Propuesta constitucional de ChileVamos: contenidos novedosos para un debate asfixiado
La ciudadanía debe estar algo aburrida del proceso constituyente en curso. Además de los permanentes traspiés y cuestionamientos al proceso oficial –el Consejo de Observadores prácticamente no pasa un día sin un incendio–, el debate se ha centrado en el procedimiento, desplazando de lleno a lo realmente central: los contenidos. Por eso es tan relevante el que ayer ChileVamos haya presentado su propuesta de contenidos. No solo por agrega aire fresco a una discusión asfixiada en dimes y diretes, sino además porque invita a reflexionar y entusiasmarse con ideas interesantes, las cuales no solo son novedosas para dicha coalición política, sino para el debate en general.
Algunas pistas.
La primera tiene que ver con el Estado solidario-subsidiario, presentado como piedra angular de la propuesta. Esto marca un hito muy relevante en dos sentidos. Primero, porque se asume que parte del déficit institucional tiene que ver con un Estado que debe asumir un rol más activo en materia social, promoviendo la asociatividad, organizando a las personas, regulando las áreas relacionadas con bienes públicos relevantes y fiscalizando con fuerza a los prestadores de beneficios sociales. He ahí la riqueza de la solidaridad. Y segundo, porque lo anterior no implica caer en la lógica de la hegemonía estatal que asfixia la diversidad y ahoga la capacidad de las personas de responder creativamente a sus problemas.De lo que se trata es de fundar la acción del Estado en la corresponsabilidad solidaria-subsidiaria, es decir, fomentar primeramente la participación corresponsable de las personas, asumiendo el Estado roles protagónicos solo en cuanto sea estrictamente necesario.
La segunda pista tiene que ver con la consagración de deberes del Estado reclamables mediante el Defensor de las Personas. Así se sitúa la política social donde debe estar: en el Parlamento y en la Administración, exigiendo como deber constitucional el generar políticas y leyes adecuadas para generar condiciones mínimas para una vida digna. Y junto con eso se propone el Defensor de la Personas, que consistirá en un organismo autónomo encargado de exigir eficacia, prontitud y respuesta en la materialización de las políticas sociales. De este modo la propuesta se aleja de la perniciosa tentación de judicializar las discusiones sociales, evitando aplicar criterios individualistas a deliberaciones que por definición son colectivas.
Y la tercera pista se asocia a la inclusión social como sustrato decisivo de la propuesta. En ese sentido, los deberes del Estado consagrados en favor de la maternidad, de las personas con discapacidad y de la reinserción social de las personas privadas de libertad. Así también el reconocimiento de la multiculturalidad que habita en Chile como algo que nos enriquece.Y finalmente la reafirmación de la familia como núcleo esencial de la sociedad y como base de las políticas públicas inclusivas que es preciso desarrollar.
Esta propuesta es el punto de partida de un proceso de diálogo profundo y enriquecedor que se estará desarrollando en las próximas semanas. Lo importante es que se parte de un notable punto de partida, que sin duda oxigena y vitaliza el debate constitucional.
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
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Santiago- Chile
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