| | Viernes 30 de Octubre de 2009 | | Fuente :ANSA | | | | SANTIAGO.- Las presidentas de Chile y Argentina, Michelle Bachelet y Cristina Fernández, firmaron hoy un tratado que profundiza la integración y cooperación entre ambos países e incluye un sistema previsional recíproco, fuerzas conjuntas para la paz y libre circulación de personas, entre otros temas.
Ambas mandatarias subrayaron la mirada latinoamericana del Tratado de Maipú, sellado en el Templo Votivo de la comuna, donde Bernardo O"Higgins y José de San Martín hicieron lo propio con la independencia de Chile en 1818, mediante el emblemático "abrazo de los libertadores".
"Este no es un acto protocolar o diplomático sino que nos ayuda a construir una región con mayor paz e igualdad", definió la mandataria argentina, que cumplía hoy el segundo día de una visita de estado a Chile.
"Este cruce que hemos dado quiere sellar el derecho a la igualdad en nuestras sociedades y la amistad entre nuestros pueblos", añadió Fernández al recordar el gesto de los respectivos Padres de la Patria.
"Cuando uno ve este abrazo entre los dos hombres más grandes de Chile y Argentina, yo siento que hoy con el abrazo que nosotros nos hemos dado, pero fundamentalmente con las cosas que hemos acordado, estamos protagonizado otro cruce de Los Andes", agregó. Recalcó que el acuerdo firmado hoy -en reemplazo del Tratado de Paz y Amistad de 1984, que puso fin al conflicto por la zona austral de Beagle, el cual tuvo a ambos pueblos al borde de la guerra en 1978- profundiza la necesidad de articular una asociación estratégica y representa un acto de "profunda convicción americana", para contribuir una región diferente a la que les tocó vivir a ambas mandatarias.
"Construir esta región como una región de paz, de prosperidad y de igualdad, debe ser el objetivo de todos quienes gobernamos en nombres de principios como la libertad, la igualdad y la independencia económica de nuestros países", aseguró Fernández.
Bachelet relevó la historia común que une a ambos pueblos y afirmó que "O'Higgins y San Martín, tal como lo hicieron (Simón) Bolívar y (Antonio) Sucre, inauguraron un nuevo tiempo en la historia de nuestra América del Sur: el tiempo de la libertad, pero también de la modernidad, de la apertura del mundo, junto a la afirmación de nuestras propias identidades".
"El gigantesco esfuerzo integrado de cooperación sudamericana", añadió, significó la libertad de los pueblos, pero también resaltó "la acertada visión de que la emancipación en cada uno de nuestros países no estaría segura si no era el conjunto de la región".
"Es lo que hoy nos une también en Unasur", prosiguió Bachelet, para reafirmar que aunque "tenemos hoy problemas y desafíos comunes, y cada uno puede tener éxitos y logros, la tarea es lograr que el conjunto de la región, de la América del Sur, logre tener mayor bienestar, mayor progreso para cada uno de sus habitantes".
La mandataria chilena insistió en que el acuerdo suscrito "no tiene una perspectiva exclusivamente bilateral, sino que descansa en otra voluntad compartida de trabajar juntos para avanzar hacia una región crecientemente integrada, más democrática, más inclusiva, más justa y capaz también de tener una voz latinoamericana frente a la integración".
Junto al Tratado de Maipú, que prevé un sistema de jubilaciones recíproco y valedero y fuerzas armadas conjuntas para la paz, se firmaron tres protocolos complementarios: el primero para favorecer el ferrocarril trasandino, el segundo para facilitar la libre circulación de las personas y, el tercero, para impulsar el paso internacional Aguas Negras, y definir allí un túnel internacional.
Fernández y Bachelet volverán a reunirse el 29 de noviembre próximo en el Vaticano, cuando se entrevisten con el papa Benedicto XVI, con motivo del trigésimo aniversario de la mediación vaticana en el diferendo por la zona del Beagle. | |
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