Lo revela investigación de la UNPA
El fenómeno mundial "bullying" alcanza a Santa Cruz
El proyecto "La intimidación entre los niños en edad escolar. Estudio sobre las sutiles prácticas de violencia en el ámbito de la Escuela General Básica", dirigido por el magíster en Investigación Educativa Norman Pautasso, de la Unidad Académica San Julián, permitió determinar que los niños de entre 9 y 12 años constituyen "la gama de población más vulnerable y de mayor riesgo a sufrir las prácticas intimidatorias de sus compañeros o de ejercerlas en calidad de agresor".
El informe final, difundido por prensa de Extensión de la UNPA, arroja luz sobre el singular accionar de las niñas en torno a un fenómeno que generalmente se le atribuye a los varones: "Mientras que los niños típicamente se involucran en métodos más directos de intimidación, las niñas que hacen este tipo de agresión comúnmente utilizan modos más indirectos y sutiles, como por ejemplo, propagar rumores injuriosos e imponerle el aislamiento social a su víctima".
Los investigadores santacruceños advirtieron también que la presión y el acoso que sufren los niños que son víctimas del bullying puede ser mayor y más perjudicial en las ciudades pequeñas que en las grandes urbes, dado que en los pueblos "no existe la posibilidad del anonimato, y por lo tanto no hay escapatoria".
Precisamente, la investigación dirigida por Pautasso se llevó a cabo en Puerto San Julián, Puerto Santa Cruz y Piedra Buena, tres localidades que no superan los 10 mil habitantes. "En este contexto, un niño puede seguir intimidando a su compañero hasta fuera de la escuela, porque sabe donde vive y los lugares por donde circula. Entonces la situación de inseguridad, de miedo y de angustia para la víctima es muy superior a la que podría experimentar en otros lugares", explicó el docente de la UNPA.
El trabajo de campo se realizó durante 2005 y 2006 en las Escuelas de EGB Nº 4 y 75 de San Julián; Nº 2 de Santa Cruz, y Nº 6 de Piedra Buena la totalidad de los establecimientos públicos de la zona- y abarcó a un universo de 868 alumnos comprendidos entre Tercer Año del Primer Ciclo y Noveno Año del Tercer Ciclo.
Los datos permiten ver además que en tres de las comunidades más pequeñas y socialmente tranquilas de Santa Cruz tanto el índice de Victimización como el índice de Agresión General los dos indicadores fundamentales, calculados a partir de un cuestionario de 38 preguntas realizado a los niños- rondan el 12 por ciento, cuando en los países europeos que han hecho estudios sobre el Bullying es de entre el 8 y el 9 por ciento.
"Es un fenómeno que hay que empezar a tratarlo y a trabajarlo de una manera seria y profunda, y tenemos que buscar la forma también de poder tener una mirada que nos permita observar cómo evoluciona", sostuvo Pautasso, quien consideró que "justamente uno de los problemas más graves es que no hay datos sobre la problemática".
Violencia en la niñez
Consultado sobre la elección de Segundo y Tercer Ciclo de la EGB para llevar adelante esta investigación, Pautasso manifestó que "en el Nivel Polimodal se ven situaciones de violencia muy explosivas que a veces terminan con alumnos heridos gravemente", pero el equipo de investigación consideró que "el fenómeno de la agresión y de la violencia entre los niños era bastante generalizado mucho antes de la llegada a la adolescencia".
"De hecho, una de las conclusiones del trabajo es que el fenómeno de la intimidación es mucho más fuerte entre determinada gama de edades, que oscila entre los 9 y los 12 años y luego comienza a decaer", indicó.
El profesional de la UNPA reconoció que "existe un nivel lógico y natural de agresividad durante la infancia", y luego de los trabajos realizados en las tres ciudades santacruceñas puede afirmar esta franja etaria representa "el grupo de mayor riesgo, en el que se encuentra la población más sometida a este tipo de prácticas".
