Bush mira al futuro y al trabajo con el 110 Congreso
(Dice que espera encontrar elementos en común sin
(Dice que espera encontrar elementos en común sin
comprometer principios)
(1530)
El siguiente artículo de opinión escrito por el presidente Bush apareció
originalmente en la edición de 3 de enero del diario The Wall Street
Journal y es de dominio público. No hay restricciones a su publicación.
(comienza el artículo)
Lo que el Congreso puede hacer por Estados Unidos
Por George W. Bush
Mañana los miembros del 110 Congreso prestarán juramento a sus cargos aquí
en Washington. Tendré el privilegio de trabajar con ellos durante los
próximos dos años, una cuarta parte de mi presidencia, tiempo suficiente
para conseguir importantes logros para el pueblo estadounidense.
Juntos, tenemos la oportunidad de servir al pueblo estadounidense en la
resolución de complejos problemas que muchos, dado el ambiente de
partidismo político que existe hoy día en Washington, no esperan que
siquiera intentemos resolver, y mucho menos solucionar. Para hacerlo, sin
embargo, no podemos hacer política como es habitual. Los demócratas
controlarán la Cámara de Representantes y el Senado y por tanto compartimos
la responsabilidad por aquello que logremos.
En los días y semanas que han pasado desde las elecciones de noviembre he
tenido reuniones muy productivas con muchos de los nuevos líderes del
Congreso de ambos partidos y ello me ha dado ánimos. Tengo la esperanza de
que podamos encontrar elementos en común sin comprometer nuestros
principios.
Creo que compartimos muchos de los mismos objetivos para el pueblo que
servimos, y que, con buena voluntad y duro esfuerzo, es posible encontrar
formas prácticas de hacer que el sueño americano progrese y de mantener
nuestro país seguro.
Mis principios no son un secreto. Los he presentado en mis campañas
electorales cuando me presenté como candidato para gobernador y en ambas
elecciones presidenciales; y he trabajado con empeño durante mi presidencia
para que mis principios se traduzcan en políticas acertadas.
Creo que cuando Estados Unidos tiene interés en utilizar su influencia en
el extranjero, el pueblo estadounidense esta más resguardado y el mundo
está más seguro. Creo que la riqueza no proviene del gobierno, sino del
duro esfuerzo de los trabajadores estadounidenses, empresarios y pequeños
negocios. Creo que el gobierno más cercano a su pueblo es aquél que
responde y rinde cuentas. Creo que el gobierno tiene un importante papel en
la asistencia a aquellos que no pueden salir adelante por sí mismos. Sin
embargo, debemos tener siempre en cuenta que cuando las personas sufren,
necesitan de alguien que les cuide y no de una burocracia gubernamental.
Estos son principios de sentido común, y proporcionan las bases para el
modo en el que me plantearé el gobierno con el nuevo Congreso. Hemos
demostrado que se puede lograr: cuando nuestro país fue atacado, los
republicanos y los demócratas se unieron para aprobar la Ley USA Patriot y
reformar nuestras agencias de inteligencia. Cuando nuestra economía
atravesaba momentos difíciles, trabajamos juntos para aprobar
desgravaciones fiscales que han ayudado a nuestra economía a crecer, han
creado empleo y han elevado el nivel de vida para el pueblo estadounidense.
Cuando nos dimos cuenta de que nuestras escuelas públicas estaban fallando
a nuestros niños, nos unimos para aprobar la Ley que ningún niño se quede
atrás, insistiendo en incorporar altos niveles académicos, rendición de
cuentas y mejores opciones para los padres.
El resultado de las elecciones ha cambiado el equilibrio de poderes en el
Congreso, sin embargo las prioridades de mantener nuestro país a salvo y
próspero trascienden las denominaciones de partido.
Nuestras prioridades comienzan con la derrota de los terroristas que
mataron a miles de inocentes estadounidenses el 11 de septiembre del 2001,
y que están intentando de modo constante volver a atacarnos. Estos
terroristas son parte de un amplio movimiento extremista que ahora está
haciendo todo lo posible para derrotarnos en Iraq.
