SEVILLA. Manuel Soriano está al frente del departamento de Desarrollo Sostenible de Holcim, empresa fabricante de materiales de construcción que, en su compromiso con la divulgación de este modelo de desarrollo, organiza el próximo Congreso Internacional de Construcción Sostenible que se celebrará en Sevilla.
-¿Qué es la construcción sostenible y en qué se traduce en la vida cotidiana?
-Cuando hablamos de construcción sostenible no sólo nos referimos al edificio, a su calidad, aislamiento o eficiencia energética, sino también a cómo se conforma la ciudad y a cómo se ocupa el terreno; por tanto, hablamos de planificación urbanística. En el día a día se traduce, sobre todo, en la calidad de la vivienda y de las infraestructuras; en la salubridad de y reciclabilidad de los materiales utilizados o en la accesibilidad económica para los ciudadanos. La construcción no es sólo edificación, sino un fenómeno más amplio que también incluye la obra civil que conforma la ciudad y vertebra un país. En resumen, la construcción sostenible ha de considerar cinco factores: viabilidad económica, equidad social y eficiencia energética y ambiental (las tres dimensiones del desarrollo sostenible), más impacto estético e innovación.
-¿Qué papel juegan en este modelo las energías renovables?
-En primer lugar, hay que aclarar que lo necesario para la construcción sostenible es la eficiencia energética. No podemos hacer un edificio sin tenerla en cuenta. Lo segundo, en la medida de lo posible vamos a hacer que el edificio esté más relacionado con tipos de energía sostenibles, renovables, pero no es lo principal. Lo que sí que afecta es que sea energéticamente eficiente, interviniendo en el diseño, la orientación y también los materiales que utilizan. Si además se aplican energías renovables favorecerán su sostenibilidad, pero primero tiene que ser eficientemente energético.
-¿Cómo afecta al sector de la construcción el nuevo Código Técnico de Edificación?
-De una manera general lo que va a hacer es incidir en la calidad de los edificios. Hace unos días un amigo arquitecto decía que tradicionalmente nuestro país presta mucho cuidado en lo relativo a la estructura del edificio, somos de lo mejor del mundo, pero no así en otros detalles constructivos. El Código hace hincapié en una serie de elementos a los que antes no se prestaba tanta atención como es el control de la calidad, la acústica o el aislamiento.
-¿La construcción sostenible es rentable?
-Es, ante todo, necesaria. No podemos construir de cualquier manera. Por sentido común y también por el propio concepto del desarrollo sostenible, que conjuga la necesidad de crear bienes respetando el entorno y teniendo en cuenta a las personas. La construcción sostenible tiene que estar en este modelo de entender las cosas y no hacer viviendas de cualquier manera utilizando los recursos de cualquier forma, desde materiales, hasta el suelo. Es pues una necesidad pero es también una oportunidad de imaginarnos las cosas de otra manera que resultará rentable, sobre todo a largo plazo, ya que sus beneficios se obtienen a lo largo de toda la vida del edificio.
-La ciudad del futuro, ¿cómo es?
-En este punto será mas difícil ponerse de acuerdo, aunque existe un cierto consenso de que la ciudad más sostenible puede estar relacionada con el modelo tradicional de ciudad del Mediterráneo: integrada, no excesivamente grande, con suficientes actividades y usos... Será un punto a debatir más en profundidad porque estoy seguro de que habrá diferentes opiniones. Una macrociudad es muy poco manejable y desde el punto de vista de la calidad de vida no es el paradigma.
-¿Qué pretende el Congreso Internacional de Construcción Sostenible?
-El Congreso es una iniciativa ambiciosa de la Junta de Andalucía y de Holcim España y tiene una expectativa muy amplia. Abordará los diferentes aspectos de la construcción sostenible, no sólo arquitectónicos, sino también sociales y económicos. Se hablará de calidad, de materiales reciclados, de nuevos materiales para los edificios, los recursos, el agua, las emisiones de carbono de los edificios, de las energías utilizadas, pero también de cuál debe ser la educación de la población en este sentido. Debemos incidir en esta educación como demandantes de estos bienes.
-¿Qué debe tener en cuenta un ciudadano al adquirir una vivienda sostenible?
-Sobre todo la calidad del edificio. Hay que aprender a desarrollar pautas que nos permitan afrontar estos nuevos conceptos. Lo que se necesita es curiosidad, estar al tanto de las cosas e involucrarnos. Preguntar por el sistema de calefacción, si gasta mucho o poco, por los materiales empleados, si son saludables o no... Sobre todo hay que desarrollar una cultura de estar al tanto de las cosas y no dejarse llevar. Al fin y al cabo, la vivienda es de las inversiones más caras que hacemos en nuestra vida y las obras civiles las utilizamos todos los días. No hay que dar por buena cualquier cosa que se nos pone delante de los ojos, por eso es importante la difusión de iniciativas como el Congreso.
-¿Qué sectores están implicados en esta sostenibilidad?
-Primero, la Administración, porque tiene que hacer el planeamiento. Los profesionales que entienden de construcción, también el promotor, las empresas que se dedican a construir y a fabricar materiales, los medios que tienen que hacer difusión de estos nuevos conceptos, los sociólogos para hablar de las ciudades y los educadores. Hay muchos involucrados. La construcción llega prácticamente a todo el mundo porque es donde vivimos.
Rodrigo González Fernández
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
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