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Las caras que ponemos cuando estamos contentos, tristes o enojados pueden heredarse, según un grupo de investigadores israelíes.
Los investigadores descubrieron que las expresiones faciales de los miembros de una misma familia suelen ser similares.
Según los científicos, sus investigaciones sugieren que las expresiones faciales son hereditarias.
Esto confirmaría una hipótesis propuesta por Charles Darwin en 1872.
En su famoso libro, "La expresión de las emociones en el hombre y los animales", Darwin sugiere que las expresiones son innatas al ser humano.
Exámenes
Para probar esta hipótesis, los investigadores de la Universidad de Haifa analizaron las expresiones faciales de 21 voluntarios que eran ciegos de nacimiento y las de sus parientes.
Los investigadores les pidieron a los voluntarios que recontaran experiencias en las que se habían sentido contentos, tristes y enojados, y grabaron sus expresiones mientras lo hacían.
También les pidieron que realizaran un test para ver sus rostros al concentrarse; luego los asustaron para ver sus expresiones.
Cuando compararon los resultados, los investigadores comprobaron que los voluntarios ciegos tenían las mismas expresiones faciales que sus pariente, a pesar de que nunca los habían visto.
La mayor correlación se dio en las emociones negativas.
Especies sociales
"Hemos descubierto que las expresiones faciales son típicas de una familia, una especie de firma facial", dijo Gili Peleg, del Instituto de la Evolución de la Universidad de Haifa.
Según ella, los resultados sugieren que las expresiones faciales son hereditarias y que tienen una base evolutiva.
"Nuestro próximo paso es detectar los genes específicos que influencian las expresiones faciales".
Esto, según Peleg, podría tener un impacto importante en las investigaciones sobre autismo, ya que las expresiones faciales son centrales en este trastorno.
"Hace tiempo que sabemos que las expresiones de nuestras emociones se determinan por selección natural", dijo Ruth Mace, profesor de antropología evolutiva del University College de Londres.
"Como especie social tiene sentido que podamos leer nuestras emociones para predecir cómo nos vamos a comportar y reaccionar".
"Es parte de nuestra naturaleza social y de vivir en grupos. Ser capaz de leer el rostro de la gente es muy importante y tiene sentido que exista un componente hereditario", agrega.
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