Entidad pionera en micropréstamos abre su primera sucursal en EE.UU.
(Banco Grameen dice que estadounidenses pobres se beneficiarán de préstamos a la pequeña empresa) (1130)
Por Burton Bollag
Redactor del Servicio Noticioso desde Washington
Nueva York - El Banco Grameen, que se ha ganado elogios por mejorar la vida de los pobres en Bangladesh al conceder microcréditos empresariales, ha comenzado operaciones en Estados Unidos.
Esta es la primera vez que se conceden microcréditos a la población pobre de un país desarrollado.
La primera sucursal del banco Grameen America está en el vecindario neoyorquino de Jackson Heights, poblado en su mayoría por inmigrantes y ubicado en el barrio de Queens, donde inmigrantes recién llegados de la India y de África se mezclan con comunidades más asentadas de América Latina. La zona de Queens está a 16 kilómetros de Wall Street, el centro mundial de las finanzas, donde a diario se mueven miles de millones de dólares en operaciones que se realizan en relucientes rascacielos.
El Banco Grameen concede préstamos de entre 500 y 3.000 dólares desde una dilapidada oficina ubicada en un pequeño centro comercial, junto a una tienda que vende saris de la India y otra que vende vídeos de Asia meridional.
El propósito de los préstamos del banco es ayudar al prestatario a montar o consolidar un pequeño negocio. Apoyan a empresas de preparación de comidas caseras, venta de prendas de vestir, sastrerías y tintorerías.
La tarde de un miércoles reciente, una mujer de mediana edad, con pelo corto teñido de rubio, que había emigrado del Perú hace veinte años, llegó a la sucursal del Banco Grameen para recoger un préstamo de 2.000 dólares. Esther, que no quiso dar su apellido, explicó que con el préstamo iba a comprar artículos de joyería, que tiene intención de vender en salones de belleza.
Aunque trabaja cinco días a la semana limpiando tiendas, Esther tiene dificultades a la hora de ganar lo suficiente para vivir. "Tengo que ganar más", dijo. "El precio de la leche, los alimentos, la gasolina, es decir, todo, sube".
El Banco Grameen espera que los negocios de sus prestatarios tarde o temprano aporten más ingresos de los que ganan en sus empleos de bajo sueldo y que incluso puedan contratar empleados.
Esther es precisamente el tipo de prestatario que le interesa al banco: los trabajadores pobres, sobre todo mujeres, puesto que el banco ha descubierto que las mujeres utilizan sus ingresos para ayudar a sus familias de manera más fiable que los prestatarios varones.
Un estudio realizado en fechas recientes calcula que hay alrededor de 28 millones de pobres en Estados Unidos "no bancarizados", es decir, que no tienen una cuenta bancaria ni historial de crédito. Como consecuencia, los bancos comerciales más grandes generalmente no conceden préstamos a este sector de la población.
Cuando los no bancarizados tienen que pedir un préstamo, suelen acudir a empresas de préstamos rápidos sobre sus sueldos, casas de empeño y otros prestamistas usureros, fuentes que a menudo cobran tasas de interés del 300 a 400 por ciento al año, según el Banco Grameen.
El banco cobra intereses del 15 por ciento al año en sus préstamos, que generalmente se devuelven en un año. Por ejemplo, un prestatario que recibe un préstamo de 3.000 dólares efectúa pagos semanales de 66 dólares (60 dólares en concepto de principal y seis dólares de intereses). El banco también exige a los prestatarios que abran una cuenta bancaria e ingresen dos dólares todas las semanas.
PRESIÓN DE GRUPO
A diferencia de la mayoría de los prestamistas, el Banco Grameen no le pide a sus prestatarios un historial de crédito ni avales o propiedades que el prestamista pueda embargar si no se le devuelve el préstamo. En lugar de ello, y siguiendo el ejemplo que estableció en Bangladesh, el banco exige al prestatario que se una a un grupo conformado por otros cuatro prestatarios. Los grupos se reúnen todas las semanas con un representante del banco y cada miembro devuelve el importe correspondiente a su préstamo delante de los demás prestatarios. Los integrantes del grupo no son responsables de devolver los préstamos de los demás, sino que proporcionan apoyo mutuo y presión de grupo.
Los resultados iniciales indican que este método funciona. La oficina de Queens comenzó a conceder préstamos en enero. Seis meses más tarde, el banco tiene 300 prestatarios y nadie está en situación de mora, según informó el gestor de la sucursal, H.A. Shah Newaz.
Entre los criterios de participación que exige el banco, cabe destacar que los prestatarios tienen que vivir en Estados Unidos en condiciones legales y tener ingresos por debajo del umbral de la pobreza. (En 2007 esto suponía tener ingresos anuales de 21.201 dólares para una familia de cuatro personas).
