 34%  del total de las 2.603.605 toneladas exportadas durante la  temporada pasada.

Fuente: ASOEX

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Saludos
Rodrigo González Fernández
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COLUMNA DE MARCELO BRUNET EN AGRIGULTURAFM

Columna

Marcelo Brunet

Abogado y licenciado en Derecho de la Universidad Católica de Chile. Profesor de Teoría Constitucional y Derecho Constitucional. Su Twitter es @marcelobrunet 

Asamblea Constituyente y el espíritu de la consigna

Publicado el Lunes 29 de Abril del 2013 a las 10:01

En Latinoamérica la Constituyente ha sido una lamentable forma de "recauchaje" de dictaduras constitucionales. Recientemente, en América Latina, hemos vivido en vivo y en directo esa experiencia con la "Constituyente soberana"  de Venezuela, de Bolivia o de Ecuador, en la que las Constituciones que surgieron fueron un retroceso desde el punto de vista de las libertades, del respeto al Estado de Derecho y de la separación de funciones.


Cuando el Principito llegó al Quinto Planeta, descubrió a un farolero que prendía y apagaba su farol. Desconcertado, el Principito le preguntó por qué lo hacia. La respuesta fue aun más desconcertante: "Es la consigna". El Principito espetó "No comprendo", a lo que el Farolero replicó: "No hay nada que comprender: la consigna es la consigna."

Fernando Atria, académico nombrado por la candidata de la izquierda para ser parte de un equipo de cambio constitucional, no sólo no descartó la consigna de moda que tantos repiten, la Asamblea Constituyente, sino que considera a quienes somos críticos de ella como "mirada bien miope", porque  según su parecer "los países que tienen sistemas democráticos establecidos, para tenerlos, quienes originalmente tenían privilegios, tuvieron que perderlos"

Debo ser miope –de hecho lo soy un poco- pero ello no invalida que una asamblea constituyente sea un lamentable error 

A mi juicio, el asambleísmo contraviene la noción misma de Constituyente Originario, propia del constitucionalismo democrático moderno y pretende una innecesaria refundación nacional. Trataré de explicar por qué.

La noción de asambleísmo no es nueva.  Los "parlamentos" o "asambleas nacionales" o "constituyentes" jugaron un rol importante en las revoluciones burguesas clásicas (Inglesa del S. XVII, Francesa del S. XVIII) para derrotar el absolutismo feudal y dar paso al moderno Estado democrático. La lucha de las asambleas era contra el poder absoluto de un rey elegido por nadie, o por la divinidad como afirmaba Bodin, ese que confundía al poder del estado con la figura del Rey, graficada magistralmente en la frase de Luis XIV L'État, c'est moi 

Los asambleístas, correctamente, levantaron el principio -basado en un igualitarismo irreal- del "pueblo soberano", compuesto por "ciudadanos absolutamente libres e iguales" y que gobierna por medio de sus "representantes", a los que elige votando. Tal concepto genera un hecho de realidad política: al valer el voto de cada ciudadano lo mismo, su opinión política vale. Y su manifestación se produce en la votación popular. Esa es la esencia de la democracia moderna burguesa.

El constitucionalismo no se quedó en la mera formulación de la soberanía popular postrevolucionaria, defendida por Sieyes. Tras el baño de sangre provocado por la Revolución francesa evolucionó hacia el concepto de nación, que limita el rol de las constituyentes, demandando que los derechos esenciales humanos y la propia regulación constitucional limiten el derecho del pueblo a fijar nuevas constituciones por procesos que no sean de mayorías sólidas superiores a la absoluta propia del plebiscito. Por eso la supremacía constitucional, principio democrático por excelencia, se sustenta en la rigidez de las Cartas Fundamentales, y no se modifican sino tras grandes acuerdos nacionales.

Se nos intenta presentar a la nueva consigna, la asamblea Constituyente —"la forma más democrática de representación parlamentaria" según sus partidarios—como una alternativa a esa burguesa democracia representativa que nos rige. En el fondo, sincerando las cosas, no es sino una versión más acicalada, más "legítima", de un viejo sistema restrictivo de libertades que, en los hechos, solo incrementa el poder de grupos radicalizados. 

Creo que no requerimos una refundación nacional, como ocurre cuando se convoca al constituyente originario. Tal vez ello sería atendible frente a una tiranía, en cuyo caso pudiera ser una consigna atendible, revolucionaria y transicional. Pero en una democracia, con todos sus defectos y virtudes, el asambleísmo solo podría potenciar el deterioro de instituciones legítimas. La "norma programática" a modificar por el asambleismo no son hoy las dictaduras militares, marxistas o fascistas, sino la democracia.  

Concretamente en nuestro país, el pueblo lleva veintitrés años de experiencia con la democracia representativa. Con virtudes y defectos, esa democracia ha funcionado bien para Chile. Lo que esconde el asambleísmo es desconfianza y hasta odio hacia  un modelo que importa designación popular de presidentes, senadores, diputados, alcaldes, concejales e –indirectamente, claro está- de ministros, jueces, fiscales, contralores, etc. Es la consecuencia del "que se vayan todos" de los piqueteros argentinos, de tan mal recuerdo y tan penoso resultado en su lucha.

