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Imagen de cuatro de las nueve unidades didácticas sobre inteligencia emocional. Foto: Diputación Foral de Gipuzkoa
La Diputación Foral de Gipuzkoa lleva cuatro años sumergida en un proyecto que tiene como objetivo desarrollar la inteligencia emocional desde niños y en todos los ámbitos de la vida. Hoy presentará el instrumento que posibilite el proyecto, nueve unidades didácticas que aunque estén dirigidas a profesores, realmente, los últimos destinatarios y el objetivo del proyecto son los alumnos que se servirán de estos libros para desarrollar esta capacidad.
"Nos hemos dado cuenta, y los estudios así lo reflejan, que los seres humanos tenemos muchas formas de inteligencia. Algunos consideran que son siete, otros que tres
Pero, al fin y al cabo, parece que tenemos dos tipos de inteligencia, la racional y la emocional". Así se lo ha explicado a eitb24.com Joseba Amondarain, responsable del Servicio de Promoción de la Sabiduría y la Actividad Social (Departamento de Innovación y Sociedad del Conocimiento), para poder entender qué es la inteligencia emocional.
¿Pero, qué es la inteligencia emocional? Según Amondarain, se trata de "la relación que tenemos con nosotros mismos y con los demás. Resumiendo, cómo conocemos y gestionamos nuestras emociones y cómo desarrollamos las relaciones con los demás".
Amondarain considera que nos encontramos "a las puertas de una nueva sociedad", concretamente, "a las puertas de la sociedad del conocimiento". Cree que a partir de ahora "el poder de la sociedad recaerá en las personas" y es por ello por lo que la Diputación Foral de Gipuzkoa comenzó hace cuatro años a desarrollar el proyecto de inteligencia emocional. Ha señalado que hasta ahora el poder del ser humano estaba "en los recursos o el trabajo".
En este sentido, para entender los pormenores de la inteligencia emocional, Amondarain ha explicado que "las personas están llenas de emociones" y que las emociones se tienen en cuenta para todo, en todos los aspectos de la vida. "Hasta ahora nos han enseñado que debíamos esconder o dejar a un lado las emociones". En cambio, este proyecto apunta a que "debemos conocer nuestras emociones, vivirlas y desarrollarlas". Considera que "la racionalidad y las emociones deben desarrollarse conjuntamente".
Proyecto piloto
A pesar de que la Diputación Foral de Gipuzkoa comenzó hace cuatro años a desarrollar este proyecto, empezó a implantarse en los centros escolares en 2005. En aquel comienzo se adhirieron menos de 200 profesores pero Amondarain ha dicho que hoy en día están tomando parte en él casi 1.700.
Hirukide-Jesuitinak y la ikastola Laskurain fueron de los primeros en apoyar el proyecto, por lo que se le dio comienzo con su colaboración. Por su parte, la empresa Sycom (que cuenta con un blog sobre inteligencia emocional en eitb24.com) ha sido la encargada de realizar los trabajos de coordinación. Ha sido un trabajo en conjunto de un año y medio en el que la empresa Sycom ha aportado "los conceptos y la teoría" y los profesores su experiencia para saber cómo desarrollar este ámbito dentro de la realidad y cotidianidad de los alumnos. Según Amondarain, son estos últimos los que conocen mejor que nadie la realidad de los alumnos que son, al fin y al cabo, los destinatarios y el objetivo del proyecto.
Han realizado un proyecto piloto que ya ha dado los primeros resultados. Aún falta analizarlos a fondo, porque acaban de recogerlos y hasta pasado un mes no estarán preparados para dar a conocer los resultados definitivos. A pesar de ello, dan por probado que el proyecto sí tiene influencia.
"Datos importantes"
Dentro del proyecto han medido en cinco escuelas de Gipuzkoa el efecto que puede tener sobre los alumnos el desarrollo de la inteligencia emocional. Han examinado durante un año cuatro centros escolares que participaron en el proyecto y uno que no tomó parte "para comparar" y Joseba Amondarain ha señalado que los "datos son importantes".
Entre los participantes en el proyecto "la conflictividad ha disminuido, ha crecido la participación en las clases y las notas también han mejorado". Esos son, de momento, los datos que ha podido aportar Amondarain.
También han visto que la influencia es diferente "según la edad y el género". El desarrollo de la inteligencia emocional "tiene una influencia mucho mayor en lo que respecta al comportamiento en niños de corta edad". Ese aspecto es normal, de todas formas, "porque de pequeños somos unas esponjas y es en esa época cuando se consolidan los valores", ha señalado.
Conforme los estudiantes van creciendo, por otra parte, "la influencia es mayor en su comportamiento en clase y a la hora de estudiar. Por lo tanto, de pequeños la influencia es mayor en los valores y de mayores, en las notas".
"Las mujeres maduran antes"
Por otro lado, en lo que respecta a las diferencias entre mujeres y hombres, se han percatado de que "al principio la influencia es igual", pero, "cuanto mayores son, la influencia es menor" entre las mujeres.
La razón podría ser que "la mujer madura antes y sus valores ya están consolidados". Por lo tanto, "la influencia en las mujeres es mayor en lo que respecta a la habilidad y en los hombres tiene un poco más de influencia en los valores que en las notas".
"No se ha dado en ningún otro lugar una experiencia como la de Gipuzkoa"
Granada acogió el pasado mes de septiembre el primer congreso internacional sobre inteligencia emocional. Allí, un experto neoyorquino anunció que Nueva York iba a acoger la mayor experiencia del mundo en este ámbito, concretamente, que "iban a gastar un millón de dólares en una experiencia que iban a realizar en cien centros escolares", ha señalado Amondarain.
En este sentido, ha explicado que "tan sólo en Gipuzkoa han participado en este proyecto 120 centros escolares y el 15% de los profesores". Por lo tanto, vistos los resultados, considera que "esta experiencia, además de haber resultado muy buena en lo que respecta a la calidad, también ha sido muy buena en lo que respecta a la cantidad y no se ha realizado en ningún otro lugar".
Vistos los resultados, además de en los centros escolares, la Diputación se ha animado a trabajar también en otros aspectos sociales. Para ello, han buscado "otros compañeros de trabajo". Han trabajado "con gente de los ámbitos del deporte, la juventud y la acción social en el ámbito socio-comunitario".
En Andoain y Urnieta han puesto en marcha "una experiencia piloto en el ámbito socio-comunitario", además de en los centros escolares. El objetivo es que, además de tratar la inteligencia emocional en Educación Infantil, Primaria, Secundaria y en Bachillerato y Formación Profesional, también se desarrolle en las acciones que se realizan en la calle y en las empresas.
Y es que, Amondarain considera que "un niño también puede aprender sobre inteligencia emocional mientras realiza deporte". En este aspecto, han realizado una pequeña experiencia en Urnieta y Andoain.
En Tolosa, Andoain y Urnieta también han comenzado un proyecto en el ámbito familiar. "Queremos ver si el proyecto da buenos resultados en estos lugares y extenderlo poco a poco", ha señalado, añadiendo que "también hemos empezado el desarrollo en empresas".
"Por lo tanto, tocaríamos a una persona con la inteligencia emocional en las escuelas, en la calle o a la hora de realizar deporte, dentro de la familia y en la empresa", ha explicado.