"El gobierno desautorizó de plano a Escalona"
Raquel Correa
RAQUEL CORREA
-¿Quién dijo en marzo "Hay una subcontratación tramposa que ha servido para que se produzcan abusos contra los trabajadores"?
-Yo.
-Escalona dijo ahora "Hay un grupo de empresarios que adoptan prácticas inescrupulosas y abusan de los trabajadores". Y habló de "los chupasangre y explotadores". Aparte de las formas, ¿cuál es la diferencia?
-Hay coincidencia en que hay prácticas inescrupulosas de algunos empresarios que deben ser sancionadas. Para eso aprobamos una ley de subcontratación. Lo que no puede ocurrir es que se termine legislando como si todos los empresarios del país fueran unos desalmados. Toda esta discusión se ha generado por la obsesión del Partido Socialista de modificar la definición legal de empresa.
-Escalona se refirió a "un grupo de empresarios" que no respetan los derechos laborales, no a todos...
-Cuando se dispara a la bandada con una bomba de racimo, hay que mantenerse firme en las palabras o admitir que uno cometió un grave error. Pero la filigrana de que no se quiso insultar, que sólo se refirió a algunos, es absurda. Claramente, Escalona ha tenido una semana de completo descontrol.
-Usted -el 7 de mayo, en estas páginas- les dijo "tramposos" a los gremios empresariales (refiriéndose a "la subcontratación tramposa" que ningún gremio empresarial detuvo). Les dijo "abusadores" ("institucionalizan abusos contra los trabajadores"). Les dijo poco éticos ("conductas empresariales poco éticas"). Y mentirosos ("cuando los grandes empresarios hablan de proteger a las pymes, nadie les cree y con razón")
-Distingamos. Uno puede argumentar al hueso. Decir que hay prácticas empresariales tramposas es un juicio genérico, sin ánimo de insultar. Ninguno de mis términos es una descalificación personal. En este intercambio con Escalona la diferencia está en que yo en política funciono con argumentos, no con insultos. Digo que Escalona se ha transformado en el nuevo Altamirano. Ése es un juicio duro, pero es un juicio político. Y no trato a nadie de "descarado" por ejercer un derecho ni sostengo que nadie es un "chupasangre". Los errores del PS, según Allamand
-¿Los empresarios no se enojaron con usted entonces?
-Algunos se habrán enojado. Me tiene sin cuidado... Lo importante es que en dos semanas Escalona hizo retroceder conceptualmente al PS 20 años. Y lo más grave, desnudó la falla estructural del gobierno: la falta de autoridad presidencial. Eso es lo que ha quedado en evidencia aquí. El grupo político que ha generado la mayor cantidad de conflictos al interior de la Concertación es, precisamente, el PS.
-El PS -enumera- empuja al gobierno a apoyar a Chávez en el Consejo de Seguridad de la ONU. Todos los partidos de la Concertación y de la oposición están contra esa idea bizantina:costo para el gobierno. Segundo, el PS interfiere en la compleja relación con Bolivia, introduciendo un ruido innecesario: costo para el Gobierno. El PS intenta disminuir la autonomía del Banco Central, la que es rechazada por el resto de la Concertación y por el gobierno: costo para el gobierno. El PS obliga al Presidente Frei a declarar inconstitucional un veto en el proyecto del genoma: costo para el gobierno. El PS promueve una modificación para liberar terroristas mapuches y pretende despenalizar el incendio como delito terrorista: costo para el gobierno. En el cambio de gabinete, el PS patea en el suelo a Andrés Zaldívar que es un ícono de la DC. Y ahora, en esto de la subcontratación, se las arregla para que el gobierno sea derrotado de manera aplastante en el TC.
-Guardando las distancias -continúa su análisis- la Presidenta Bachelet está en la misma disyuntiva de Allende: escoger entre seguirle las aguas a su partido o hacer un gobierno razonable. El PS se ha transformado en el mayor obstáculo para el gobierno. Y esto ocurre porque el gobierno no transmite, desde la Presidencia, un sentido de orden y autoridad. La impresión que existe en el Congreso es que éste es el gobierno, de lejos, más desarticulado, más desordenado, con menos jerarquía de los cuatro gobiernos de la Concertación. ¿O usted cree que este despelote habría sido imaginable en el gobierno de Lagos? ¡Éste es el problema de fondo!