El Banco Grameen informa que lo más difícil fue encontrar el primer grupo de prestatarios. Los cuatro representantes de la sucursal tuvieron que salir a la calle, al metro y a lavanderías y charlar con la gente sobre el nuevo servicio de préstamos.
"A menudo la gente piensa que es un engaño", dijo Christopher Dole, hijo de inmigrantes haitianos que se graduó de la Universidad de Columbia hace dos años. Al abandonar su trabajo en un banco de inversión para irse a trabajar en el Banco Grameen sufrió una reducción del 50 por ciento en sus ingresos. Dole comentó que los prestatarios prospectivos le preguntaban: "¿Por qué se ha molestado en desplazarse hasta aquí para venir a charlar conmigo si su empresa cobra tasas de interés tan bajas?"
Sin embargo, según se ha corrido la voz sobre el banco, sobre todo en las comunidades de inmigrantes, se ha despertado el interés de la gente.
Muhammad Yunus, un profesor de Economía en la Universidad de Chittagong, fundó el Banco Grameen en 1983 y este ha adquirido una presencia enorme en Bangladesh, ya que sus filiales proporcionan todo tipo de servicios a millones de pobres, desde teléfonos móviles hasta agua potable y hospitales.
El banco, que se jacta de tener una tasa de devolución de los préstamos del 98 por ciento entre los pobres a los que brinda servicio, sirve de modelo en muchos lugares del mundo.
En 2006, el Banco Grameen y Yunus recibieron el Premio Nóbel de la Paz.
A diferencia de muchos programas contra la pobreza, el Banco Grameen y sus filiales son empresas autónomas con fines de lucro. Según ha explicado Yunus, lo que diferencia a este banco de la mayoría de las compañías es que Grameen es una "empresa social", cuyo objetivo final no apunta a maximizar las ganancias, sino a proporcionar un servicio útil a los pobres.
Actualmente hay cerca de 220 programas de microcréditos en Estados Unidos, aunque pocos utilizan el enfoque del Banco Grameen de agrupar a los prestatarios. El banco tiene previsto abrir varias sucursales más en Nueva York y una más en una ciudad estadounidense cuyo nombre aún se desconoce, y a continuación abrirá más sucursales por todo Estados Unidos.
(El Servicio Noticioso desde Washington es un producto de la Oficina de Programas de Información Internacional del Departamento de Estado de Estados Unidos. Sitio en la Web: http://usinfo.state.gov/esp)
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La Oficina de Programas de Información Internacional del
Departamento de Estados Unidos distribuye WF-Noticias.
Puede encontrar información adicional en
http://usinfo.state.gov/esp/
(Banco Grameen dice que estadounidenses pobres se beneficiarán de préstamos a la pequeña empresa) (1130)
Por Burton Bollag
Redactor del Servicio Noticioso desde Washington
Nueva York - El Banco Grameen, que se ha ganado elogios por mejorar la vida de los pobres en Bangladesh al conceder microcréditos empresariales, ha comenzado operaciones en Estados Unidos.
Esta es la primera vez que se conceden microcréditos a la población pobre de un país desarrollado.
La primera sucursal del banco Grameen America está en el vecindario neoyorquino de Jackson Heights, poblado en su mayoría por inmigrantes y ubicado en el barrio de Queens, donde inmigrantes recién llegados de la India y de África se mezclan con comunidades más asentadas de América Latina. La zona de Queens está a 16 kilómetros de Wall Street, el centro mundial de las finanzas, donde a diario se mueven miles de millones de dólares en operaciones que se realizan en relucientes rascacielos.
El Banco Grameen concede préstamos de entre 500 y 3.000 dólares desde una dilapidada oficina ubicada en un pequeño centro comercial, junto a una tienda que vende saris de la India y otra que vende vídeos de Asia meridional.
El propósito de los préstamos del banco es ayudar al prestatario a montar o consolidar un pequeño negocio. Apoyan a empresas de preparación de comidas caseras, venta de prendas de vestir, sastrerías y tintorerías.
La tarde de un miércoles reciente, una mujer de mediana edad, con pelo corto teñido de rubio, que había emigrado del Perú hace veinte años, llegó a la sucursal del Banco Grameen para recoger un préstamo de 2.000 dólares. Esther, que no quiso dar su apellido, explicó que con el préstamo iba a comprar artículos de joyería, que tiene intención de vender en salones de belleza.
Aunque trabaja cinco días a la semana limpiando tiendas, Esther tiene dificultades a la hora de ganar lo suficiente para vivir. "Tengo que ganar más", dijo. "El precio de la leche, los alimentos, la gasolina, es decir, todo, sube".
El Banco Grameen espera que los negocios de sus prestatarios tarde o temprano aporten más ingresos de los que ganan en sus empleos de bajo sueldo y que incluso puedan contratar empleados.