En los próximos días, me dirigiré a la nación para hablar sobre una nueva
estrategia que ayude al pueblo iraquí a conseguir el control de la
seguridad y acelerar el día en que el gobierno iraquí obtenga pleno control
de sus asuntos. En última instancia, los iraquíes deben resolver los temas
más acuciantes a los que se enfrentan. Nosotros no podemos hacerlo por
ellos.
Pero sí podemos ayudar a Iraq a derrotar a los extremistas dentro y fuera
de ese país, y podemos ayudarles a conseguir el necesario espacio vital
para que su joven gobierno se haga cargo de sus responsabilidades. Si la
democracia fallara y los extremistas prevalecieran en Iraq, los enemigos de
Estados Unidos serán más fuertes, más letales y se crecerán en nuestra
derrota. Los líderes de ambos partidos entienden lo que está en juego en
este conflicto. Ahora tenemos la oportunidad de crear un consenso
bipartidista para luchar y ganar la guerra.
Entre las prioridades de Estados Unidos también se cuentan el mantener
nuestra economía fuerte. Las elecciones no han revertido las leyes de la
economía. Es un hecho que las economías van mejor cuando se recompensa el
esfuerzo y se permite al pueblo conservar una parte considerable de sus
ganancias. Y hemos visto que las empresas pueden crecer y contratar a más
trabajadores cuando tienen más dinero para invertir; y desde el mes de
agosto de 2003, los empleadores estadounidenses han creado más de siete
millones de empleos nuevos.
También es un hecho que nuestros recortes fiscales han estimulado un fuerte
crecimiento económico e ingresos sin precedentes. Al haber crecido los
ingresos y al haber controlado mas la línea de gastos internos, hemos
logrado nuestra meta de reducir el déficit a la mitad en tres años menos de
lo que teníamos programado. Si continuamos con estas políticas, podemos
equilibrar el presupuesto para el año 2012 al tiempo que desembolsamos
fondos para nuestras prioridades y otorgamos carácter permanente a nuestros
recortes fiscales. A principios de febrero presentaré un presupuesto que
muestra exactamente lo que he mencionado. El resultado final es que las
desgravaciones fiscales y la contención del gasto benefician a los
trabajadores estadounidenses, a los contribuyentes y al presupuesto
federal. Ahora no es el momento de subir los impuestos al pueblo
estadounidense.
Si equilibramos el presupuesto con políticas que favorecen el crecimiento
económico y la contención del gasto, estaremos en mejor posición para
enfrentarnos al reto fiscal que va a surgir en nuestro país a largo plazo:
la reforma de beneficios como el seguro social, la asistencia médica
(Medicare) y la ayuda médica (Medicaid), para que las generaciones futuras
también puedan beneficiarse de estos programas vitales sin llevar a nuestro
país a la bancarrota.
Recabé un importante mensaje de las elecciones, y es, que el pueblo quiere
terminar con el proceso secretista que los allegados a Washington utilizan
para introducir en la legislación proyectos que cuestan miles de millones
de dólares y que nunca se someten a revisión o voto en el Congreso. Me
alegra que el senador Robert Byrd y el representante Dave Obey, los
demócratas que dirigirán el proceso de asignación de fondos del presupuesto
en el nuevo Congreso, hayan oído ese mensaje también y hayan indicado que
no incluirán más fondos destinados a fines especiales en la resolución
continua de este año fiscal.
Pero podemos y debemos hacer más. Es hora de que el Congreso otorgue al
presidente un veto sobre las partidas presupuestarias. Hoy anunciaré mi
propia propuesta para terminar con este proceso muerto y reducir
sustancialmente los fondos destinados a fines especiales que cada año se
aprueban.