Una de las hipótesis surgidas a partir de este hallazgo se centra en la repitencia y sobreedad de algunos alumnos, que hace que convivan en un aula niños de edades muy disímiles. Sin embargo, no se pudo establecer una relación directa entre ambos factores.
La investigación arrojó en cambio datos reveladores respecto del comportamiento de las niñas en torno a este fenómeno, con prácticas más difíciles de detectar pero no menos nocivas que las agresiones verbales o físicas de los varones. En tal sentido, Pautasso expresó que "las actitudes más comunes en las niñas tienen que ver con la condena social, el aislamiento, y la posibilidad de defenestrar públicamente a un compañero".
"Tienen formas particulares de ejercer este tipo de prácticas", contó el investigador, quien aseguró además que las alumnas "son más propensas a utilizar los blogs y distintas posibilidades que permite Internet para exponer públicamente a un compañero".
Sutiles prácticas
El fenómeno de la intimidación o acoso escolar, conocido en Estados Unidos y Europa como 'Bullying", es un comportamiento prolongado de rechazo, intimidación o agresividad física entre alumnos que convierten en víctimas a sus compañeros. Un fenómeno cuyo principal componente es la prolongación en el tiempo de estas prácticas, creando así un patrón constante de hostigamiento y abuso.
Entre las posibles consecuencias en los niños y jóvenes que sufren esta intimidación se cuentan la baja autoestima, los pensamientos suicidas, la depresión, la negación a concurrir a la escuela, y el pánico a salir de la escuela o de la casa por temor a ser agredido.
Pautasso explicó que "hay un conjunto de prácticas entre los niños, que no están consideradas como estrictamente violentas, como las cargadas permanentes, las zancadillas, los empujones, y que casi aparecen como naturalizadas en la vida escolar".
Sin embargo, advirtió que "hay otras prácticas más sutiles que son difíciles de detectar por el docente si no tiene una formación específica" y dijo que eso lleva a que "muchas acciones sean tomadas como problemas generales y no como prácticas que pueden producir efectos nocivos en los niños". "Por eso hablamos de 'sutiles prácticas', acotó Pautasso, al tiempo que precisó que "otro factor que agrega complejidad para la detección, y sobre el que hay que empezar a trabajar muy seriamente, es el uso de las nuevas herramientas tecnológicas, como el blog, el Chat y el correo electrónico, para ejercer la intimidación".
Intervención
temprana
Si bien la investigación está concluida y a la espera de la evaluación final, los docentes de la UNPA ya analizan la posibilidad de dar continuidad a los trabajos, no sólo para tener una perspectiva sobre la evolución del problema, sino también para extender el muestreo a toda la provincia. Para ello, proyectan poner el producto de la investigación a disposición de las autoridades educativas, como un insumo fundamental para la toma de decisiones.
Otro de los proyectos apunta a la generación de dispositivos de Alarma e Intervención temprana: "No serían otra cosa que la posibilidad de tener, mediante algunos indicadores, rápidamente una información sobre determinados fenómenos o problemas que puedan estar afectando a nuestros niños, para hacer un abordaje específico".
Para Pautasso, gran parte de la solución al fenómeno de la agresión se encuentra en la posibilidad de generar una 'Educación para la Tolerancia': "Es muy interesante ver cuáles son las razones por las que se inician las agresiones. Hay muchísimos factores, pero las cosas que más aparecen tienen que ver con la falta de tolerancia del otro", manifestó el investigador, quien consideró que "si desde la universidad contribuimos a identificar este tipo de fenómenos, de alguna manera vamos a contribuir a que la gente se tolere más".
El equipo de investigación de la Unidad Académica San Julián de la UNPA estuvo integrado por estudiantes de la carrera del Profesorado para Primero y Segundo Ciclo de EGB - que se dicta en la mencionada sede universitaria- y docentes del sistema educativo.
