Alfredo Toro Hardy // Venezuela y la ecuación de poder mundial Estados Unidos, bajo Bush, desperdició la plataforma de poder hegemónico de la que disfrutaba. Si hegemonía es sinónimo del reconocimiento incuestionable de los otros a la propia primacía, Washington no dispone ya de ésta. Tampoco dispone, sin embargo, de capacidad para ejercer un liderazgo global efectivo al margen de la misma. La era de la unipolaridad llega a su fin. En lo sucesivo Estados Unidos deberá lidiar en términos de igualdad creciente con otros factores de poder como la Unión Europea, Chiindia y Rusia. Más allá del impacto devastador que el unilateralismo y la prepotencia de la Administración Bush causó sobre la arquitectura institucional internacional, ésta se veía aquejada por serios problemas de legitimidad y eficacia. Desde el Consejo de Seguridad de la ONU hasta los organismos financieros internacionales, pasando por la Organización Mundial de Comercio, la crisis del sistema multilateral es profunda. Uno de los más importantes subproductos de la crisis de las reglas e instituciones internacionales, es el surgimiento de una poderosa sociedad internacional de los David. La misma es capaz de enfrentar sin rubor a la sociedad de los Goliat. El ciudadano organizado a escala planetaria, gracias a la Internet, podrá mantener a raya a estados, conglomerados mediáticos y mercados financieros. Se constata el emerger de poderosos actores estatales que hasta hace poco tiempo jugaban un papel menor en la escena internacional. Chiindia -contracción de China e India- se posiciona como factor de primera importancia en la definición de un nuevo orden político, económico y comercial planetario. La moneda de dos caras del calentamiento global y la crisis energética, ascendió al primer plano de la agenda internacional. La conjunción entre poderosos intereses creados al interior de los estados y la debilidad del ordenamiento internacional, atentan contra la concreción de los objetivos ambientalistas. Sin embargo, tan preocupante como el calentamiento global es la capacidad para disponer de fuentes de aprovisionamiento energético, susceptibles de hacer frente al incremento en la demanda. Las reservas petrolíferas -matriz energética fundamental en un futuro previsible- inician un proceso de agotamiento, concentrándose en un número cada vez más limitado de países. La competencia por el petróleo se hará cada vez mayor. Para la segunda década del siglo tanto Estados Unidos como China importarán el setenta por ciento de sus requerimientos petroleros. Tales magnitudes harán de éste un tema de altísima sensibilidad estratégica y geopolítica. Existe elevada posibilidad de una guerra entre ambos por el control de rutas y fuentes de aprovisionamiento. La correlación entre oferta y demanda petrolera y la concentración de reservas en un número cada vez menor de países, otorgará a éstos alta capacidad de interlocución. Los mismos pasan a convertirse en factores de poder relativo que deberán ser tomados en cuenta en las ecuaciones emergentes de poder mundial. Venezuela ocupará un papel de privilegio dentro de este grupo. La manera en que se combinen los elementos anteriores determinará el rumbo del mundo. más noticias en el univrsal, pincha aquí http://www.eluniversal.com/2007/08/02/opi_1091_art_venezuela-y-la-ecuac_383373.shtml |
Rodrigo González Fernández
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