En el fondo, lo criticable del asambleísmo es pretender asimilar la crisis de popularidad de las instituciones con la ilegitimidad del sistema democrático imperante. Lo que parecieran confundir los asambleístas es el modelo de "democracia tradicional" y sus vicios o defectos, que no siendo demasiado distintos de los de las "democracias populares" soviéticas o de las dictaduras o tiranías, resultan más controlables que en aquellas. 

En Latinoamérica la Constituyente ha sido una lamentable forma de "recauchaje" de dictaduras constitucionales. Recientemente, en América Latina, hemos vivido en vivo y en directo esa experiencia con la "Constituyente soberana"  de Venezuela, de Bolivia o de Ecuador, en la que las Constituciones que surgieron fueron un retroceso desde el punto de vista de las libertades, del respeto al Estado de Derecho y de la separación de funciones. Arriagada las ha definido, con razón, como un "cesarismo plebiscitario" bastante cercano a una dictadura.

No podemos desatender que, probablemente, millones de chilenos no se sientan entusiasmados por votar, fenómeno propio de las democracias estables y consolidadas. La solución para incentivarlos no pasa por la Consigna de la Asamblea, sino por modernizar nuestra democracia, incluso por medio de cambios constitucionales, pero no por modificarla por modelos asambleístas de dudoso destino. 

No somos pocos los que tememos que el fin del asambleísmo sea desmantelar la criticada "democracia representativa" y reemplazarla por una "democracia popular", de tan triste recuerdo, y por causa de la cual María Roland exclamó antes de morir: "Libertad, ¡cuántos crímenes se cometen en tu nombre!" No me sumaré a dicha consigna. Espero que la mayoría tampoco

Fuente: RADIOAGRICULTURA 

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Rodrigo González Fernández
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LA IMPORTANCIA DE LA COLABORACIÓN

RemoA estas alturas de película, mucho tenemos ya una buena cantidad de ejemplos de nuestras empresas o de otras en los que los intentos por implantar una herramienta tecnológica terminaron en un tremendo derroche de tiempo, esfuerzo y dinero.

Por eso precisamente me gustó este artículo en Fast Company,"Getting your employees to share their best ideas on Yammer, Chatter and Enterprise Social", del que extraje precisamente la frase con la que he dado título a esta entrada: "la colaboración no es una tecnología, es un comportamiento".

¿Dónde está el quid de una implantación tecnológica? En el caso de las herramientas de colaboración y de generación de contenido en la empresa, la respuesta parece clara: en el desarrollo de una cultura coherente con la herramienta. Un factor mucho más difícil en sí que el despliegue tecnológico, y al que, sin embargo, se suele prestar muchísima menos atención. Por alguna misteriosa razón que puede resultar difícil de comprender y que puede ir desde la buena fe hasta la pericia a la hora de vender de determinados implantadores, directivos hechos y derechos llegan a pensar que solucionarán sus problemas de comunicación o colaboración interna simplemente implantando una herramienta, como si aquel "si lo construyes, ellos vendrán" fuese una verdad absoluta.

La cuestión parece casi una maldición bíblica: si tu empresa fomenta y posee una cultura de colaboración, seguramente la implantación de una herramienta no sea un tema crítico, porque dicha colaboración se estará ya produciendo aunque sea mediante notas escritas en avioncitos de papel (lo cual, obviamente, no quiere decir que no se deba hacer, porque puede haber mucho a ganar merced al uso de las herramientas adecuadas). En cambio, si tu compañía no posee dicha cultura y de verdad crees que es crítico crearla, la herramienta como tal es más que posible que no te sirva para nada. Pragmatismo al poder.

La colaboración es clave a la hora de generar información, para uso a nivel interno o externo, y puede generar muchísimo valor a todos los efectos. Pero genera muchísimos retos: en una cultura altamente jerarquizada, promover que surjan ideas a cualquier altura de la pirámide jerárquica resulta enormemente complejo, porque a la propia jerarquía le resulta muy difícil asimilarlo. El organigrama, como auténtico corsé que impide la innovación. Y curiosamente, resulta muy fácil anticipar el problema: mucho antes de comenzar el despliegue de la herramienta, ya puedes escuchar comentarios sobre cómo no va a servir para nada, haciendo referencia a "la última ocurrencia" o "la última moda", minimizando su posible importancia o anticipando problemas derivados de la misma. En muchos casos, el fracaso se convierte en una auténtica profecía autocumplida.

Visto así, la clave del éxito o del fracaso en el rendimiento de una compañía en los tiempos de la web social tiene mucho que ver con el desarrollo o la reinvención de una cultura abierta, menos jerarquizada, más desestructurada y más "moderna", que con la adopción de una u otra herramienta. Y sin embargo, la gestión del cambio cultural, como intangible de gestión sumamente compleja, es algo a lo que se le suele prestar muchísima menos atención. Inversiones en desarrollo, reinvenciones de la rueda, despliegues impresionantes en implantación e integración… para terminar fallando en lo más obvio, y echando la culpa a la herramienta. No, la herramienta no puede condicionar un cambio cultural: son otras cosas las que lo provocan.

¿Os suena conocido? ¿Alguien se atreve a comentar casos que hayáis evocado mientras leíais estas líneas?

Fuente:

Saludos
Rodrigo González Fernández
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