El fenómeno mundial "bullying" alcanza a Santa Cruz
Una investigación realizada por docentes de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral en escuelas públicas de nuestra provincia arrojó datos preocupantes y esclarecedores, sobre el "bullying" o acoso escolar, un fenómeno de difícil detección que genera efectos nocivos en un alto porcentaje de alumnos y que aún no ha sido estudiado seriamente a nivel nacional.
El proyecto "La intimidación entre los niños en edad escolar. Estudio sobre las sutiles prácticas de violencia en el ámbito de la Escuela General Básica", dirigido por el magíster en Investigación Educativa Norman Pautasso, de la Unidad Académica San Julián, permitió determinar que los niños de entre 9 y 12 años constituyen "la gama de población más vulnerable y de mayor riesgo a sufrir las prácticas intimidatorias de sus compañeros o de ejercerlas en calidad de agresor".
El informe final, difundido por prensa de Extensión de la UNPA, arroja luz sobre el singular accionar de las niñas en torno a un fenómeno que generalmente se le atribuye a los varones: "Mientras que los niños típicamente se involucran en métodos más directos de intimidación, las niñas que hacen este tipo de agresión comúnmente utilizan modos más indirectos y sutiles, como por ejemplo, propagar rumores injuriosos e imponerle el aislamiento social a su víctima".
Los investigadores santacruceños advirtieron también que la presión y el acoso que sufren los niños que son víctimas del bullying puede ser mayor y más perjudicial en las ciudades pequeñas que en las grandes urbes, dado que en los pueblos "no existe la posibilidad del anonimato, y por lo tanto no hay escapatoria".
Precisamente, la investigación dirigida por Pautasso se llevó a cabo en Puerto San Julián, Puerto Santa Cruz y Piedra Buena, tres localidades que no superan los 10 mil habitantes. "En este contexto, un niño puede seguir intimidando a su compañero hasta fuera de la escuela, porque sabe donde vive y los lugares por donde circula. Entonces la situación de inseguridad, de miedo y de angustia para la víctima es muy superior a la que podría experimentar en otros lugares", explicó el docente de la UNPA.
El trabajo de campo se realizó durante 2005 y 2006 en las Escuelas de EGB Nº 4 y 75 de San Julián; Nº 2 de Santa Cruz, y Nº 6 de Piedra Buena la totalidad de los establecimientos públicos de la zona- y abarcó a un universo de 868 alumnos comprendidos entre Tercer Año del Primer Ciclo y Noveno Año del Tercer Ciclo.
Los datos permiten ver además que en tres de las comunidades más pequeñas y socialmente tranquilas de Santa Cruz tanto el índice de Victimización como el índice de Agresión General los dos indicadores fundamentales, calculados a partir de un cuestionario de 38 preguntas realizado a los niños- rondan el 12 por ciento, cuando en los países europeos que han hecho estudios sobre el Bullying es de entre el 8 y el 9 por ciento.
"Es un fenómeno que hay que empezar a tratarlo y a trabajarlo de una manera seria y profunda, y tenemos que buscar la forma también de poder tener una mirada que nos permita observar cómo evoluciona", sostuvo Pautasso, quien consideró que "justamente uno de los problemas más graves es que no hay datos sobre la problemática".
Violencia en la niñez
Consultado sobre la elección de Segundo y Tercer Ciclo de la EGB para llevar adelante esta investigación, Pautasso manifestó que "en el Nivel Polimodal se ven situaciones de violencia muy explosivas que a veces terminan con alumnos heridos gravemente", pero el equipo de investigación consideró que "el fenómeno de la agresión y de la violencia entre los niños era bastante generalizado mucho antes de la llegada a la adolescencia".
"De hecho, una de las conclusiones del trabajo es que el fenómeno de la intimidación es mucho más fuerte entre determinada gama de edades, que oscila entre los 9 y los 12 años y luego comienza a decaer", indicó.
El profesional de la UNPA reconoció que "existe un nivel lógico y natural de agresividad durante la infancia", y luego de los trabajos realizados en las tres ciudades santacruceñas puede afirmar esta franja etaria representa "el grupo de mayor riesgo, en el que se encuentra la población más sometida a este tipo de prácticas".
