Los desafíos del ganador de la Alianza, las dudas por rol de Piñera y como «cazar» los votos que se fugaron
Ya sea Allamand o Longueira el vencedor este domingo, la tarea de unir a la Alianza tras el candidato único enfrenta -además de la ventaja de Bachelet- dos flancos. Uno, la fuga de parte de los votos de Golborne a Franco Parisi, que según La Moneda marca casi 12% en primera vuelta. Y segundo, el protagonismo del Presidente, que opaca la primaria y alimenta la tesis de que desea regresar el 2017.
Apenas se conozca el primer cómputo que pasado mañana dirimirá quién es el vencedor de la primaria oficialista, arrancará una intensísima serie de negociaciones y definiciones para redibujar y rearmar lo mejor que se pueda el mapa oficialista para enfrentar la difícil elección presidencial y parlamentaria de noviembre. La compleja misión que tiene la Alianza de unir fuerzas detrás del vencedor estará supeditada a cómo se resuelvan algunas interrogantes que marcarán la ruta hasta noviembre.
A saber: el destino político del candidato derrotado; el futuro de su partido y su directiva; el "precio" que deba pagar el triunfador para "ganarse" a la tienda rival (y las condiciones o compensaciones que ésta exija); el consiguiente rebaraje de la plantilla parlamentaria, y el diseño definitivo del programa de la candidatura única.
Pero la lista incluye dos gruesas incógnitas que por estos días concentran la atención (y la tensión) del oficialismo, y que se asumen decisivas para lo que resta del año. La primera es cómo Laurence Golborne manejará la intención de voto que aún conserva , y que ni Longueira, ni menos Allamand, lograron capturar en la campaña.
La segunda gran duda que enfrentará el sector a contar del lunes será el rol que jugará elPresidente Sebastián Piñera , que se reduce a un solo y gran dilema: si le cederá suficiente espacio al inminente candidato único de su gobierno, o si seguirá -como muchos temen en Palacio- siendo el protagonista del mismo hasta su último día en La Moneda... con lo que alimenta cada vez más la tesis de su "operación retorno" para las presidenciales del 2017 .
Cómo se resuelvan estos dos últimos factores incidirá en si la Coalición arriesga o no -mientras Michelle Bachelet siga como favorita para noviembre- enfrentar el duelo de fin de año en una situación parecida a la de Eduardo Frei Ruiz-Tagle en la primera vuelta de la presidencial pasada: con sus posibilidades de crecer bloqueadas debido a una fuga de votos hacia un candidato "afuerino".
La diferencia es que hoy, al menos según el diagnóstico y los números que circulan en La Moneda (y especialmente desmenuzando el factor Golborne), la "sorpresa" no es Marco Enríquez-Ominami, sino que Franco Parisi.
Qué le depara al perdedor
¿Da lo mismo si gana Longueira o Allamand? Por ningún motivo, coinciden en RN, en la UDI y en La Moneda. La tienda de Antonio Varas tiene menos traumas que hace una década en cuadrarse detrás del gremialista si éste es el vencedor, y el mismo ex ministro de Defensa sería el primero en hacerlo la misma noche del domingo.
Menos probable, creen en el partido, es que en tal caso se integre al comando gremialista. Para algunos lo lógico es que mantenga presencia en la campaña parlamentaria de la tienda.
De cualquier modo, si Allamand pierde este domingo sufrirá una dura derrota en su larga carrera política, en la cual nunca había tenido una mejor ocasión de concretar su ansiado asalto a La Moneda . Como renunció al gabinete justo antes del plazo legal, si quisiera podría intentar volver al Senado y competir contra Pablo Zalaquett (UDI) por Santiago Poniente. Entre sus amigos se asegura que no lo hará.
Una victoria de Longueira, además, impactará en la directiva de RN, que perdería en la misma cancha (las primarias) que logró imponerle a la UDI. En tal caso se prevé una dura lucha por el control del partido, ya que el "piñerismo" intentará reconquistarlo y asegurar allí una cabeza de playa para el 2017. Por lo mismo, desde la mesa de Carlos Larraín avisan desde ya que lo impedirán y que eso le provocará problemas al gobierno en sus últimos meses.
Si Allamand vence a Longueira , existe la convicción transversal de queserá mucho más difícil unir al sector . Dejando de lado los gestos meramente formales e "institucionales" que se harán, el grueso de los dirigentes, alcaldes y parlamentarios UDI reconocen un escaso o nulo incentivo para apoyar al RN y sobre todo para votar por él, y no pocos confiesan una clara animadversión. La responsabilidad que le asignan en la caída de Golborne acentúa mucho más ese cuadro.
Crucial será en las primeras horas el rol de Longueira, de quien se espera que reconozca rápidamente una eventual victoria de su riva l y que use su liderazgo interno para tratar de cuadrar al partido en esa línea... siempre y cuando el bloque liderado por Jovino Novoa esté de acuerdo.
Otra cosa es si en ese caso el ex titular de Economía se sumaría al comando, opción que ponen en duda algunos gremialistas. No puede postular al Senado, ya que salió del gabinete fuera del plazo legal que expiró en noviembre último.
En ese supuesto, prevén en la UDI, el destino político inmediato de Longueira estaría ligado al de la directiva que encabezaPatricio Melero (que fue su secretario general cuando el ex senador presidió la tienda). Una derrota obligaría a zanjar si la mesa pagará o no con su renuncia los costos de la misma: internamente ha acumulado críticas por haber proclamado tempranamente a Golborne, por la poca delicada operación para bajarlo y por las heridas que dejó el fallido rebaraje inicial de la plantilla parlamentaria.