-En marzo usted pronosticó que "Camilo Escalona sería un elemento de sensatez y seriedad en el PS". ¿Desde cuándo lo considera como el Altamirano del gobierno de Bachelet?
-Desde hace poco. Espero que recapacite y vuelva a su eje central. Todos los senadores, de gobierno y oposición, se preguntan qué le pasa a Camilo Escalona que está tan descontrolado. Ha sufrido una metamorfosis aguda. De ser un elemento que se presumía sería de moderación, se transformó en un elemento de agitación. Aquí hay un punto de inflexión. Es grave por lo que significa de retroceso histórico del PS.
-¿No le afecta quedar como el defensor de los empresarios?
-¡Para nada! Cuando Escalona me pone como defensor de la empresa se equivoca. No asumo la defensa de los grandes empresarios porque ellos se defienden solos. Defiendo a los pequeños y medianos empresarios que en un 60 o 70% subcontratan. Chile necesita ¡muchos empresarios!
-¿Cree que la Presidenta le ha dicho a Escalona que está equivocado?
-Es evidente que el gobierno ha desautorizado de plano a Camilo Escalona. Ya lo dijo lo más explícitamente el ministro Lagos Weber. Al interior de la Concertación todos coinciden en que, en esto, Camilo Escalona actuó ¡pésimo! y ha cometido gravísimos errores políticos.
LA GÉNESIS DEL CONFLICTO:
"Acudimos al TC de acuerdo con el gobierno"
El senador RN por la Décima Región Norte insiste:
-El proyecto de ley sobre subcontratación no contenía modificación alguna al concepto de empresa. La introdujo un grupo de diputados del PS en el segundo trámite constitucional. Llega el proyecto al Senado, ese mismo grupo se empeña y fuerza a la DC -que siempre había rechazado esa norma- a aprobarlo por ser el primer proyecto de ley que enviaba el gobierno de Bachelet. Les advertimos que modificar el concepto de empresa en esa forma era un grave error jurídico, político, económico e inconstitucional. Se empeñaron en mantenerlo y acudimos, ¡de acuerdo con el gobierno! al Tribunal Constitucional. Eso fue parte de la negociación para abrirle paso al veto que permitió corregir el proyecto. Fue ¡explícitamente! acordado con el gobierno, lo que el señor Escalona sabe de sobra. En suma, el PS arrastra al gobierno al TC, el gobierno tiene que asumir la defensa del planteamiento del PS y recibe una derrota de 9-0. El ministro del Trabajo dijo que el artículo que el TC declaró inconstitucional es indiferente para los efectos de la subcontratación. El ex senador Viera-Gallo, que alegó el recurso, dijo que el artículo era inocuo y el ministro de Hacienda anunció que el gobierno no modificará el concepto de empresa porque no está en su programa.
-Entonces- concluye- éste es otro gigantesco desatino al que el PS empuja al gobierno y a la Concertación. Entre medio, el señor Escalona revive el lenguaje de los años 60 que al PS tanto le costó dejar atrás. Más allá del lenguaje, resucita un gen del ADN socialista que le causó tantas tragedias al país: el desconocimiento del Estado de Derecho y del orden institucional. Decir que el TC -que ya no es la Constitución de Pinochet, sino la Constitución de Lagos- es un "poder fáctico" es desconocer el andamiaje institucional. Éste es un exabrupto y un gigantesco desatino que deja al descubierto el problema de fondo.
-¿Es éticamente correcto que un senador que pierde un proyecto alegue ante otro organismo después?
-¡Absolutamente! En eso consiste el recurso de control de constitucionalidad. La Constitución dice que ese requerimiento lo tiene que representar un núcleo de parlamentarios. El ordenamiento jurídico chileno, y casi todas las democracias del mundo, establecen un recurso, en términos jurídicos, ante un tribunal de Derecho.
-Lo acusan de haber tenido un discurso en la sala y otro ante el TC.
-¡Absolutamente falso! Mi alegación en el TC es idéntico al que hice en el Senado.
-Soledad Alvear habló de promover una reforma a la ley orgánica para que los senadores no puedan alegar ante ningún tribunal...
-Absurdo. Con ese criterio debiera prohibirse a los parlamentarios que interpusieran querellas, iniciaran demandas, o todo tipo de acciones judiciales. Es al revés: es un acto de transparencia. Creo que la Concertación reacciona así porque no está acostumbrada a perder y, cuando pierde, alegan contra el reglamento, contra el árbitro y se llevan la pelota.