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domingo, junio 11, 2006

DE HOLANDA AL MUNDO

BIOÉTICA Y SOCIEDAD. HOLANDA NOS ADELANTA DICEN EN ESPAÑA

Este es un artículo muy importante para Chile,  porque acá se copia todo en materia de leyes y tendencias. Sin embargo, nuestra sociedad evoluciona en forma diversa de lo que lo hacen otros países y otras sociedades.  Pero con la globalidad en los más diversos ámbitos las noticias llegan antes. Esto que no lo lean los Thinks tanks de la concertación, porque de inmediato “se lo compran” como se dice ahora. Pero vamos viendo:

«Van den Berg y su grupo -Caridad, Libertad y Diversidad-, acaban de proponer que se legalice en su país la pederastia (sexo con niños), y el bestialismo (sexo con animales)»

 

Francisco José Ramiro   en canarias 7 realiza este interesante artículo:

“Si se pudiera establecer una competición entre las propuestas legislativas en temas de bioética entre España y Holanda, este último país acaba de plantear un tema que le haría tomarnos la delantera.

 

Van den Berg y su grupo -Caridad, Libertad y Diversidad-, acaban de proponer que se legalice en su país la pederastia (sexo con niños), y el bestialismo (sexo con animales). Contra lo que pueda parecer, la propuesta no surge de la nada. Cada vez son más frecuentes las iniciativas para la despenalización de lo que se denomina sexualidad intergeneracional. Sin ir más lejos, el pasado 18 de mayo, la ONU recomendó no dar estatus consultivo a dos asociaciones ligadas con la Asociación Internacional de Gays y Lesbianas, basándose en que forman parte de esas asociaciones grupos de pedófilos. No obstante la decisión última todavía está en el alero.

 

Cuando la propuesta holandesa ha sido difundida por los medios de comunicación, la respuesta popular ha sido de repulsa bastante generalizada. Se ha tratado, sin embargo de una reacción espontánea y de poca profundidad, lo cual no es poco, pero a todas luces resulta insuficiente.

 

En los últimos años estamos asistiendo a un proceso que se va repitiendo: se hace un propuesta que escandaliza a la mayoría de la sociedad; se insiste periódicamente en la misma propuesta, a ser posible por personas que tengan algún protagonismo social; se procura dar la sensación de normalidad y, además, de avance en el respeto de los derechos individuales; por último, se pacta una legislación que se saca adelante con el mínimo trámite parlamentario.

 

Me parece necesario que la legislación deba adaptarse a la evolución de la sociedad y que fomente el respeto de los derechos humanos, de todas las personas y de todos los grupos sociales. Pero precisamente para lograr este objetivo es necesario que se fomente el debate social y que se respete la libre exposición de todas las opiniones, evitando la tentación de manipular la opinión pública.

 

En el caso que nos ocupa, como en otros anteriores, sirve de bien poco rasgarse las vestiduras, porque eso lleva sólo a la sensación de frustración cuando la vida va derribando los muros que se creían indestructibles. No es extraño que nos encontremos frecuentemente con personas que tienen la sensación de que la sociedad está en situación de caída libre, y que optan por la inmersión en la anestesia mental que ofrece la sociedad de bienestar que disfrutamos.

 

Frente a esta actitud hay que aclarar que la propuesta holandesa no es gratuita, sino que tiene una argumentación que la sustenta. De forma muy sucinta se puede hablar de dos argumentos fundamentales:

 

a) La sexualidad, en cualquiera de sus formas, es una actividad esencialmente de tipo lúdico. Se trata de un medio para obtener gozo, y nada más. Otras realidades que pueden tener alguna conexión con ella: amor, hijos, forman parte de decisiones que uno puede tomar o no, pero no están inseparablemente unidas a la sexualidad.

 

b) Basta el consentimiento para justificar éticamente cualquier acción que se pueda llevar a cabo. En todo caso, y siguiendo el principio de que mi libertad llega hasta donde llega la libertad de los demás, se debe exigir que no haya una violencia física o mental hacia los otros, siempre que ellos no estén de acuerdo.

 

Si uno razona desde estos principios no es muy difícil llegar a la aceptación de la sexualidad intergeneracional o a la sexualidad entre especies. Si la intuición, el sentido común, o lo que sea, nos enciende la luz de alarma de que nos dirigimos hacia el precipicio, entonces hay que enfrentarse a las razones de fondo.

 

Posiblemente hay que volver a plantearse -una vez superadas antiguas represiones- qué papel desempeña la sexualidad en el desarrollo individual y social de la persona humana. Cómo debe darse la integración de las diversas tendencias que se encuentran en el hombre. La responsabilidad que se adquiere respecto a los hijos y la fidelidad en la pareja. En función de esto podría hacerse una crítica importante tanto al contenido de algunos planes de educación sexual, como a la forma de llevar a cabo la sanidad primaria con adolescentes.

 

En esta misma línea se podría profundizar sobre el significado profundo del término tolerancia, así como sobre el tipo de vínculos que unen a las personas que forman parte de una misma sociedad, y los límites del individualismo liberal.

 

Por todo esto, lejos de estar en situación de pérdida irremediable, estamos en condiciones de construir una sociedad más profundamente libre, siempre que se dé una reflexión sobre los temas de la sexualidad y de la vida, y esta reflexión se haga presente sin miedo, y sin coacción, en la sociedad.

Para leer más: http://www.canarias7.es/impresa/articulo.cfm?Id=1430544

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