Señor Director EMOL :
Se ha dicho de todo sobre mí, desde que fui "un ministro en las sombras", hasta que soy un "Dios". Así se describe mi supuesto rol en el llamado caso Kodama y, en particular, en la negociación de los 17 mil millones de pesos que acordó el Serviu con la mencionada empresa. Hasta el minuto he dejado que otros cuenten su historia, la gran mayoría lo han hecho en "off the record" y otros, los menos, han tenido la decencia de mostrar la cara. Ahora, y después de dar mi testimonio al Ministerio Público, llegó el momento de contar en primera persona la verdad.
Soy Álvaro Baeza, un abogado litigante y empresario que toda su vida ha trabajado en el mundo privado. Esto, hasta el 1º de julio de 2010 cuando entré al Ministerio de la Vivienda (Minvu) motivado únicamente por la profunda admiración y respeto que tengo hacia la ex ministra Magdalena Matte, cercanía que se construyó en 20 años de trabajo conjunto. Llegué al Minvu como su asesor y llegué cuando el caso Kodama ya tenía varios capítulos.
Mi participación en esta trama fue puntual. "Álvaro, no puedo quedarme a la reunión del Serviu con Kodama. ¿Puedes estar tú?", me pidió la ministra. Así, en octubre de 2010, se sentaron a un lado de la mesa de la sala de reuniones del 4° piso del Ministerio los representantes de Kodama y, al otro lado, la plana mayor del Serviu. Fue una reunión corta, de no más de 10 minutos, donde se expusieron las distintas posturas, y se concluyó que ambas partes se reunieran para saber cuál era la realidad de los insistentes reclamos de la empresa en un plazo razonable. Problema del que sólo podía hacerse cargo el Serviu, servicio que es independiente. Este no era, en ese tiempo, un tema ministerial, ni menos de la ministra y, por ende, tampoco era mi tema. Recibir información no es estar a cargo.
En este período, antes que la ex ministra paralizara el pago, las tareas que desarrollaba eran todas de carácter ministerial. Particularmente, me tocó participar en muchas tareas relativas a la reconstrucción; por ejemplo, las casas vacías en la Región del Maule, los procedimientos y requisitos para la entrega de subsidios (Egis), la situación de Villa Cordillera con dos mil departamentos destruidos sin orden de demolición y la solución que la ministra implementó con los deudores habitacionales (Andha Chile), entre otros temas ministeriales. Kodama no estaba en mi mapa, más allá de esa primera reunión. Nunca más participé en los encuentros que ambas partes tuvieron, ya que no era mi responsabilidad. Sólo era informado de los avances en términos generales cada cierto tiempo por los encargados del Serviu y yo, a su vez, informaba a la ex ministra.
Desde el momento que se ordenó detener el pago, lideré los oficios respectivos y una serie de reuniones con la empresa y Serviu. La encomienda era clara: "Acá no se paga nada hasta reconfirmar los montos". Y así se hizo.
Me han achacado conocer a los abogados que representan a Kodama y claro que los conozco, así como al 90% de los abogados de Santiago. Mi trabajo hasta antes de este ingresar al Minvu era litigar. Es decir, representar a personas y familias en tribunales siempre con un abogado de la plaza en contra al otro lado.
Como asesor nunca visé documentos sobre este caso ni ningún otro. No era mi responsabilidad ni función. Hubo, no una ni dos firmas, sino seis firmas que visaron técnica, jurídica y administrativamente la autorización para transar, antes de que la ex ministra Matte firmara el documento. Mi firma no está entre esas seis. De hecho, ni siquiera estaba en Chile al momento que el documento llegó al Ministerio y se estampan las firmas.
Con dolor he confirmado en estas dos últimas semanas lo que significa ser un chivo expiatorio en carne propia, y ser apuntado injustamente con el dedo por algunos medios y personajes públicos, donde se ha hecho caso omiso al peso de las pruebas, otorgándole un sitial de excelencia al rumor, las especulaciones e interpretaciones. Me he acordado mucho de Jovino Novoa. No lo conozco, pero hoy sé lo que vivió.
¿Por qué yo fui elegido el chivo expiatorio del caso Kodama? Simple. Soy un blanco fácil. No tengo ninguna red de apoyo político, mi llegada al ministerio fue vista con recelo por otros funcionarios con altas aspiraciones, me ha ido bien en mis emprendimientos y como litigante, producto de lo cual tengo más de un enemigo, cuento con un perfil público igual a cero y, por ende, todo sobre mí se puede construir y crear este personaje ficticio que "opera en las tinieblas" para sentarlo en el banquillo de los acusados. Hay expertos que se dedican a eso y a crear relatos, entre otras funciones.
Tengo claro que hoy estoy pagando todos los platos rotos que otros se encargaron de lanzar. Y adelanto que me voy a defender como siempre lo he hecho en mi vida. Junto a mi familia y amigos, con fuerza, convicción, dedicación y sin "respaldo político". Ya luego de lo visto, mientras más lejos de la política, mejor.
Le pregunto a quienes se han llenado la boca hablando de mí, de lo que supuestamente hice en el ministerio, de mi vida profesional y privada, si mañana cuando se confirme mi total inocencia dedicarán el mismo espacio y tiempo a restituir mi prestigio, reconocer su error y pedir disculpas.
Por lo pronto, estoy aprendiendo a convivir con mi calidad de chivo expiatorio y haré todo lo que esté a mi alcance para que ojalá la respuesta a mi anterior pregunta sea la que espero.
Álvaro Baeza
Abogado
CONSULTEN, OPINEN , ESCRIBAN .
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
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