A primera vista, puede parecer que las preocupaciones de los miembros de la familia que no trabajan en la empresa familiar no deberían ser fuente de conflicto para aquellos que sí se encuentran relacionados con el negocio.
No obstante, no es necesario examinar en demasiado detalle a unas pocas empresas familiares para darse cuenta de que ésta es una cuestión fundamental para muchas de ellas. De hecho, es en esta relación entre los individuos en donde los roles de la familia y de la empresa se superponen y entretejen más claramente.
En la época inicial de una empresa familiar, particularmente cuando existe un único fundador, los problemas pueden no ser evidentes. La diferencia entre recompensa, ingreso y capital no es una preocupación relevante. No obstante, a medida que la empresa crece y se torna más exitosa, las generaciones sucesoras son más propensas a estar más concientes y a ser afectadas por ese diferencial.
Orientaciones diferentes
Las diferencias en las necesidades, esperanzas y anhelos, entre aquellos que administran la empresa y aquellos que se encuentran a un costado pueden ser muy diferentes una vez que la empresa ha crecido.
Quienes se encuentran fuera del negocio pueden estar contando con un ingreso basado en dividendos, y entonces oponerse a cualquier reducción en los mismos, aún cuando los fondos se vuelvan a invertir en la empresa para el crecimiento futuro.
Como alternativa, los cónyuges pueden sentir que sus parejas que trabajan en la empresa no están siendo recompensados como merecen, y por lo tanto su estilo de vida se ve afectado, debido a los dividendos que reciben los familiares que no están involucrados en las operaciones del día a día de la empresa.
Conflictos
Hay más en juego que simplemente el cuidado de los sentimientos de los individuos. Tales conflictos pueden tener un efecto serio, generalmente negativo, para la compañía y pueden incluso poner en peligro su supervivencia.
Mientras que la presión entre los accionistas por dividendos continuos y la gestión del capital en cuanto a un crecimiento futuro es, de un modo simplista, similar para muchos tipos de empresas, las interrelaciones entre los individuos en cuestión generan una presión mucho mayor en la administración de la empresa familiar. Aquellos dentro de la empresa a menudo no pueden obtener ningún alivio de los problemas relacionados con la administración diaria, y puede ser muy difícil para ellos hacerse a un lado y realizar una evaluación realmente independiente y objetiva del mejor uso de los fondos de la compañía.
Esto puede obviamente conducir a la toma de malas decisiones, o a algo igualmente serio, la falta de decisiones, lo cual puede afectar potencialmente al futuro de la compañía.
Aquellos dentro de la empresa pueden creer que están realizando un trabajo efectivo al administrar la empresa, proveyendo en su opinión a los miembros ajenos a la empresa que no contribuyen activamente. Aquellos afuera de la empresa pueden verlo de diferente modo y sentir que son desplazados en favor de aquellos que están dentro de la empresa.
De algún modo esto puede ser visto como el resultado del cambio en una exitosa empresa en crecimiento, pasando de una empresa administrada por sus dueños a otra donde existe una clara separación entre los dueños y los administradores. Como tales, los roles y responsabilidades de los individuos involucrados evolucionan y cambian.
Los principios básicos
Como siempre, es importante hacer frente a los problemas, y a los problemas potenciales, tan temprano como sea posible, a través de una comunicación abierta.
El mantener a todos los miembros de la familia actualizados en materia de conocimientos y entendimiento del negocio es por supuesto vital. De ese modo, con suerte, las decisiones difíciles pueden ser vistas en un contexto y no aisladas desde un punto de vista personal. Esto incluye no sólo los resultados y el desempeño de la empresa, sino también sus metas y objetivos estratégicos, y cómo estos pueden cambiar durante el curso del tiempo.
Algunas soluciones a ser consideradas:
- Emitir diferentes clases de acciones, por medio de las cuales aquellos que poseen un rol activo dentro de la empresa retienen control del voto, mientras que aquellos fuera del negocio sólo tienen derecho a los dividendos.
- Un Acuerdo de Compraventa bien pensado debe ser establecido. Es esencial para regular el movimiento de las acciones dentro de la familia y crear un mecanismo para que los desencantados puedan vender sus acciones.
- Una política clara de dividendos, la cual satisfaga las necesidades de capital de la empresa, debe ser determinada.
- Si la empresa es lo suficientemente grande, tanto como por otras buenas razones, la asignación de un director(es) fuera de la empresa puede contribuir a proveer una separación más transparente entre la propiedad y la administración de la empresa.
Una vez más la necesidad de tener una comunicación abierta y una planificación a largo plazo es crítica. Por supuesto que no evitará que los problemas ocurran, pero seguramente será de gran ayuda, y si está bien pensada debería ser el basamento para resolver cualquier conflicto.
Fuente: Grant Thornton - Centro de Empresas Familiares
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