La expresión artística promueve los derechos humanos
Pintores, músicos y otros denuncian las injusticias
Washington – El gran pintor español José de Goya y Lucientes (1746–1828) fue testigo de la convulsión que padeció su país a principios del siglo XIX y creó una serie de pinturas y grabados que reflejaron los horrores de la guerra. Desde entonces muchos artistas han seguido su ejemplo, utilizando el arte como vehículo de protesta social, con obras que promueven los derechos humanos, la paz y la justicia.
Entre otros casos de gigantes artísticos del siglo XX cabe destacar el del pintor Diego Rivera (1886–1957). Rivera, junto con otros muralistas de la década de 1930, cubrieron los muros de las escuelas, edificios ministeriales, iglesias y museos de México con escenas que celebraban la historia de su país y reconocen la contribución de la población indígena marginalizada en México. Los muralistas consideraban que exponer arte en un espacio público tenía un efecto democratizador, porque ponía el arte al alcance de todo el pueblo, independientemente de raza u origen social.
El escultor y pintor español Pablo Picasso (1881–1973) fue otro artista cuya perspectiva fue formada, en parte por Goya. Guernica, la monumental obra de Picasso, representa el bombardeo nazi de Guernica, en España, durante la Guerra Civil española. El cuadro sirvió para destacar, y condenar, las atrocidades de las que Picasso había sido testigo.
EL ARTE RENUEVA LAS COMUNIDADES
Muchos de los artistas del siglo XXI están aceptando ese mismo desafío, aun cuando sus metas sean más modestas. Mónica Nador, de Brasil, cuya obra ha sido expuesta en Francia, Australia, y otros países, se educó en una academia de bellas artes. Nador empezó a preocuparse cada vez más con la idea de que crear arte era un objetivo de lujo, sin importancia para la pobreza desesperante que había visto en algunos lugares de América Latina.
Al volver a examinar su relación con la pintura, Nador decidió aplicar su talento para ayudar a las comunidades desfavorecidas a conservar sus tradiciones históricas. Durante muchos años Nador ha viajado a regiones urbanas y rurales de Brasil, Cuba y México, a petición de ciudadanos de distintas localidades, para pintar murales en casas y otros edificios.
Los residentes ayudan a Nador a elegir los colores y los motivos de decoración, de manera que el mural acabado tenga un gusto claramente regional. Todos son profesores y alumnos, involucrados en un proceso de renovación cívica, según comenta Nador. El resultado "es beneficioso para la salud mental y espiritual de la gente", dijo.
Nador también estableció el Club de Arte Jardim Miriam (JAMAC), una entidad sin fines de lucro que debe su nombre de uno de los vecindarios más peligrosos de San Pablo (Brasil). Desde el estudio que Nador tiene en su casa, JAMAC recluta a artistas, en general jóvenes en situación de riesgo, y les asigna a programas de arte que generan ingresos, enseñan oficios y mantienen a los jóvenes fuera de la calle. Por medio de JAMAC, Nador combate la violencia, la delincuencia, la discriminación, la injusticia y el hambre, y la obra de sus jóvenes aprendices refleja el poderoso efecto del arte.
Los participantes descubren que "el arte puede sanar", dijo Nador en declaraciones a America.gov. "Puede crear lazos, amistades y un sentido de ciudadanía, de pertenecer". Y quizás lo que es más importante es que trae alegría a gente que no ha conocido la felicidad.
OTRAS VOCES DE CONCIENCIA
Los músicos también tienen una historia bien documentada de activismo político. En la década de 1960, muchas bandas de rock, así como cantautores estadounidenses, entre ellos Bob Dylan y Joan Báez, se opusieron a la participación de Estados Unidos en la guerra de Vietnam, y desde entonces la tradición musical como expresión de protesta continúa en Estados Unidos.
La música cargada con mensaje también se arraigó en otros lugares del mundo. El jamaicano Bob Marley (1945-1981) escribió e interpretó canciones de reggae que atacaban la injusticia social en su país y en el mundo. El cantante popular Juan Luis Guerra, de la República Dominicana, con frecuencia aborda cuestiones sociales con su música, como también lo hace Willy Chirino, el cantante y salsero cubano, considerado como uno de los fundadores del denominado "sonido de Miami", una fusión de ritmos cubanos, brasileños y caribeños.
Los artistas de medios mezclados e interdisciplinarios con frecuencia también envían fuertes mensajes. Nimal Mendis, cantante y compositor de Sri Lanka, dirigió una película documental, cuyo título traducido en Perla destrozada, que se enfoca en la lucha de las mujeres afectadas por la guerra civil actual en Sri Lanka.
La artista canadiense Rebecca Belmore examina la historia, el desplazamiento, la pérdida cultura y de identidad por medio de esculturas, instalaciones y actuaciones en video y en vivo. Miembro de la tribu indígena anishinaabe de Norteamérica, Belmore elabora proyectos que exploran cómo la población indígena canadiense tuvo que renunciar a su patrimonio debido a la política de asimilación a la cultura occidental impuesta por el gobierno.
La necesidad de recuperar el patrimonio tribal fue dramatizado en un proyecto que realizó Belmore en 1991, denominado "Hablando con su madre", un trabajo que recalcaba la compleja relación entre los pueblos de las tribus indígenas con la tierra que labraron sus antepasados. Belmore creó un enorme y complejo megáfono de madera y recorrió las comunidades de las naciones indígenas por todo Canadá, pidiendo a los residentes que hablaran por el megáfono. El resultado fue una serie de fotografías y grabaciones, que el crítico de arte Michael Lithgow calificó de "mensajes sinceros y conmovedores" por parte de los representantes tribales indígenas.
Otros ejemplos destacados del fenómeno del artista como mensajero puede verse en todo el mundo. En Birmania, el comediante U Maung Thura (conocido como Zarganar) recurre al humor para criticar a la junta militar que gobierna su país, y aguanta duras represalias por hacerlo. Luego que un ciclón arrasara zonas de Birmana en el mes de mayo, Zarganar organizó una campaña para distribuir comida y abastecimientos a los poblados afectados, pero debido a que sus esfuerzos enfocaron la atención en la incompetencia de la junta gobernante, la campaña del artista fue clausurada.
Allá donde estén, los artistas que protestan las injusticias desempeñan una tarea importante, impulsando la conciencia colectiva de su público por medio de pinturas, música, fotografía, películas o interpretaciones en vivo. Es una misión que Goya, considerado simultáneamente como el último de los Maestros Antiguos y el primero de los Modernos, seguramente habría aplaudido.
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Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en RSE de la ONU
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