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Tenemos claro que el ciudadano del siglo XXI vienen recuperando el antiguo espiritu griego y quiere participar activamente en la política e influir en el gobierno, pero el estado que está secuestrado por los partidos políticos, rechaza esa influencia como si se tratara de una intromisión, lo que crea tensiones y conflictos que devienen en un insoportable divorcio entre ciudadanos y políticos ya lo ha dicho mi amigo Francisco Rubiales en Politicos , los nuevos amos “ Entonces hay que abordar y emprender un cambio drástico en la forma de hacer política, de formular los partidos políticos y alianzas políticas
Las tres hipótesis formuladas por Juan Carlos Eichholz ya se han dado anteriormente y con resultados fallidos. Entonces, tenemos que aprender de la historia. Ya no podemos confiar en el liderazgo de los que dicen ser los mejores, de aquellos que nos parecen ser los mejores para transformar el mundo es un error. La gran lección que el hombre ha aprendido de los últimos siglos es que no hay cambio sin que cambiemos antes nosotros mismos, que la sociedad no puede mejorar si no mejoran sus miembros. Debemos salir de esa sociedad llena de dudas, de confusión y de silencio.
Por lo tanto, lo que la alianza y sus partidos y partidarios deben hacer es provocar cambios en los políticos, en los individuos; deberán reformular la política, re-inventarla, porque las personas con “talento” son las que generan los verdaderos cambios. Hay que idear un proyecto político realmente espectacular y nuevo y trabajar con pasión, con imaginación fuerte y en una persistencia que llegue a ser enfermiza.
Hay que cambiar de “actitud” política .Luego entonces, innovar con ese nuevo proyecto que genere emoción, credibilidad creciente y porque no: poder creciente. Allí, entonces, nacerán los miles que saldrán a vender ese proyecto espectacular , con talentos de alto vuelo, con energía y entusiasmo, con amor a la política. Más de lo mismo es seguir en el eterno fracaso
Saludos
Rodrigo González Fernández
Consultajuridicachile.blogspot.com
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