Pablo Obregón
Cuando la autorregulación no da resultados, el mundo tiende a la imposición: Noruega, Francia, Holanda, Bélgica e Italia ya han impuesto cuotas mínimas de mujeres en los directorios de empresas. Este año, a propósito del Día Internacional de la Mujer, la Comisión Europea abogó por la implementación de políticas similares en los países de la unión que todavía no lo hacen. El debate se instaló con fuerza, por ejemplo, en España.
La lógica con que opera la Unión Europea para inclinarse por la imposición es difícil de rebatir: si el 64% de los profesionales europeos son mujeres y sólo el 13% de los cargos en los consejos directivos son ocupados por ellas, algo no está funcionando bien.
¿La política de cuotas da resultado? A la luz de la experiencia de Noruega, la respuesta es sí. En ese país, las mujeres pasaron de ocupar menos del 10% de los puestos en los consejos en 2003 al 42% en 2010. Francia, Holanda, Bélgica o Italia aprobaron en 2011 leyes similares. En Chile, el acceso de las mujeres a los cargos de mayor responsabilidad tampoco es muy significativo. Al contrario, un estudio de la economista Andrea Tokman elaborado a instancias del Servicio Nacional de la Mujer (Sernam) da cuenta de que sólo el 1% de los puestos directivos de empresas pertenecientes al IPSA son ocupados por ellas y en las empresas del Estado esta participación llega a 6%.
Para la experta en temas de género de la OIT, María Elena Valenzuela, las diferencias que se presentan entre los países con mayor participación femenina respecto de los más rezagados no sólo tiene relación con la existencia de regulaciones o no, sino con el acceso al poder económico en un sentido amplio.
"La composición de los directorios refleja la propiedad de las empresas, y en Chile (junto a otros países de la OCDE y de la región) las mujeres tienen menos acceso al poder económico", dice.
De hecho, estadísticas de la OCDE dan cuenta que, por regla general, sólo el 2% de las mujeres que trabajan son dueñas de sus negocios, mientras que en el caso de los hombres, esa cifra llega al 6%.
Una visión distinta tiene la directora de estudios de ComunidadMujer, Andrea Betancourt: "En América Latina estos problemas son más severos, pero a nuestro juicio el tema va más allá de la propiedad de los medios de producción. En países latinoamericanos donde una proporción importante de los medios de producción es estatal, los directorios también son predominantemente masculinos. Estamos hablando de poder, y el poder ha sido eminentemente masculino", señala.
No a las cuotas
Pese al diagnóstico, ni la autoridad ni los gremios ni las organizaciones de mujeres profesionales son partidarios por ahora de seguir el ejemplo europeo y establecer cuotas obligatorias. En el mejor de los casos, se contempla incentivar la presentación de candidatos de ambos sexos para determinados puestos.
Para la ministra del Sernam, Carolina Schmidt, "las iniciativas tienden a implementar políticas que ayudan a que las mujeres se incorporen a los puestos de alta dirección mediante horarios flexibles, tiempos parciales, restricción de horarios para reuniones y capacitación para mujeres en la compatibilización familia y trabajo, entre otros".
Además, considera que la extensión del posnatal es una política que facilitará a las mujeres el acceso equitativo al trabajo y, posteriormente, a los cargos de alta dirección.
A su juicio, la escasa presencia de mujeres en cargos de dirección es atribuible al acervo cultural del país: "La mujer, ya sea por opción personal o por la dinámica social, asume un rol preponderante en las responsabilidades familiares y los hombres están más disponibles para asumir el mayor tiempo que demandan las responsabilidades ejecutivas".
¿Qué dicen las cifras? Un estudio realizado por el grupo Payroll muestra que llegar a liderar equipos de trabajo es la segunda prioridad para el 52% de las mujeres profesionales, después de la conciliación trabajo y familia.
1% de los puestos en directorios de empresas chilenas que integran el IPSA son ocupados por mujeres, según el Sernam.
42% de los cargos en los consejos directivos son ocupados por mujeres en Noruega, país que lleva la delantera en esta materia.
Menos diversidad de estudios
En los países de la OCDE, las mujeres tienden a concentrarse en menos profesiones y oficios que los hombres. Por regla general, 24 ocupaciones representan al 50% de los hombres empleados, mientras que sólo 12 ocupaciones concentran a la mitad de las mujeres.
En Chile también se presenta esta situación, y tiene una incidencia importante en términos de las características de los cargos a los que acceden las mujeres: en los segmentos atención al cliente y administrativos, el 64,2% y el 57,4% de los puestos son ocupados por mujeres. En los segmentos director, gerente, subgerente, supervisor y profesional, en cambio, predominan los hombres, según cifras de Great Place to Work.
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
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