La solidez de nuestra economía también exige que abordemos los temas más
importantes a los que se enfrenta el pueblo estadounidense: mayor seguridad
energética, reforma completa del asunto de la inmigración y asistencia
sanitaria a precios razonables. Aunque se ha logrado progreso en todos
estos aspectos, debemos hacer más al respecto. Espero trabajar con el
Congreso en estos difíciles asuntos.
Nuestros fundadores creían en la sabiduría del pueblo estadounidense para
elegir sus líderes e hicieron posible el concepto de un gobierno dividido y
eficaz. El partido mayoritario en el Congreso aprueba los proyectos de ley
que elige. El partido minoritario, especialmente si los márgenes de
diferencia entre ellos son próximos, tiene una gran influencia en la forma
que el proyecto de ley adopta. Y la Constitución otorga al presidente la
posibilidad de usar su juicio para imprimir con su firma carácter de ley a
los proyectos.
Esto nos proporciona un claro desafío y una oportunidad. Si el Congreso
elige aprobar leyes que son simplemente declaraciones políticas, estará
eligiendo una paralización. Si elige otra dinámica, los próximos dos años
serán fructíferos para nuestro país. Podemos demostrar al pueblo
estadounidense que los republicanos y los demócratas pueden unirse para
encontrar el modo de contribuir a que Estados Unidos sea una sociedad más
segura, próspera y con más esperanza. Y demostraremos a nuestros enemigos
que el debate abierto que consideran una debilidad fatal, es una gran
fortaleza que ha permitido a las democracias florecer y tener éxito.
A los nuevos miembros del 110 Congreso, les doy mi bienvenida y mi
enhorabuena. El pueblo estadounidense ha confiado en nosotros el servicio
público en un momento crucial para nuestro país. Esperemos que la
conclusión que saquen de los dos próximos años sea que usamos bien nuestro
tiempo.
(El señor Bush es presidente de Estados Unidos).
(termina el artículo)
(Distribuido por la Oficina de Programas de Información Internacional del
Departamento de Estado de Estados Unidos. Sitio en la Web:
http://usinfo.state.gov/esp)
(1530)
El siguiente artículo de opinión escrito por el presidente Bush apareció
originalmente en la edición de 3 de enero del diario The Wall Street
Journal y es de dominio público. No hay restricciones a su publicación.
(comienza el artículo)
Lo que el Congreso puede hacer por Estados Unidos
Por George W. Bush
Mañana los miembros del 110 Congreso prestarán juramento a sus cargos aquí
en Washington. Tendré el privilegio de trabajar con ellos durante los
próximos dos años, una cuarta parte de mi presidencia, tiempo suficiente
para conseguir importantes logros para el pueblo estadounidense.
Juntos, tenemos la oportunidad de servir al pueblo estadounidense en la
resolución de complejos problemas que muchos, dado el ambiente de
partidismo político que existe hoy día en Washington, no esperan que
siquiera intentemos resolver, y mucho menos solucionar. Para hacerlo, sin
embargo, no podemos hacer política como es habitual. Los demócratas
controlarán la Cámara de Representantes y el Senado y por tanto compartimos
la responsabilidad por aquello que logremos.
En los días y semanas que han pasado desde las elecciones de noviembre he
tenido reuniones muy productivas con muchos de los nuevos líderes del
Congreso de ambos partidos y ello me ha dado ánimos. Tengo la esperanza de
que podamos encontrar elementos en común sin comprometer nuestros
principios.
Creo que compartimos muchos de los mismos objetivos para el pueblo que
servimos, y que, con buena voluntad y duro esfuerzo, es posible encontrar
formas prácticas de hacer que el sueño americano progrese y de mantener
nuestro país seguro.
Mis principios no son un secreto. Los he presentado en mis campañas
electorales cuando me presenté como candidato para gobernador y en ambas
elecciones presidenciales; y he trabajado con empeño durante mi presidencia
para que mis principios se traduzcan en políticas acertadas.
