Por Alvaro Rattinger
En esta columna hablo en la mayoría de las casos, de marcas o consumidores. Hoy quiero hacer las cosas de manera más dirigida. En esta ocasión hablaré de los efectos de las redes sociales en la política y pondré sobre la mesa algunas ideas para hacer esfuerzos más efectivos en este sentido.
Para comenzar afirmaré que en lo personal no creo que las cuentas de Twitter, Facebook, Linkedin, Youtube, etc., estén manejadas por el político, en especial en México, donde el mayor éxito en ese ámbito es delegar. Puedo estar equivocado y seguramente habrán honrosas excepciones, pero creo que la mayoría de las personas que ven a un político en Facebook sienten lo mismo; no me puedo imaginar a todos los diputados twiteando. Esta percepción correcta o incorrecta, parte de lo que vemos de los políticos en las redes sociales, sus mensajes son más para promocionar sus objetivos o exaltar artículos en los que se habla de ellos, y no para compartir o para recibir retroalimentación de los votantes.
La principal fortaleza de las redes sociales es la capacidad de recibir opiniones o retroalimentación en tiempo real, su principal desventaja es que en la medida en la que se utilizan como megáfonos disminuye su efectividad. Un forma de utilizar las redes sociales para comunicarse mejor con los votantes sería compartir con el público las decisiones que se toman en el congreso, y la razón por la que un diputado votó o no a favor de una reforma. Este simple ejercicio abriría la puerta para escuchar a los interesados y exponer su punto de vista, tarea que se ajustaría más a Facebook que a Twitter.
El problema para el político radica en el nivel de participación cívica. Hoy en México la moda es quejarse de todo, más que alimentar la discusión con ideas o propuestas. No sorprende que la clase política tenga reservas de participar a este nivel con la sociedad, si lo único que va a ganar son insultos. Una posible solución sería regular a los usuarios en las cuentas, limitar a los que se "pasan de la raya"; este camino podría tener consecuencias secundarias funestas, en las que el community manager acabe por limitar sus contactos a "usuarios amigos", lo que destruiría por completo el ejercicio democrático.
El beneficio para los usuarios de redes sociales parece a primera instancia enorme, donde el acceso a políticos o burócratas posibilitaría el envío directo de quejas o ideas para la construcción de un mejor país. A todas luces este camino funciona para las marcas, en las que una carta a la dirección general puede hacer la diferencia entre buen servicio y una mala experiencia, en el ámbito de servicio público no es tan fácil.
México vs. E.E.U.U.
Al día de hoy la cuenta de @FelipeCalderon suma más de medio millón de seguidores. Si comparamos el manejo de la cuenta de nuestro presidente con el del país vecino del norte contrasta un asunto importante: el uso de ligas/links en cada tweet, estrategia que ayuda a la interacción con el usuario y fomenta la conversación. Otro dato relevante es que los tweets del ciudadano presidente Felipe Calderón están escritos siempre en relación a su trabajo, cuando la contraparte norteamericana lo hace en un sentido incluyente, refiriéndose a "nuestro trabajo".
El objetivo de las dos cuentas es el mismo, acercar a los votantes con sus líderes; sin embargo, los resultados son muy distintos. @BarackObama tiene más de 7 millones de usuarios, y si se hace una búsqueda de su nombre en Twitter los comentarios hacia él son infinitamente más amables, para nuestro presidente las ofensas sobran. En cualquiera de los casos creo que es imposible pedir a un ser humano que nos escuche mientras lo insultamos, hablar a un líder social a punta de groserías no crea diálogo, en este entorno es difícil pedir a los políticos una actuación más personal en redes sociales. En mi opinión, debemos cambiar en dos sentidos, tener políticos dispuestos a transparentarse en redes sociales y usuarios más mesurados que exijan respuestas con firmeza, educación y fundamentos. En la medida que esto suceda obtendremos mejores resultados de comunicación en materia de redes sociales.
Este fenómeno debería ser muy estudiado por los aspirantes a la Presidencia de México, sería grave suponer que al contar con muchos seguidores en Twitter o Facebook tienen garantizada la elección, número de followers no es igual a igual número de votos. Como twiteros o facebukeros estaremos atentos a lo que hagan o dejen de hacer, y será a través de estos medios que se le demande cumplan promesas, mejoren el nivel de vida y seguridad de los mexicanos.
Por lo pronto los veo en Twitter @varu28, seguro nos vamos a divertir.
Por Alvaro Rattinger
email alvaro@merca20.com
twitter @varu28
CONSULTEN, OPINEN , ESCRIBAN .
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
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