Células madre siembran una nueva vida A tres años de iniciar la implantación de células adultas, decenas de personas han visto beneficios en su salud. La evolución de la ciencia rebasa las leyes; urge legislar sobre bioética, dice especialista
TEXTOS CRISTINA PÉREZ- STADELMANN Óscar García entraba en pánico cada vez que iba al mar con su familia. Acercarse al borde de las olas o que alguien lo hiciera, era razón suficiente para angustiarse y sentir vértigo. Sabía nadar, pero no hubiera podido rescatar a nadie en caso de así requerirlo porque su corazón no daba para más. Siete cateterismos, y tres by-pass, no fueron suficientes para que recuperara su salud. Cualquier esfuerzo lo mermaba. El pecho le dolía. Óscar recuerda que cruzar un puente peatonal le tomaba más de 30 minutos; pero todo habría de cambiar para él, cuando fue intervenido quirúrgicamente con la técnica de "siembra" de células madre en su corazón hace 24 meses por el doctor Rubén Argüero Sánchez, director del Hospital de Cardiología del Centro Médico Nacional Siglo XXI. Hoy, Óscar disfruta el mar, puede nadar más de 20 metros sin cansarse. Sabe que no es mucho, pero es más, mucho más que antes. Su familia vive en Guerrero. Además, ha recuperado su vida sexual, que a su decir se había vuelto pasiva. Es casado. Padre de una niña de nueve años y sube cualquier escalera sin ningún esfuerzo, por empinada que sea. Para José Henríquez, el esfuerzo que desarrolló a lo largo de varios años en las máquinas de los barcos, provocó que la tercera parte de su corazón estuviera "destrozado", así lo describe. "Forcé mucho mi cuerpo, y mi corazón reventó. Caía desmayado a cada instante". A un año de la implantación o "siembra" de las células madre en su corazón, José se describe como un hombre que recuperó al ciento por ciento su calidad de vida, al grado que retomó lo que para él había sido una de sus pasiones, el karate. Hoy encuentra todo eso un poco increíble, después de que hace apenas 12 meses, lo habían desahuciado. Tanto Óscar García, de 44 años, como José Henríquez, de 51 años, forman parte de los 86 pacientes de "siembra" de células madre del doctor Argüero, primero en realizar un trasplante de corazón en el país , y pionero a nivel mundial en la utilización de este tipo de células madre, en pacientes terminales, intervención que inició en junio de 2004. En relación con el uso de estas células, Guillermo Prado Villegas, jefe de Residentes de Cirugía Cardiotorácica, del Centro Médico Nacional Siglo XXI, comenta que hay dos fuentes de células madre. La primera son los embriones, (células madre embrionarias), y la segunda, los órganos de un individuo (células madre adultas). Son estas últimas las utilizadas por el cardiólogo mexicano Rubén Argüero y su equipo, para realizar la "siembra" de células madre en el tejido cardiaco de los pacientes afectados. "El uso de células madre adultas no plantea ningún dilema ético, ya que se extraen de personas adultas y de ciertas partes de su cuerpo sin ningún daño o lesión", aseguran. Por otra parte, la insuficiencia cardiaca está considerada como la epidemia cardiovascular del siglo XXI. Su mortalidad y su morbilidad son muy elevadas y consumen cada vez más recursos sanitarios. Casi la mitad de los enfermos de insuficiencia cardiaca ha presentado un infarto de miocardio; de ahí que como consecuencia de esto último, el tratamiento de regeneración miocárdica con células madre, haya surgido como una esperanza para el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares, aseguran especialistas. El uso de las células madre embrionarias se han convertido en un tema de debate para la sociedad actual, pues ciertos investigadores afirman que son necesarias ante el tratamiento de enfermedades; y en contraste, los opositores sustentan que ellas "hieren" el derecho a la vida , pues cada embrión sería un ser humano en potencia. Para la abogada Claudia de Buen, subcoordinadora de la Comisión de Derecho Civil y secretaria de la Comisión de Equidad y Género, de la Barra Mexicana Colegio de Abogados, la vertiginosa evolución de la ciencia ha provocado que las leyes se vean rebasadas, de modo que legislar sobre temas de bioética es inaplazable y no es cuestión sencilla. La investigación sobre el crecimiento, desarrollo y diferenciación de las células madre conduce a resultados apasionantes. Y no cabe duda de que el avance de las terapias con células adultas, resulta extraordinariamente revelador, concluye César Nombela, autor de la obra Células Madre, Encrucijadas biológicas para la medicina. |
Rodrigo González Fernández
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