En los próximos días y con motivo de la inauguración del sexto centro de rehabilitación de la Corporación La Esperanza, su fundador Jaime Orpis hará un anuncio formal al país: se retira de la vida política contingente, una decisión que sin duda tendrá un impacto profundo en la Alianza y en su partido ya que el senador es desde hace más de veinte años uno de los buques estrella del gremialismo.
Orpis es una de las figuras emblemáticas de la UDI desde sus inicios en la política cuando fue presidente de la FEUC. Está en el Parlamento desde el año 90. Y allí partió como diputado de una de las zonas que en su momento fueron parte de las tierras de Mario Palestro, uno de los caciques del socialismo.
San Miguel era originalmente más grande de lo que es hoy. Así el distrito por el que fue elegido comprende las comunas de San Joaquín, Macul y La Granja.
Con 34 años, este abogado de la UC se convirtió así en un fiel reflejo de los resultados del contacto de los gremialistas con el mundo social. Una estrategia diseñada por Jaime Guzmán. Es lo que se conoce como la UDI popular.
La Corporación La Esperanza partió atendiendo a ocho personas y hoy son más de 300 los jóvenes que participan en sus programas de rehabilitación.
El senador Orpis nos recibe en una de las sedes de esta fundación que creó el año 1994 y se sincera para hablar sobre esta decisión.
-¿Qué lo motivó a adoptar esa resolución de alejarse de la vida política contingente?
-Es una decisión que tomé hace mucho tiempo. Ya llevo muchos años en la actividad pública y paralelamente mi proyecto de vida está en torno a un tema social como lo es el de la Corporación La Esperanza. De tal manera que en este que es mi último período como senador toda la actividad no la voy a concentrar en la contingencia sino que en tratar de dejar algo que valga la pena para la región que represento, asumir con fuerza los temas legislativos y simultáneamente dedicarle cada vez más tiempo a la propia fundación.
-¿A quién le informó de esta decisión?
-Se lo anuncié a los dirigentes del partido cuando estaba en campaña y lo formalicé en el mes de junio de este año. En esa fecha se lo informé al presidente de la UDI, Juan Antonio Coloma y al jefe de bancada, Hernán Larraín. Y les dije que me retiraba de la contingencia. Nunca he estado mucho en ella. Lo que pasa es que no puedo seguir contra mis propias convicciones de haber estado renunciando prácticamente una vida entera al proyecto que verdaderamente a partir del año 94 lo tomé con mucha fuerza y que no fue algo accidental. Entonces llega un minuto en que al cumplir un período en el año 2018, de 28 años como parlamentario, quiero dedicarle los últimos años de mi vida en un cien por ciento a lo que es el proyecto de la Corporación La Esperanza.
-¿Se desilusionó de la política contingente?
-Sí, de la política contingente estoy desilusionado. Y creo que además hay muchas personas que pueden estar en la política contingente, pero hay muy pocos que están en lo social. Y por lo tanto todo lo que pueda hacer ahí, desde un punto de vista de servicio público tiene un valor grande porque en definitiva uno tiene que estar donde pocos van a estar. La Corporación ha crecido y yo creo que en definitiva ahí está mi proyecto. Por eso es que habiendo muchas personas en torno a la contingencia yo creo que también mientras sea parlamentario el aporte que puedo hacer es no desde la contingencia, sino que en torno a grandes temas. O sea desde el punto de vista del servicio público creo que el mejor aporte que puedo hacer es desde ahí.
-¿No resulta compleja su decisión tomando en cuenta que usted durante años luchó para que la Alianza llegara al gobierno y ahora que llegaron a La Moneda usted anuncia su retiro de la contingencia?
-No, porque la Alianza no necesita que todos estén en la contingencia sino que existan también parlamentarios cuya prioridad sea la de abordar otros temas. Lo que sucede es que la contingencia en esencia es la coyuntura del día. Y creo que los países no pueden vivir al día, sino que tiene que haber una mirada mediano y largo plazo en varios temas. ¡Desde un punto de vista mediático es lo menos vendedor que existe pero afortunadamente nunca he tenido esa obsesión! (se ríe)
-¿O será acaso que le genera más satisfacción el dedicarse al combate contra la droga que los avatares de la política?
-Yo he tratado que esos avatares no me contaminen. He hecho un esfuerzo. Nunca he estado muy involucrado tampoco en la contingencia, de tal manera que no he estado en primera línea en eso porque nunca me ha interesado demasiado.
-¿Esto significa que usted no va a participar en la próxima campaña municipal ni tampoco luego en la campaña parlamentaria y presidencial?
-Eso significa contingencia y por lo tanto no lo voy a hacer definitivamente.
-¿Y eso no podría complicar a su partido ya que usted es una persona relevante dentro de la UDI?
-No porque durante estos más de veinte años que me he dedicado al servicio público creo que sido capaz de dejar una nueva generación. Es un proyecto colectivo. Y afortunadamente por lo menos en mi región, hay una nueva generación de dirigentes que van a ser capaces de hacerlo igual o mejor de lo que yo lo hice.