Una de las hipótesis surgidas a partir de este hallazgo se centra en la repitencia y sobreedad de algunos alumnos, que hace que convivan en un aula niños de edades muy disímiles. Sin embargo, no se pudo establecer una relación directa entre ambos factores.
La investigación arrojó en cambio datos reveladores respecto del comportamiento de las niñas en torno a este fenómeno, con prácticas más difíciles de detectar pero no menos nocivas que las agresiones verbales o físicas de los varones. En tal sentido, Pautasso expresó que "las actitudes más comunes en las niñas tienen que ver con la condena social, el aislamiento, y la posibilidad de defenestrar públicamente a un compañero".
"Tienen formas particulares de ejercer este tipo de prácticas", contó el investigador, quien aseguró además que las alumnas "son más propensas a utilizar los blogs y distintas posibilidades que permite Internet para exponer públicamente a un compañero".
Sutiles prácticas
El fenómeno de la intimidación o acoso escolar, conocido en Estados Unidos y Europa como 'Bullying", es un comportamiento prolongado de rechazo, intimidación o agresividad física entre alumnos que convierten en víctimas a sus compañeros. Un fenómeno cuyo principal componente es la prolongación en el tiempo de estas prácticas, creando así un patrón constante de hostigamiento y abuso.
Entre las posibles consecuencias en los niños y jóvenes que sufren esta intimidación se cuentan la baja autoestima, los pensamientos suicidas, la depresión, la negación a concurrir a la escuela, y el pánico a salir de la escuela o de la casa por temor a ser agredido.
Pautasso explicó que "hay un conjunto de prácticas entre los niños, que no están consideradas como estrictamente violentas, como las cargadas permanentes, las zancadillas, los empujones, y que casi aparecen como naturalizadas en la vida escolar".
Sin embargo, advirtió que "hay otras prácticas más sutiles que son difíciles de detectar por el docente si no tiene una formación específica" y dijo que eso lleva a que "muchas acciones sean tomadas como problemas generales y no como prácticas que pueden producir efectos nocivos en los niños". "Por eso hablamos de 'sutiles prácticas', acotó Pautasso, al tiempo que precisó que "otro factor que agrega complejidad para la detección, y sobre el que hay que empezar a trabajar muy seriamente, es el uso de las nuevas herramientas tecnológicas, como el blog, el Chat y el correo electrónico, para ejercer la intimidación".
Intervención
temprana
Si bien la investigación está concluida y a la espera de la evaluación final, los docentes de la UNPA ya analizan la posibilidad de dar continuidad a los trabajos, no sólo para tener una perspectiva sobre la evolución del problema, sino también para extender el muestreo a toda la provincia. Para ello, proyectan poner el producto de la investigación a disposición de las autoridades educativas, como un insumo fundamental para la toma de decisiones.
Otro de los proyectos apunta a la generación de dispositivos de Alarma e Intervención temprana: "No serían otra cosa que la posibilidad de tener, mediante algunos indicadores, rápidamente una información sobre determinados fenómenos o problemas que puedan estar afectando a nuestros niños, para hacer un abordaje específico".
Para Pautasso, gran parte de la solución al fenómeno de la agresión se encuentra en la posibilidad de generar una 'Educación para la Tolerancia': "Es muy interesante ver cuáles son las razones por las que se inician las agresiones. Hay muchísimos factores, pero las cosas que más aparecen tienen que ver con la falta de tolerancia del otro", manifestó el investigador, quien consideró que "si desde la universidad contribuimos a identificar este tipo de fenómenos, de alguna manera vamos a contribuir a que la gente se tolere más".
El equipo de investigación de la Unidad Académica San Julián de la UNPA estuvo integrado por estudiantes de la carrera del Profesorado para Primero y Segundo Ciclo de EGB - que se dicta en la mencionada sede universitaria- y docentes del sistema educativo.
CONSULTEN, OPINEN , ESCRIBAN LIBREMENTE
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en RSE de la ONU
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