Pero en Suecia 286 gana fuerza la tesis de no cambiar la directiva, ya que una nueva tendría que afrontar la incierta elección parlamentaria. Y de dejar en manos de Longueira el control de esa campaña, con lo cual también lideraría en los hechos la UDI, en vez de reemplazar nominalmente a Melero.
La cuestión de la Poniente
Por todo lo anterior, en ambos bandos y en Palacio asumen que para asegurar el apoyo de la UDI Allamand tendrá que hacer un gesto lo suficientemente potente . Él ya dijo en este diario, la semana pasada, que "aunque se moleste RN, estoy dispuesto a sacrificar posiciones parlamentarias", y tenía razón: la mesa se molestó. Allí advierten que habrá competencia total y que sólo se cederían cupos en las dos circunscripciones de la VIII Región, donde el partido no le ha puesto compañeros de lista a Jacqueline Van Rysselberghe ni a Víctor Pérez. El gesto es que se pondrían como compañeros de lista a personas que cuenten con el visto bueno de los postulantes UDI.
Pero tanto entre los íntimos de Allamand como en el gremialismo ya se habla de otro "rango de precios", que va desde diversos cupos a diputado hasta comprometerse a no complicar la elección de Zalaquett en la Poniente : reemplazar allí a Catalina Parot (RN, y según dicen la candidata de Piñera en ese cupo) porLuciano Cruz-Coke sería un gesto demasiado hostil hacia la UDI.
Menos complicado debería ser, creen en ambos partidos, concordar programas de gobierno, ya que hay más coincidencias que diferencias. Pero la sorpresiva decisión de Piñera de reactivar la tramitación del Acuerdo de Vida en Pareja (AVP) en el Congreso podría enredar más las cosas en ese ámbito (ver página 79). Salvo que se confirme la apertura que ha tenido Longueira en este tema recientemente.
El eje Golborne-Parisi
En tanto, cómo evolucione la incógnita sobre el rol de Golborne afectará a cualquiera de los dos que gane.Traspasar los votos del ex ministro del MOP a Longueiraterminó siendo una de las prioridades del comando durante esta breve campaña, especialmente luego de que él mismo no quiso descartar una eventual candidatura independiente a primera vuelta, si gana Allamand.
El staff gremialista, pero por sobre todo Joaquín Lavín, agotó infructuosamente sus esfuerzos por convencer a Golborne de que llamara votar por el candidato UDI (se intentó que firmara una inserción pagada en la prensa, entre otras medidas), que lo acompañara en terreno y, por último, que grabara imágenes para la fugaz franja televisiva.
Dolido por su bajada, el ex ministro sólo accedió a dos cosas . Que su foto apareciera en una gráfica junto a Longueira y Piñera, y a señalar que el líder gremialista es "una persona que une y no desune, creo que es una persona que construye y no destruye, creo que es una persona que entiende la realidad del Chile de hoy" durante un café que Lavín consiguió concretar el pasado 12 de junio, el mismo día que comenzaron los debates televisivos. La frase fue usada en un breve insert al comienzo de la franja.
Golborne votará pasado mañana en el Colegio Alcázar de Las Condes, donde dará una declaración pública. Pero de momento no considera ir a saludar a Longueira si gana. Menos a Allamand.
En la UDI no creen que su otrora presidenciable finalmente se presente a la papeleta de noviembre, pero reconocen que hay que reevaluar el cuadro con los resultados en la mano. Y ante ello, la conclusión es una sola: Golborne no quiere traspasarle sin más sus votos al oficialismo, y sabe que con ello conserva una cuota de poder de aquí a noviembre.
La razón de fondo tiene que ver con la fuga de votos de derecha hacia otras candidaturas , que hace algunas semanas dicen haber detectado en Palacio, y que estiman podría alcanzar a un tercio. Si bien una parte de ellos se ha ido a Andrés Velasco (no pocos oficialistas votarían por él sólo por dañar a Bachelet), el problema es otro.
Según algunos sondeos de opinión y otras mediciones de La Moneda, el independiente Franco Parisiha ido creciendo sorpresivamente en un escenario deprimera vuelta . Los números más recientes lo ubican en elrango de los 10 a 12 puntos, superando a ME-O. Antes de la bajada de Golborne, "pesaba" entre 4 y 6 puntos .
Que parte de los votos independientes de Golborne se hayan ido a Parisi es algo que no niegan en la UDI ni en RN, y ya advierten que si la estrategia del ex ministro en esta vuelta pudo perjudicar a Longueira, de aquí a noviembre puede dañar a Allamand si resultan efectivos los temores de una sociedad entre ambos independientes. Incluso si no se presenta de candidato, en Palacio prevén que puede terminar apuntalando al economista y hasta haciendo campaña con él .
Una pista de si habrá o no margen para ello la entregará la primera encuesta CEP post primarias . El piso mínimo para el "sobreviviente" del oficialismo es en torno los 30 puntos (mejor si se acerca a 35). Pero mientras más baje de los 27 y se acerque a los 25 puntos, le será más complicado. En la CEP de junio de 2009, Piñera marcaba 37%, Frei 28% y ME-O 15%.
Mientras, la constante presencia mediática de Piñera ya preocupa al oficialismo y a algunos escritorios de La Moneda, donde se recalca que ello opaca a Allamand y Longueira. Muy comentado fue que, mientras ambos criticaban la promesa de reforma tributaria de Michelle Bachelet, el Presidente los sorprendiera anunciando una reforma previsional.
Dado que el gobernante no da señales (y no se cree que lo haga) de replegarse a un segundo plano, en la derecha ya circula cierta aprensión: que la estrategia presidencial de subir en las encuestas (en las internas se empina sobre el 40%) para apuntalar la campaña, en realidad, termine beneficiando sus propias posibilidades de dejar el poder en alza y "ahorrar" para el 2017.
Saludos
Rodrigo González Fernández
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