Creo que cuando Estados Unidos tiene interés en utilizar su influencia en
el extranjero, el pueblo estadounidense esta más resguardado y el mundo
está más seguro. Creo que la riqueza no proviene del gobierno, sino del
duro esfuerzo de los trabajadores estadounidenses, empresarios y pequeños
negocios. Creo que el gobierno más cercano a su pueblo es aquél que
responde y rinde cuentas. Creo que el gobierno tiene un importante papel en
la asistencia a aquellos que no pueden salir adelante por sí mismos. Sin
embargo, debemos tener siempre en cuenta que cuando las personas sufren,
necesitan de alguien que les cuide y no de una burocracia gubernamental.
Estos son principios de sentido común, y proporcionan las bases para el
modo en el que me plantearé el gobierno con el nuevo Congreso. Hemos
demostrado que se puede lograr: cuando nuestro país fue atacado, los
republicanos y los demócratas se unieron para aprobar la Ley USA Patriot y
reformar nuestras agencias de inteligencia. Cuando nuestra economía
atravesaba momentos difíciles, trabajamos juntos para aprobar
desgravaciones fiscales que han ayudado a nuestra economía a crecer, han
creado empleo y han elevado el nivel de vida para el pueblo estadounidense.
Cuando nos dimos cuenta de que nuestras escuelas públicas estaban fallando
a nuestros niños, nos unimos para aprobar la Ley que ningún niño se quede
atrás, insistiendo en incorporar altos niveles académicos, rendición de
cuentas y mejores opciones para los padres.
El resultado de las elecciones ha cambiado el equilibrio de poderes en el
Congreso, sin embargo las prioridades de mantener nuestro país a salvo y
próspero trascienden las denominaciones de partido.
Nuestras prioridades comienzan con la derrota de los terroristas que
mataron a miles de inocentes estadounidenses el 11 de septiembre del 2001,
y que están intentando de modo constante volver a atacarnos. Estos
terroristas son parte de un amplio movimiento extremista que ahora está
haciendo todo lo posible para derrotarnos en Iraq.
En los próximos días, me dirigiré a la nación para hablar sobre una nueva
estrategia que ayude al pueblo iraquí a conseguir el control de la
seguridad y acelerar el día en que el gobierno iraquí obtenga pleno control
de sus asuntos. En última instancia, los iraquíes deben resolver los temas
más acuciantes a los que se enfrentan. Nosotros no podemos hacerlo por
ellos.
Pero sí podemos ayudar a Iraq a derrotar a los extremistas dentro y fuera
de ese país, y podemos ayudarles a conseguir el necesario espacio vital
para que su joven gobierno se haga cargo de sus responsabilidades. Si la
democracia fallara y los extremistas prevalecieran en Iraq, los enemigos de
Estados Unidos serán más fuertes, más letales y se crecerán en nuestra
derrota. Los líderes de ambos partidos entienden lo que está en juego en
este conflicto. Ahora tenemos la oportunidad de crear un consenso
bipartidista para luchar y ganar la guerra.
Entre las prioridades de Estados Unidos también se cuentan el mantener
nuestra economía fuerte. Las elecciones no han revertido las leyes de la
economía. Es un hecho que las economías van mejor cuando se recompensa el
esfuerzo y se permite al pueblo conservar una parte considerable de sus
ganancias. Y hemos visto que las empresas pueden crecer y contratar a más
trabajadores cuando tienen más dinero para invertir; y desde el mes de
agosto de 2003, los empleadores estadounidenses han creado más de siete
millones de empleos nuevos.
También es un hecho que nuestros recortes fiscales han estimulado un fuerte
crecimiento económico e ingresos sin precedentes. Al haber crecido los
ingresos y al haber controlado mas la línea de gastos internos, hemos
logrado nuestra meta de reducir el déficit a la mitad en tres años menos de
lo que teníamos programado. Si continuamos con estas políticas, podemos
equilibrar el presupuesto para el año 2012 al tiempo que desembolsamos
fondos para nuestras prioridades y otorgamos carácter permanente a nuestros
recortes fiscales. A principios de febrero presentaré un presupuesto que
muestra exactamente lo que he mencionado. El resultado final es que las
desgravaciones fiscales y la contención del gasto benefician a los
trabajadores estadounidenses, a los contribuyentes y al presupuesto
federal. Ahora no es el momento de subir los impuestos al pueblo
estadounidense.
