Con loable tenacidad, un sector mayoritario de la IX Región se esfuerza por sobreponerse a las negativas consecuencias de la violencia que aduce razones indigenistas para campear por más de dos décadas en ciertas zonas de ella. Eso proyecta una mala imagen sobre toda la región, afectando severamente la calidad de vida de todos sus habitantes y el clima de negocios, lo cual se traduce en estancamiento que, a su vez, empeora la situación también de aquellos grupos descendientes de etnias originarias cuya causa los extremistas afirman defender.
Contrasta con ese cuadro el Encuentro Empresarial de La Araucanía (Enela), recién realizado en Temuco, y en el cual una vez más se examinó animosamente cómo abordar los conflictos regionales. En el ámbito netamente privado, hay esperanzadoras experiencias, presentadas en dicho encuentro, respecto del trabajo mancomunado que están realizando algunas empresas -pese a la incertidumbre acrecentada que deriva de la ratificación en 2008 del Convenio N° 169 de la OIT-, aplicando fórmulas exitosas de asociación con comunidades mapuches en un marco de armonía y mutuo beneficio para ambas partes.
No obstante, se desprende de dicho encuentro que probablemente el flanco a que el gobierno central deba prestar mayor atención es la coincidente prioridad que los personeros de La Araucanía asignan a la descentralización como forma de aminorar los problemas regionales. La conflictividad en La Araucanía es específica, pero ella multiplica la urgencia de modernizar el marco mayor de la relación de las regiones con el gobierno central. La descentralización es un lugar común en el discurso público, pero resulta magro lo avanzado en esta materia largamente demandada por las regiones, y cuya frustración explica al menos parte de esa sensación de postergación que ha causado ya más de un estallido de protestas. Pasados esos incidentes, sin embargo, una y otra vez vuelve a evidenciarse que, en realidad, esto no es una prioridad para la clase política. No se ha dedicado esfuerzo real a definir qué tipo de descentralización se quiere para nuestro país, ni a determinar cuán preparadas están las instituciones regionales para hacerse cargo de una variedad de materias hoy decididas en Santiago, pero que podrían serlo en instancias locales.
Algunos plantean reforzar vigorosamente la regionalización emprendida a mediados de los años 70 mediante reformas a los gobiernos regionales, tales como tener un intendente elegido popularmente y la posibilidad de tributos diferenciados o recaudación local. Otros, en cambio, plantean fortalecer fundamentalmente los gobiernos locales, otorgando a las municipalidades potestades mucho más amplias que las actuales. Ambas opciones de descentralización -que en realidad son complementarias -suponen resolver problemas importantes. Así, la elección directa de intendentes puede generar un clientelismo político indeseable y crear un cuadro complejo versus la tradición unitaria del país. Sí es atendible -y la está impulsando el Gobierno- la elección de los consejeros regionales, pero parece improbable que parlamentarios y partidos acojan la posibilidad de que surjan figuras que les signifiquen competencia política. La recaudación tributaria regional es técnicamente compleja, pero cabe imaginar fórmulas que pudieren fomentar mayor competencia.
Asignar más atribuciones a las municipalidades despierta menores reparos, pero sólo procedería tras una reforma profunda a la Ley Orgánica de Municipalidades. Actualmente se tramita en el Congreso (con urgencia simple) un proyecto que busca mejorar la administración y fiscalización de los fondos municipales, algo indispensable antes de incrementar sus atribuciones.
La actual agenda descentralizadora gubernamental algo avanza en el sentido correcto: destina mayores fondos, con incrementos importantes de recursos para salud y educación; aumenta el Fondo Común Municipal en más de 100 mil millones de pesos respecto de 2009, y prevé transferir algunas competencias al nivel regional o comunal. Ponencias y debates como los habidos
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
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