Esther es precisamente el tipo de prestatario que le interesa al banco: los trabajadores pobres, sobre todo mujeres, puesto que el banco ha descubierto que las mujeres utilizan sus ingresos para ayudar a sus familias de manera más fiable que los prestatarios varones.
Un estudio realizado en fechas recientes calcula que hay alrededor de 28 millones de pobres en Estados Unidos "no bancarizados", es decir, que no tienen una cuenta bancaria ni historial de crédito. Como consecuencia, los bancos comerciales más grandes generalmente no conceden préstamos a este sector de la población.
Cuando los no bancarizados tienen que pedir un préstamo, suelen acudir a empresas de préstamos rápidos sobre sus sueldos, casas de empeño y otros prestamistas usureros, fuentes que a menudo cobran tasas de interés del 300 a 400 por ciento al año, según el Banco Grameen.
El banco cobra intereses del 15 por ciento al año en sus préstamos, que generalmente se devuelven en un año. Por ejemplo, un prestatario que recibe un préstamo de 3.000 dólares efectúa pagos semanales de 66 dólares (60 dólares en concepto de principal y seis dólares de intereses). El banco también exige a los prestatarios que abran una cuenta bancaria e ingresen dos dólares todas las semanas.
PRESIÓN DE GRUPO
A diferencia de la mayoría de los prestamistas, el Banco Grameen no le pide a sus prestatarios un historial de crédito ni avales o propiedades que el prestamista pueda embargar si no se le devuelve el préstamo. En lugar de ello, y siguiendo el ejemplo que estableció en Bangladesh, el banco exige al prestatario que se una a un grupo conformado por otros cuatro prestatarios. Los grupos se reúnen todas las semanas con un representante del banco y cada miembro devuelve el importe correspondiente a su préstamo delante de los demás prestatarios. Los integrantes del grupo no son responsables de devolver los préstamos de los demás, sino que proporcionan apoyo mutuo y presión de grupo.
Los resultados iniciales indican que este método funciona. La oficina de Queens comenzó a conceder préstamos en enero. Seis meses más tarde, el banco tiene 300 prestatarios y nadie está en situación de mora, según informó el gestor de la sucursal, H.A. Shah Newaz.
Entre los criterios de participación que exige el banco, cabe destacar que los prestatarios tienen que vivir en Estados Unidos en condiciones legales y tener ingresos por debajo del umbral de la pobreza. (En 2007 esto suponía tener ingresos anuales de 21.201 dólares para una familia de cuatro personas).
El Banco Grameen informa que lo más difícil fue encontrar el primer grupo de prestatarios. Los cuatro representantes de la sucursal tuvieron que salir a la calle, al metro y a lavanderías y charlar con la gente sobre el nuevo servicio de préstamos.
"A menudo la gente piensa que es un engaño", dijo Christopher Dole, hijo de inmigrantes haitianos que se graduó de la Universidad de Columbia hace dos años. Al abandonar su trabajo en un banco de inversión para irse a trabajar en el Banco Grameen sufrió una reducción del 50 por ciento en sus ingresos. Dole comentó que los prestatarios prospectivos le preguntaban: "¿Por qué se ha molestado en desplazarse hasta aquí para venir a charlar conmigo si su empresa cobra tasas de interés tan bajas?"
Sin embargo, según se ha corrido la voz sobre el banco, sobre todo en las comunidades de inmigrantes, se ha despertado el interés de la gente.
Muhammad Yunus, un profesor de Economía en la Universidad de Chittagong, fundó el Banco Grameen en 1983 y este ha adquirido una presencia enorme en Bangladesh, ya que sus filiales proporcionan todo tipo de servicios a millones de pobres, desde teléfonos móviles hasta agua potable y hospitales.
El banco, que se jacta de tener una tasa de devolución de los préstamos del 98 por ciento entre los pobres a los que brinda servicio, sirve de modelo en muchos lugares del mundo.
En 2006, el Banco Grameen y Yunus recibieron el Premio Nóbel de la Paz.
A diferencia de muchos programas contra la pobreza, el Banco Grameen y sus filiales son empresas autónomas con fines de lucro. Según ha explicado Yunus, lo que diferencia a este banco de la mayoría de las compañías es que Grameen es una "empresa social", cuyo objetivo final no apunta a maximizar las ganancias, sino a proporcionar un servicio útil a los pobres.
Actualmente hay cerca de 220 programas de microcréditos en Estados Unidos, aunque pocos utilizan el enfoque del Banco Grameen de agrupar a los prestatarios. El banco tiene previsto abrir varias sucursales más en Nueva York y una más en una ciudad estadounidense cuyo nombre aún se desconoce, y a continuación abrirá más sucursales por todo Estados Unidos.
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Puede encontrar información adicional en
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CONSULTEN, OPINEN , ESCRIBAN LIBREMENTE
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en RSE de la ONU
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