e acuerdo con la base de datos de la Federal Lobbying Disclosure Act, LDA por sus siglas en inglés, el 6 y el 15 de junio de este año, el banquero Eligio Cedeño contrató los servicios de dos firmas de abogados para que hicieran lobby en su favor, tras ser acusado en Venezuela por "distracción de recursos financieros".
Primero fue con Amsterdam & Peroff, del canadiense Robert Amsterdam, quien se hizo célebre por asumir la defensa de Mikhail Khodorkovsky, uno de los hombres más ricos de la Rusia de Vladimir Putin, hasta que cayó en desgracia con el régimen, acusado de fraude.
Y después con Andrew Durkovic, quien hasta hace un año trabajaba en Baker Hostetler, en Washington, DC.
En ambos documentos, Cedeño aparece "domiciliado" en Roca Tarpeya, donde queda la Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención (Disip), y para los dos, el tema del lobby es el mismo: "La condición de los derechos humanos en Venezuela".
Contactos de alto nivel En ninguno de los registros se especifica el monto. Los gastos menores a $5.000 no ameritan divulgación, según establece la ley.
En el caso de Amsterdam, sí indica a qué agencias federales y del Congreso se quiere llegar: la Casa de Representantes, el Senado, el Departamento de Estado, la Agencia de Seguridad Nacional y al vicepresidente de Estados Unidos.
El 30 de septiembre, este diario envió solicitudes de información pública tanto al Departamento de Estado, como a la Agencia de Seguridad Nacional, para establecer la naturaleza de los contactos, pero los plazos de respuesta, aún no se han cumplido.
No obstante, Cedeño no tiene empacho en decir sus propósitos: "Yo no creo en la justicia de Venezuela y la forma de atacarlo es buscarla en organismos internacionales", escribe desde la Disip.
Su meta última es lograr "invalidar" cualquier decisión adversa en su caso, "porque los estados, por más forajidos que sean, como pasa aquí, reciben afuera un trato institucional. Y todo el mundo confía en la buena fe de ese Estado". Pero cuando se trata de Venezuela, Cedeño no confía más.
Por las cuentas claras El 18 de abril de 2008, la empresa Summit Communications, actuando en lugar del banquero, contrató los servicios del Grupo Livingston. Esta firma representa las grandes ligas del cabildeo en Washington.
La dirige el republicano Robert L. Livingston, ex miembro de la Casa de Representantes de Estados Unidos y frustrado candidato a presidir el ente en 1998, luego de que un escándalo por relaciones extramaritales lo obligara a retirarse. Separado del cargo, Livingston se ha convertido en uno de los lobbystas de mayor influencia en el Congreso.
Según el registro, el objetivo del lobby era "tomar cualquier paso requerido si se hacía necesario limpiar el nombre del señor Cedeño ante agencias del Gobierno estadounidense y Comités relevantes del Congreso".
Aunque el contrato ya finalizó, Livingston no quiso declarar para esta nota
Sin embargo, Summit Communications, sí. Esta empresa de "consultoría en asuntos públicos" la preside Joseph Blatchford, quien durante la administración Nixon, dirigió el programa estatal de voluntariado conocido como Cuerpos de Paz. En el equipo de Summit también está Norman Bailey, ex asistente especial para Asuntos Internacionales de Economía de Ronald Reagan, según se lee en la página web de la sociedad.
"Yo conocí a Eligio Cedeño, a través de un amigo mutuo", dice Bailey, en perfecto español: "El periodista Rafael Poleo".
Durante una visita a la ciudad, Poleo le presentó el caso y le preguntó si podía hacer algo por él, en Estados Unidos: "Le dije que posiblemente sería una campaña de lobby de relaciones públicas para presionar en la resolución de su caso". Bailey está convencido: "Es obvia la prisión política, porque lleva mucho tiempo sin proceso judicial de ninguna índole".
Bailey llevó el cliente a Summit: "Queríamos hacer la campaña y regularizar sus relaciones con Citibank, que tenía la hipoteca del apartamento de Cedeño en Miami".
El banquero añade que parte de la encomienda a Summit fue sacarlo de la base de datos de "personas políticamente expuestas", que hace la calificadora de riesgo financiera World Check: "Eso no fue tanto con ellos, sino más bien a través de mi oficial de cumplimiento. Y ya fue aclarado".
Según Bailey, lograron aclarar las cuentas con el banco, pero los objetivos en el terreno político no tuvieron mayor éxito: "Como tú debes saber, en Venezuela no hay imperio de la ley en este momento", dice.
Pocas nueces en el norte A finales de septiembre, Venezuela fue noticia en Estados Unidos por dos cosas. Primero: el presidente Hugo Chávez estuvo en Nueva York para la Asamblea General de las Naciones Unidas y conversó con Larry King, en su muy televisado show Larry King Live, que transmite la cadena CNN.
Segundo: Venezuela prohibió la transmisión de la serie animada Family Guy, primera en ganarse una nominación al Emmy desde que Los Picapiedras lo lograron, en 1961. Y eso fue todo.
Mientras tanto, en Venezuela, una huelga de hambre, motorizada por el movimiento estudiantil que se opone a las políticas del presidente Chávez, se llevaba el centimetraje de la prensa local.
Criterio selectivo El 5 de octubre de 2009, el corresponsal de The Washington Post, Juan Forero, puso a los estadounidenses al día: "Política y prisión en Venezuela", tituló un extenso reportaje sobre la liberación del estudiante Julio César Rivas, de 22 años de edad, que estuvo recluido por tres semanas en la cárcel de El Rodeo, y que al recibir la libertad condicional, se sumó a la huelga que habían iniciado sus compañeros.
El 8 de octubre, luego de permanecer un año en prisión, el almirante Carlos Millán y Wilfredo Barroso, detenidos por su presunta vinculación a planes de magnicidio contra Hugo Chávez, también recibieron la libertad condicional.
El 10 de octubre, a José Dacre "Maraco", conductor de un camión que acompañaba con música a las protestas de los estudiantes, le revocaron la medida de privación que pendía sobre él desde el 23 de enero de 2009, cuando fue acusado de "intimidación pública".
El miércoles 14, la sala ocho de Apelaciones del Circuito Judicial de Caracas le otorgó la libertad condicional al banquero Eligio Cedeño, recluido desde el 8 de febrero de 2007, en la Disip, por cargos de "distracción de recursos financieros". Pero no hubo juez que ejecutara la medida, y Cedeño continúa detenido.
Por los derechos civiles Como se lee en un perfil sobre el banquero, publicado el 23 de junio de 2009 en El Mundo Economía y Negocios, Cedeño conformó un grupo de abogados "quienes se han encargado de llevar el caso a la Cumbre de Ginebra por los Derechos Humanos, la Tolerancia y la Democracia; y ante el Senado Brasilero".
¿Vencerá en la batalla?
Lea mañana el fin de esta saga.