Rodeada por todo el gabinete y los principales asesores de La Moneda, la presidenta de la República, Michelle Bachelet, firmó la mañana de ayer el proyecto de reforma tributaria que busca recaudar en torno a tres puntos del Producto Interno Bruto (unos US$ 8.200 millones) para financiar los cambios a la educación, uno de los tres ejes de su administración.
En medio de una alta expectación política y del mercado, la mandataria explicó que la propuesta -que hoy inicia su trámite en el Congreso- apunta a cuatro objetivos: aumentar la carga tributaria para financiar gastos permanentes con impuestos permanentes; mejorar la distribución de los ingresos; introducir nuevos y más eficientes mecanismos de incentivos de ahorro e inversión y eludir la evasión y elusión.
La presidenta enfatizó en la necesidad de esta reforma, como un instrumento poderoso para alcanzar una economía moderna y desestimó su efecto en la actividad. "Esta reforma no va a frenar el crecimiento económico, por el contrario, sólo puede haber un crecimiento fuerte y sostenido en una sociedad equitativa que fortalece su capital humano y que cree instituciones públicas de calidad", expresó al tiempo que pidió el apoyo parlamentario para legislar con celeridad y pensando en el interés de Chile y sus habitantes.
A medida que avanzó su discurso, que más tarde sería reforzado con las declaraciones del ministro de Hacienda, Alberto Arenas, los planteamientos expuestos por Bachelet durante la campaña cobraron vida, en primer lugar aquellos cambios vinculados con el Impuesto a la Renta. Así, en medio de una puesta en escena que incluyó a los principales dirigentes empresariales del país, la Jefe de Estado confirmó el alza gradual de la tasa de impuestos a las empresas del 20% actual a un 25% en 2017 y la derogación del ya famoso Fondo de Utilidades Tributarias (FUT), que implica que los propietarios de las empresas tributarán por la totalidad de las utilidades obtenidas y no sólo por las que retiran.
"Al 95% de las empresas de este país que pagan impuesto a la renta estos cambios no las afectan, porque son micro y pequeñas empresas, muy por el contrario, la gran mayoría se van a ver beneficiadas con esta medida", aseguró la presidenta.
Bachelet también confirmó la reducción de la tasa máxima de los impuestos personales del 40% actual al 35%, aunque advirtió que para presidente, ministros, subsecretarios, diputados y senadores habrá una disposición para no reducir el tramo. "No vamos a legislar para subirnos los sueldos nosotros mismos", explicó Bachelet.
Otras ratificaciones de temas ya anticipados fueron el impuesto de timbres y estampillas, que subirá de 0,4% hasta 0,8%, la derogación del estatuto para la inversión extranjera DL 600 y la aplicación de la depreciación acelerada, entre otros.
Un nuevo frente
Pero en el libreto también hubo novedades. Bajo la lógica de lo que se llamó impuestos "correctivos", la presidenta anunció un impuesto adicional a las bebidas alcohólicas -algo de lo cual se sabía-, pero sumó a las analcohólicas con azúcar.
En el primer caso, y con la idea de combatir a las bebidas de alto grado de alcohol, el impuesto a las primeras tendrá tanto un componente ad valorem como en proporción en volumen al alcohol puro incluido.
En el terreno de los tributos para el cuidado de medio ambiente, o sea, los bautizados como "verdes", el proyecto introduce desincentivos tributarios al uso de tecnología ineficiente y contaminante como un impuesto a emisiones de fuentes fijas y otro a la importación de vehículos diesel de alto cilindraje de uso particular.
Incentivos tributarios
En relación a los incentivos tributarios, la presidenta dijo que las micro y pequeñas empresas contarán con mecanismos de depreciación instantánea, tanto a bienes nuevos como usados, lo que les permitirá rebajar su inversión de las utilidades del primer año.
"En el actual contexto de desaceleración económica, estamos muy conscientes de su importancia en la generación de empleo", comentó.
Respecto a la depreciación acelerada, la novedad es que ésta podrá ser imputada tanto en beneficio de la empresa como de los socios.
Para la micro y pequeña empresa se crea de manera permanente un sistema alternativo para los Pagos Provisionales Mensuales (PPM).
"Transitoriamente será una rebaja del PPM a la micro, pequeña y mediana empresa", detalló.
Bachelet, además, anunció la ampliación y potenciamiento del sistema simplificado bajo el cual tributan las empresas de menores ventas establecido en el artículo 14 Ter de la Ley del Impuesto a la Renta. En esa línea, se ampliará el límite de venta que permite ingresar al régimen desde las actuales UF 8.600 hasta las UF 25.000, es decir, desde unos $ 200 millones hasta cerca de $ 600 millones.
Se introducirá también el cambio del sujeto en el pago del IVA, beneficio para las empresas de menor tamaño, porque las grandes empresas por ventas por más de UF 100 mil asumirán el pago del IVA de sus proveedores en caso de retraso, situación que regulará el SII.
Respecto a medidas concretas para reducir la elusión y evasión tributaria, el proyecto incluye normas que buscan potenciar la actividad fiscalizadora del SII, así como del Servicio Nacional de Aduanas y la Tesorería General de la República.
Por otra parte, se refirió a las limitaciones a los esquemas de renta presunta, las que seguirán vigentes para contribuyentes que califiquen como microempresas. También se pondrá frenoal mal uso de las compras con factura que se realizan en supermercados o comercios similares.