Lunes, 30 de Julio de 2007
Economía y Negocios, El Mercurio
Rosanna Costa, Directora del Programa Económico del Instituto Libertad y Desarrollo
El ambiente en torno al cual se ha desenvuelto la huelga no es el propio de una negociación colectiva y excede a las partes en conflicto, involucrando hasta a algunos diputados.
El conflicto entre Codelco y los trabajadores subcontratistas es motivo de atención por sus alcances políticos y económicos. El ambiente en torno al cual se ha desenvuelto no es el propio de una negociación colectiva y excede a las partes en conflicto, involucrando hasta a algunos diputados. La falta de respaldo del Ejecutivo a la plana directiva de la empresa, afecta su postura negociadora, y las divisiones al interior del gabinete introducen incertidumbre.
Las utilidades alcanzadas por la minería del cobre -en 2006 el gobierno obtuvo US$ 12.941 millones- explica las presiones por más remuneraciones y la negociación colectiva es el instrumento para distribuir esas utilidades "al interior de las empresas". En ellas las partes involucradas deben diferenciar entre los ingresos permanentes y transitorios, y los incrementos de costo permanente deben considerar el precio de largo plazo. En el corto plazo en cambio se puede acudir a bonos por una vez o transitorios.
Pero en esta oportunidad, Codelco se sentó a negociar bonos para trabajadores de otras empresas, no los propios, en el marco de una negociación "voluntaria" interempresa, donde los análisis no apuntan a la posibilidad real de financiamiento de las empresas respectivas, sino que todos miran a Codelco. La estatal, por lo tanto, entregaría parte de sus excedentes a empresas privadas, con las cuales había firmado contratos, y a las que seleccionó entre otros atributos por su costo.
El gobierno recibirá menos ingresos estructurales, pues se traspasa a los subcontratistas parte del presupuesto que en otro caso hubiese aprobado el Congreso, pudiendo haberse destinado, por ejemplo, a Chile Solidario o a cualquier otro programa.
Por lo pronto, la minería privada está alerta a las repercusiones. Para el resto del mercado, éste y otros conflictos surgidos en el último tiempo se leen como presiones organizadas para reducir la subcontratación y modificar el ámbito de la negociación colectiva y, las decisiones de inversión (referidas a cuánto invertir y a si hacerlo con mayor o menor intensidad en mano de obra) incorporan con creciente pesimismo las expectativas sobre futuras reformas legales anunciadas en materia de negociación colectiva. No se pasan por alto las posturas discrepantes en el gobierno y la Concertación y que, previo al conflicto, se emplazara a Codelco a reducir la externalización desde el 62% de los trabajadores, más allá de lo que se legisló.
Estas incertidumbres y la politización del tema no son buenas para el empleo, y no debiéramos olvidarnos de los siete años de alto desempleo que costó la crisis de fines de los "90.
Llevar las diferencias políticas al ámbito de las relaciones laborales puede reportar dividendos políticos de corto plazo, pero daña especialmente a los trabajadores más vulnerables.
Recordemos también que Morandé encontró evidencia de que las expectativas de la última reforma laboral tuvieron un efecto equivalente al de un impuesto al trabajo igual a 6%.
Llevar las diferencias políticas a las relaciones laborales puede reportar dividendos políticos de corto plazo, pero daña sobre todo a trabajadores más vulnerables.
Rodrigo González Fernández
Renato Sánchez 3586 of. 10
Telefono: 2084334- 5839786
santiago-Chile
www.consultajuridicachile.blogspot.com
www.lobbyingchile.blogspot.com
www.biocombustibles.blogspot.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario