Rodrigo González Fernández
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Rodrigo González Fernandez, luego de estudiar Derecho , más un grupo de profesionales muldisciplinario han querido ofrecer el primer blog y punto de encuentro , discusión , opinión y de información del derecho en general. CONSULTENOS POR ASESORIAS , CURSOS ,CHARLAS Y CONFERENCIAS DIRIGIDAS A EMPRESAS Y ORGANIZACIONES en materia de derecho, Gerencia de Administracion Pública, liderazgo, lobby y empresas .santiago- chile cel: 93934521
Madrid -- La OEA, que no sirve para casi nada, aunque la presida José Miguel Insulza, un político competente, pudiera asumir con realismo su condición de club de debates y olvidarse de otras misiones gloriosas que casi nunca consigue llevar a buen puerto. No es serio firmar compromisos solemnes, como la Carta Democrática, y luego ignorar olímpicamente lo que está sucediendo en Venezuela, Bolivia o Ecuador (y lo que empieza a ocurrir en Nicaragua), donde las instituciones republicanas, frágil sustento del Estado de derecho, están siendo sistemáticamente demolidas desde el poder.
¿Cómo pudiera el señor Insulza ganarse honradamente el pan al frente de una OEA modesta y pequeñita, pero razonablemente útil? Podría, por ejemplo, convocar a los presidentes de América Latina para debatir el gran tema moral, político y económico que sacude a toda la región desde el Río Grande a la Patagonia: ¿por qué los latinoamericanos constituyen el segmento más pobre y atrasado de Occidente? ¿Por qué en sus universidades y centros tecnológicos, algunos de ellos con cuatrocientos años de existencia, apenas se producen hallazgos significativos? ¿Por qué la mitad de la población latinoamericana vive en la miseria? ¿Por qué --en suma-- el capitalismo latinoamericano ha dado tan pobres resultados si se contrasta, por ejemplo, con el éxito de los países escandinavos o con Canadá y Estados Unidos, las otras dos expresiones europeas del otro lado del Atlántico?
En realidad, casi todas esas preguntas ya fueron respondidas, indirectamente, en un excelente libro, Good Capitalism/Bad Capitalism, escrito por los economistas norteamericanos William J. Baumol, Robert E. Litan y Carl J. Schramm, publicado recientemente por Yale University Press. El título agrega algo más para explicar de qué se trata: ''la economía del crecimiento y la prosperidad''. Y la tesis es sencilla de entender: el hecho de que existan propiedad privada y mercado no genera necesariamente desarrollo. En Haití y en Holanda hay mercado y propiedad privada, pero en un país la gente se muere de hambre y en el otro las grandes preocupaciones comienzan a ser la obesidad y la longevidad excesiva.
De acuerdo con la persuasiva explicación de los autores, no hay un capitalismo, sino cuatro:
el guiado por el Estado, el capitalismo mercantilista, donde los funcionarios escogen a los amiguetes ganadores o a los desdichados perdedores;
el capitalismo oligárquico, muy parecido al primero, donde un pequeño grupo de gentes adineradas pone el Estado a su servicio y convierte la actividad económica en un coto cerrado para su único beneficio;
el gran capitalismo o capitalismo de las grandes empresas, donde el poder de los gigantes económicos hace girar la organización de la sociedad en provecho de sus enormes y ubicuos intereses;
y --por último-- el capitalismo empresarial, donde el Estado no asigna privilegios y se limita a crear las condiciones para el surgimiento incesante de empresas que deben sustentarse en mercados abiertos y competitivos gobernados por la agónica búsqueda de innovaciones, calidad y mejores precios con los que conquistar a los consumidores.
Este último es el ''buen capitalismo'' de que habla el libro, y aunque no existe en estado puro en ninguna parte, es evidente la relación que se advierte entre este modelo de producción y el buen desempeño económico. De diversas maneras y grados, esto es lo que sucede en las veinte naciones más prósperas y desarrolladas del planeta.
Los autores, por supuesto, no prometen que el capitalismo empresarial traerá un mundo más justo y equitativo, e incluso defienden las virtudes de los desequilibrios como parte del impulso destructor que regenera constantemente al mercado, pero sí advierten que en las naciones que lo practican es donde se observan menores desigualdades. El índice Gini, que mide las diferencias de ingreso en las naciones, demuestra que una sociedad como la danesa, paradigma del capitalismo empresarial, tiene un índice de distribución de ingreso dos veces más equitativo que los países latinoamericanos.
En realidad, Good Capitalism/Bad Capitalism no dice nada radicalmente nuevo, pero aporta algo muy importante al debate: una manera muy ordenada y convincente de presentar los argumentos, y lo hace sin recurrir a la jerga complicada de la economía. Es un libro para profanos. Por ejemplo, con tres o cuatro excepciones, para los presidentes latinoamericanos. Ojalá Insulza se anime a leerles el texto despacito y en voz alta. Se beneficiarían. Nunca es tarde para aprender un par de cosas.
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Republicanos y demócratas en Estados Unidos, conservadores y laboristas en Gran Bretaña, son un buen ejemplo de las ventajas del bipartidismo. La atomizacion del poder favorece poco a la estabilidad del sistema. El ballotage, o segunda vuelta, fue un invento francés para equilibrar la política.
Desde los años 40, Argentina tuvo un bipartidismo relativo con dos grandes fuerzas, peronistas y radicales. Los primeros fueron mayoría desde su triunfo en 1946 y los segundos el partido más antiguo del país que democratizó el sistema político a comienzos del siglo XX.
La corrupción y la ineficiencia fueron minando la política y los partidos mientras el poder económico se concentraba pasando a ser el más influeyente. Con la crisis del 2001 explotó el sistema y el reclamo generalizado fue ''que se vayan todos''. Por supuesto no se fueron, pero la aparición de líderes personalistas atomizó el sistema político. Elisa Carrió y Ricardo López Murphy, dirigentes radicales, formaron sus propias agrupaciones, el ingeniero Mauricio Macri, millonario presidente del club Boca Juniors, lanzó su partido y el justicialismo quedó dividido entre el Frente para la Victoria de Néstor Kirchner y el viejo partido tradicional.
Kirchner se dedicó a condenar los crímenes de la dictadura y a demonizar la década menemista. Es cierto que ambas fueron malas para el país, pero también lo es que el presidente y su esposa fueron menemistas furiosos y su participación fue decisiva para la irresponsable privatización de la renta petrolera.
El ingeniero Macri ganó la jefatura de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires diciendo que hay que dejar atrás los fantasmas del pasado y terminar con las campañas sucias basadas en el insulto y la descalificación del adversario.
Los fantasmas del pasado son lo crímenes cometidos por la dictadura que ayudó a que el poder económico de las empresas del grupo Macri creciera considerablemente. Su referencia a las campañas sucias es una obviedad que no constituye un plan de gobierno.
Lo grave es que en toda la campaña por el gobierno de Buenos Aires no se escuchó una sola idea sobre posibles soluciones a problemas gravísimos como la violencia, el hacinamiento, el narcotráfico, la educación y la salud.
Macri, hoy por hoy la cara de la oposición a Kirchner, habla más de gestión que de ideologías y confiesa su amistad y admiración por personajes como el pinochetista chileno Joaquín Lavín.
Muchos de los problemas de Buenos Aires vienen de la dictadura militar y el menemismo. El modelo de concentración económica y apertura indiscriminada de mercados provocó desempleo, miseria y marginalidad social. Macri quiere sacar los pobres de la ciudad pero eso no resuelve el problema de la pobreza, sólo la cambia de lugar.
Uno de grandes líderes argentinos, el lúcido Domingo Faustino Sarmiento, definió al país como un ''enano con cabeza de gigante''. Definía magistralmente un país subdesarrollado, no integrado y con una enorme ciudad que creció junto al puerto.
Los miles de personas, en un buen porcentaje no argentinos, que fueron llegando a la gran ciudad lo hacían para escapar de la miseria rural y la incomunicación. Allí los excedentes de la riqueza que pasaban por el puerto alcanzaban para paliar la miseria.
Los problemas de Buenos Aires son los del país sólo que más concentrados. La represión no va terminar con la violencia y el narcotráfico serguirá siendo una salida para los jóvenes que se hacinan en la villas miseria del gran Buenos Aires.
Líderes personalistas con discursos llenos de obviedades y expresiones de deseos difícilmente puedan poner en marcha un país que hace décadas gira en círculos sobre sí mismo sin encontrar el rumbo.
Darle al país un valor agregado, volver a tener una educación de excelencia, integrar a la gente mediante el trabajo, son cosas de estadistas. Arruinada por hombres providenciales y caudillos hegemónicos la Argentina deberá generar otro Alberdi y otro Sarmiento para salir del infierno.
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Buscan nuevo Director Gerente del Fondo Monetario Internacional
Posted: 29 Jun 2007 05:11 PM CDT
Dos años antes de que termine su primer mandato como Director Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Rodrigo Rato se va.
Ahora se abre la búsqueda del nuevo director gerente y, como siempre pasa con estas organizaciones, los pocos se reúnen y eligen en nombre del resto del mundo.
Acabamos de ver el nombramiento del nuevo presidente del Banco Mundial y, en ese momento, cuestionamos el sistema utilizado para su elección. Es decir, tradicionalmente, el presidente del Banco Mundial lo eligen los estadounidenses, eligiendo uno de los suyos.
El Director Gerente del FMI, tradicionalmente, lo eligen los europeos, eligiendo uno de los suyos. Estos casos siguen los viejos tiempos e ignoran las realidades del mundo actual.
En el anterior artículo comenté que:
Con el sistema de Bretton Woods como está, sin cambios desde su establecimiento, es difícil pensar que los Estados Unidos y los países europeos estén dispuestos a ceder voluntariamente su control sobre el poder internacional. ¡Quizás hay que empezar otra vez!
Nada ha cambiado.
¿Veremos el dedazo europeo con la selección del nuevo Director Gerente del FMI?, ¡Seguro que si!
Vía | BBC Mundo
En El Blog Salmón | Nuevo Presidente del Banco Mundial y ¿Quién debe elegir al presidente del Banco Mundial?
Más información | Nota de Prensa del Fondo Monetario Internacional (en inglés)