Entrevista en el mercurio que traerá consecuencias politicas
Domingo 11 de Mayo de 2008
Joaquín Lavín: "No me interesa ser el líder de la derecha dura" JUAN ANTONIO MUÑOZ H.
Han sido tiempos difíciles. Se ha enfrentado a duras críticas de su propio sector y hasta su familia ha salido al tapete. Costó semanas que se resolviera a hablar. Hoy lo hace directamente, a veces conteniendo la emoción.
-Mi vocación de servicio público es un compromiso de vida. Lo que más me apasiona es provocar un cambio en Chile, una transformación. También están en mi corazón cosas como mi trabajo en la Comisión de Equidad. La vuelta a la democracia requirió grandes consensos; transformar a Chile en el país de las oportunidades también va a necesitar grandes acuerdos. La Alianza va a llegar al gobierno, pero no va a poder llegar a esto sola; va a necesitar acuerdos. Y ahí también veo que puedo jugar un rol.
-¿Su familia operó como catalizador de una decisión propia o fue un muro para que resolviera no ir por Santiago?
-Las decisiones importantes en la vida siempre las tomo teniendo en cuenta la realidad objetiva, lo que a mí me gusta y la opinión de mi familia. Específicamente, la de María Estela. También la de mis amigos. Mi familia siempre me ha apoyado y yo sabía que, cualquiera fuera mi decisión, iban a estar conmigo.
-¿En esta decisión la familia estaba primero?
-Éste fue un momento para eso. Le voy a contar una infidencia. Cuando ella supo mi decisión, me llamó por teléfono esa tarde para decirme que me quería agradecer porque siempre en mis decisiones anteriores, en la vida política, era ella la que tenía que ceder más. Y ahora había visto que yo había cedido. Ese llamado para mí fue muy bonito (se emociona).
-¿Cómo enfrenta una declaración como la del presidente de RN, Carlos Larraín, que dice "sentirse un poco defraudado", pero que "es atendible ya que él necesita darle más tiempo a su familia y a su mujer?".
-Carlos Larraín ha sido siempre un duro crítico de mi gestión de alcalde en Las Condes y en Santiago. Entonces, yo me imagino que no fue fácil para él tener que reconocer: "Sí, Joaquín, el que gana en Santiago eres tú", como me dijo en su casa. Yo valoro su ofrecimiento, pero ya expliqué las razones que tuve.Su opción para Santiago: Zalaquett
-Políticamente, ¿no le importa que tras su decisión, la alcaldía de Santiago quede en manos de la Concertación? Las encuestas dicen claramente que nadie más le puede ganar a Ravinet.
-Por supuesto que me importa. Pero así como yo, personalmente, me preocupé hace cuatro años de que Raúl Alcaíno fuera candidato a alcalde, hoy son los que lideran la Alianza los responsables de encontrar a ese candidato ganador. Voy a colaborar en todo y apoyar al que ellos elijan. Ahora, en ninguna parte está escrito que Jaime Ravinet va a ser el próximo alcalde de Santiago. De todas maneras podemos ganar y sobre todo después de la excelente gestión de Raúl Alcaíno.
-¿Cuál es el nombre que usted sugeriría?
-En las encuestas que yo he visto, el más cercano a Ravinet es Pablo Zalaquett."Mis diferencias son estratégicas; no son de principios"
-Hay un sentir bastante generalizado de gente de su sector en el sentido de que no saben qué esperar ahora de usted: sus declaraciones sobre el caso Provoste, su decisión de no ir por Santiago, su postura sobre el caso Huechuraba... Muchos se han sentido enrabiados y otros dolidos.
-Sé que mi liderazgo no refleja tanto a la derecha tradicional, pero apunta a ser un puente hacia un nuevo electorado. Yo sigo siendo el mismo de siempre. Mi opción ha sido la de transformar a la Alianza en mayoría. Y para eso tenemos que ser un arcoiris donde caben todas las opiniones. Pero no me interesa ser el líder de la derecha dura.
-¿El líder de la derecha blanda, entonces?
-El líder de quien es capaz de ampliar los horizontes de la Alianza.
-¿Qué es lo que la gente ya no puede esperar de usted y qué sí puede esperar?
-Me molestó cuando me dijeron que si era candidato por Santiago tenía que hacer una especie de juramento de fidelidad. No me gustó que me hayan dado 15 días de plazo... Me molestó que me dijeran: "Ya. Si es candidato por Santiago, entonces le exigimos una especie de juramento de fidelidad a los principios de la Alianza". ¡Por favor!, yo he sido siete veces candidato de la Alianza, me he sacado la mugre en dos elecciones presidenciales, he llevado la votación de la Alianza a niveles que nunca nadie ha alcanzado hasta ahora. Y mis diferencias son estratégicas, no son de principios. Son sobre la forma de hacer oposición.
Sin parar, continúa: "He sido más partidario de acuerdos con el Gobierno; estuve en contra de interpelar al ministro Vidal, pero porque llevaba tres días de ministro; no era partidario de acusar a Yasna Provoste por las consecuencias políticas que esto va a tener cuando lleguemos al gobierno y tengamos minoría en el Senado. Pero son diferencias estratégicas, de la forma de hacer oposición. Lo que todos pueden esperar es que voy a seguir en la vida pública y que voy a seguir siendo un aliancista que sigue los dictados de su conciencia. Y es posible que esa manera de pensar no va a coincidir siempre con lo que piensan los dirigentes de la UDI y RN".
-¿Alguna vez lo veremos en la bancada de los senadores independientes, trabajando codo a codo con Fernando Flores y Adolfo Zaldívar?