-¿Usted esto se lo informó al Presidente Piñera?
-Él lo sabe. Lo he conversado con él.
-¿Cuándo?
-En los viajes que hemos tenido. Se lo he señalado categóricamente a él y al ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter. De hecho yo formaba parte de las reuniones del Comité Político en mi calidad de subjefe de la bancada y les dí las razones de por qué yo me retiraba de este Comité indicándoles que me retiraba de la contingencia.
-¿Y qué le dijo el Presidente Piñera?
-Yo siempre he sentido tanto de mi partido como del propio Presidente y el ministro del Interior que han comprendido el tema. Además lo han respetado.
-¿Esta decisión suya es irrevocable y definitiva?
-Absolutamente. La verdad es que la debía haber adoptado hace mucho tiempo.
-Eso significa que usted no quería repostularse como senador…
-Así es. Me costó muchísimo. Pero de alguna manera ese paso que dí, lo hice en esta perspectiva de concentrarme en tres temas: la región, donde hay una situación tremenda con Arica y me iría muy frustrado si no logramos desarrollar esta ciudad; el tema legislativo y la Corporación La Esperanza. En general he sentido que me han respetado tanto en el gobierno como en mi propio partido.
-¿Qué es lo que más le ha gustado y lo que menos le ha gustado de la política?
-Yo no voy a ser de aquellos que va a denostar la política. Creo que se ha valorado poco lo que ha hecho el sector político en Chile y en particular nuestra generación. Creo que nuestra generación en particular le dio estabilidad a Chile. Y cuando hablo de nuestra generación me estoy refiriendo tanto a la Alianza como a la Concertación. Somos una generación que desarrolló una transición exitosa, lo cual ha sido nuestro gran aporte a la actividad pública. Y hoy Chile es lo que es porque hemos logrado darle estabilidad. El traspaso de un gobierno militar a la democracia fue con mucha generosidad de parte de todos los sectores políticos, y en este sentido nuestra generación hizo un gran aporte. Y desde el punto de vista de la Alianza ha coronado todo ese proceso el haber alcanzado la Presidencia de la República. Ésta habría sido una generación incompleta si no hubiese logrado ese objetivo político.
-¿Y qué pasa si el próximo candidato presidencial de la Alianza le pide a usted que vuelva a la política contingente?
-Le voy a decir que no pues.
NO HABRÁ MAR CON SOBERANÍA PARA BOLIVIA
-¿Qué se debe hacer ante la demanda marítima boliviana?
-Chile ha cometido errores garrafales históricos en la relación con Bolivia. Nos hemos preocupado muchísimo de qué solución le damos a Bolivia, mientras Arica se nos está muriendo. Hay que fortalecer la situación geopolítica de Arica. Creo además que el primer error histórico se cometió en la agenda de 13 puntos porque fue una agenda sin exclusiones lo que significa que se está dispuesto a debatir una salida con soberanía sobre la cual estoy en absoluto desacuerdo.
-¿Y qué es lo que se debió haber hecho?
-Se debió haber sincerado desde un comienzo una agenda que dijera 'esta agenda tiene límites' y ese límite es que conversemos todo lo que sea necesario, pero aquí no habrá entrega de soberanía.
-En este sentido ¿qué le pareció la propuesta del senador Longueira de plebiscitar una salida soberana al mar?
-Yo lo he conversado con Pablo y le he dicho que no comparto su idea. Aquí lo que ocurre es que en la Carta Fundamental boliviana está la condición marítima con soberanía. Ellos lo tienen en la Constitución. Entonces es un callejón sin salida porque imaginémonos hipotéticamente que el día de mañana se les dé un enclave. Pues bien, el tema no terminará ahí porque al día siguiente van a estar pidiendo soberanía. Yo creo que la relación entre los países se construye sobre la base de la confianza y lo que los países están dispuestos a otorgar. Y en este caso en particular no existe ningún piso político de ninguna naturaleza para siquiera debatir el tema de la soberanía porque en Chile no hay condiciones para eso.
-¿Y qué puede decir respecto al diferendo limítrofe con Perú?
-Es parte de este tema. Yo creo que no se puede conversar antes de La Haya. Cómo voy a estar conversando con Bolivia un tema cuya solución tiene una incidencia en La Haya. Eso es evidente.
-En los próximos días está previsto un encuentro entre los Presidentes Piñera y Morales. ¿Qué le recomendaría usted al mandatario chileno?
-Yo no soy nadie para recomendarle al Presidente lo que debe o no debe hacer ya que es él quien en definitiva conduce las relaciones exteriores. Si se reúne con el Presidente Morales que se sincere cuál es el límite de esa conversación. Creo que el Presidente Piñera tiene que ser lo suficientemente categórico para decir que al menos durante su mandato el límite será no entregar soberanía por ningún motivo. Chile de una vez por todas tiene que sincerar el tema y ese límite es que no se va a entregar soberanía.
"REINCIDENCIA Y DROGA TIENEN COLAPSADO EL SISTEMA CARCELARIO" | |