La Revolución Industrial transformó definitivamente la relación entre el hombre y la naturaleza. Existe la creciente preocupación de que a mediados o finales del presente siglo, las actividades del hombre modifiquen las condiciones básicas que posibiliten la evolución de la vida sobre la Tierra. La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 1992, forma parte de una serie de recientes acuerdos a través de los cuales los países de todo el mundo se están uniendo para enfrentar ese desafío. La Convención sobre el Cambio Climático enfoca un problema especialmente inquietante: estamos modificando la manera de cómo la energía solar se relaciona con la atmósfera y se disgrega de ella y del riesgo que corremos al alterar el clima global. Entre las posibles consecuencias climáticas se encuentran el aumento de la temperatura media de la superficie de la Tierra y el cambio de los modelos climáticos mundiales. A lo largo de los últimos cien años, la concentración de gases de efecto invernadero viene aumentando por causa de una mayor actividad industrial, agrícola y del transporte, principalmente debido a la utilización de combustibles fósiles. La acumulación de estos gases, conocidos como gases de efecto invernadero por causa que retienen el calor en la atmósfera, efecto análogo al de los paneles de vidrio en un invernadero, impide que la radiación de la superficie terrestre sea liberada hacia el espacio exterior. Como consecuencia se está produciendo un proceso de calentamiento global (aumento de la temperatura media de la Tierra), poniendo en peligro, para el hombre, el delicado balance de temperaturas que torna nuestro medio ambiente habitable. Los links siguientes profundizan sobre el asunto: |
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