Si equilibramos el presupuesto con políticas que favorecen el crecimiento
económico y la contención del gasto, estaremos en mejor posición para
enfrentarnos al reto fiscal que va a surgir en nuestro país a largo plazo:
la reforma de beneficios como el seguro social, la asistencia médica
(Medicare) y la ayuda médica (Medicaid), para que las generaciones futuras
también puedan beneficiarse de estos programas vitales sin llevar a nuestro
país a la bancarrota.
Recabé un importante mensaje de las elecciones, y es, que el pueblo quiere
terminar con el proceso secretista que los allegados a Washington utilizan
para introducir en la legislación proyectos que cuestan miles de millones
de dólares y que nunca se someten a revisión o voto en el Congreso. Me
alegra que el senador Robert Byrd y el representante Dave Obey, los
demócratas que dirigirán el proceso de asignación de fondos del presupuesto
en el nuevo Congreso, hayan oído ese mensaje también y hayan indicado que
no incluirán más fondos destinados a fines especiales en la resolución
continua de este año fiscal.
Pero podemos y debemos hacer más. Es hora de que el Congreso otorgue al
presidente un veto sobre las partidas presupuestarias. Hoy anunciaré mi
propia propuesta para terminar con este proceso muerto y reducir
sustancialmente los fondos destinados a fines especiales que cada año se
aprueban.
La solidez de nuestra economía también exige que abordemos los temas más
importantes a los que se enfrenta el pueblo estadounidense: mayor seguridad
energética, reforma completa del asunto de la inmigración y asistencia
sanitaria a precios razonables. Aunque se ha logrado progreso en todos
estos aspectos, debemos hacer más al respecto. Espero trabajar con el
Congreso en estos difíciles asuntos.
Nuestros fundadores creían en la sabiduría del pueblo estadounidense para
elegir sus líderes e hicieron posible el concepto de un gobierno dividido y
eficaz. El partido mayoritario en el Congreso aprueba los proyectos de ley
que elige. El partido minoritario, especialmente si los márgenes de
diferencia entre ellos son próximos, tiene una gran influencia en la forma
que el proyecto de ley adopta. Y la Constitución otorga al presidente la
posibilidad de usar su juicio para imprimir con su firma carácter de ley a
los proyectos.
Esto nos proporciona un claro desafío y una oportunidad. Si el Congreso
elige aprobar leyes que son simplemente declaraciones políticas, estará
eligiendo una paralización. Si elige otra dinámica, los próximos dos años
serán fructíferos para nuestro país. Podemos demostrar al pueblo
estadounidense que los republicanos y los demócratas pueden unirse para
encontrar el modo de contribuir a que Estados Unidos sea una sociedad más
segura, próspera y con más esperanza. Y demostraremos a nuestros enemigos
que el debate abierto que consideran una debilidad fatal, es una gran
fortaleza que ha permitido a las democracias florecer y tener éxito.
A los nuevos miembros del 110 Congreso, les doy mi bienvenida y mi
enhorabuena. El pueblo estadounidense ha confiado en nosotros el servicio
público en un momento crucial para nuestro país. Esperemos que la
conclusión que saquen de los dos próximos años sea que usamos bien nuestro
tiempo.
(El señor Bush es presidente de Estados Unidos).
(termina el artículo)
(Distribuido por la Oficina de Programas de Información Internacional del
Departamento de Estado de Estados Unidos. Sitio en la Web:
http://usinfo.state.gov/esp)
Saludos cordiales
RODRIGO GONZALEZ FERNANDEZ
CONSULTAJURIDICACHILE.BLOGSPOT.COM
Renato Sánchez 3586 dep 10
Santiago, Chile
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