-No me van a ver en esa bancada. Además, lo más probable es que el futuro gobierno de la Alianza se enfrente a un Senado con mayoría de la Concertación; es cosa de sacar las cuentas. Como la vez pasada nos duplicaron en Concepción, van a tener dos senadores más en los próximos cuatro años. Por lo tanto, cada proyecto del próximo gobierno va a requerir votos de la Concertación para ser aprobado. Si opto por ser senador, ahí va a estar mi aporte, mi rol. Aprovechar este activo, de haberme ganado el respeto de mis adversarios, para contribuir a que los proyectos del futuro presidente de la Alianza se aprueben."Lamento mucho haber generalizado"
-"La corrupción no es sólo patrimonio de la Concertación; también hay corrupción en municipios de la UDI". Una frase que va de la mano con "pongo las manos al fuego por mi yerno". ¿Mantiene ambas posiciones?
-Estoy seguro de que mi yerno, Isaac Givovich, es completamente inocente y por supuesto que sigo poniendo las manos al fuego por él, igual que el primer día. Ahora, respecto a la frase sobre corrupción en los municipios UDI, lamento mucho haber generalizado (largo silencio). Además, ojalá me equivoque...
-¿Ha conversado profundamente sobre el punto con su yerno?
-He conversado mucho con él. Mi principal rol en este caso es como papá y consiste en apoyar a mi hija Asunción en este momento difícil.
-¿Cómo está Isaac anímicamente?
-Lo veo bien. Y a la Asunción también. Pero pasan por momentos duros. Les descerrajaron la chapa de la puerta del departamento y tuvieron que estar casi una semana con la puerta abierta durmiendo en la noche, porque tenían que esperar al notario para certificar. Humanamente lo han pasado mal.
-Algunas personas de su entorno han dicho que usted anda "cabizbajo, abstraído". Que está muy recluido en su familia porque lo ha pasado muy mal. Hasta deprimido. ¿Es cierto?
-Si veo preocupada a mi hija o a María Estela, por supuesto que me afecta. También me he sentido mal porque estoy convencido de que si Isaac no fuera mi yerno, nunca lo habrían acusado de nada. Siento que a veces mi vocación pública afecta a mi familia. Y éste ha sido el caso. Obviamente que este tema me afecta más que los otros. Durante años las críticas venían de la Concertación. La novedad es que ahora también vienen de la Alianza. Bajoneado, a veces me he sentido; deprimido, nunca. Mi vida interior me ayuda a salir adelante."Déjenme descansar un rato"
-¿Sigue siendo devoto del "bacheletismo aliancista"?
-Sigo siendo bacheletista-aliancista. Primero porque siento aprecio por la Presidenta como persona. Veo en ella buena intención y una actitud y cercanía con la gente distinta a los políticos tradicionales. Y segundo, porque no me gusta la actitud de esperar criticando todo hasta que nosotros lleguemos al gobierno. A mí me preocupa tender puentes no sólo pensando en la próxima elección, sino que quiero que seamos capaces de gobernar bien los años siguientes. Ésa, quizás, es mi diferencia de perspectiva.
-¿Qué prefiere, "el desalojo" de Allamand o el "nuevo trato" de Piñera?
-Prefiero el bacheletismo-aliancista bien entendido.
-Eso es irse por la tangente...
-No, no. Creo que en la Alianza amplia tienen que caber todos: el desalojo, el nuevo trato, el nuevo consenso de Hernán Larraín y el bacheletismo-aliancista.
-Vale decir, ¿la derecha blanda y la derecha dura juntas...?
-Sí. Sólo así lograremos el arco iris que se necesita para ganar.
-El arco iris era la imagen de "La alegría ya viene".
-(Se ríe)
-Un senador UDI como Jorge Arancibia calificó su actitud como "de matón de barrio". ¿Qué le respondería?
-No tengo nada que responderle. Pero la gente que me conoce sabe que no respondo a ese perfil.
-¿Por qué le interesa Valparaíso?
-En la carta en que rechacé dije que en el futuro veía mi aporte en alguno de estos dos lados: el Congreso o trabajando en un futuro gobierno de la Alianza. Lo mismo que le dije a Piñera. Fue la UDI la que me ofreció ser candidato por Valparaíso y eso ocurrió hace ya muchos meses y probablemente en los momentos en que el senador Arancibia había decidido no repostular. Si opto por ser senador, esa es una circunscripción muy atractiva, por lo que significa Valparaíso y Viña. Pero todavía pueden pasar muchas cosas y realmente no veo por qué haya que decidir ahora sobre una elección que va a ocurrir en 20 meses más. ¡Déjenme descansar un rato! (se ríe). He sido candidato siete veces, estuve a punto de ser candidato por Santiago, acabo de decir que no... ¡déjenme un momento! Espero que no me den 15 días de plazo de nuevo para tener que decidir sobre Valparaíso.
-En vistas a las próximas presidenciales, ¿estaría dispuesto a hacer un llamado a la Alianza para que decidan de una vez su apuesta por Piñera?
-Soy partidario de que haya sólo un candidato presidencial. Algunos dicen que no importa que llevemos dos candidatos, pero creo que al final los votos no se suman en su totalidad. Ahora, decidirlo y proclamarlo ya, es demasiado apresurado y sólo significaría exponer a Sebastián a más ataques.
-Sigue pareciendo que hay gente en la UDI que preferiría que ganara otra vez la Concertación y no así Piñera...
-El propio Sebastián tiene que disipar esos temores, tiene que saber proponerle a la UDI este sueño de gobernar juntos. Cuando está en una coalición con dos partidos, la UDI no puede esperar siempre tener candidato presidencial.
-¿Son comprensibles esos miedos de la UDI?
-No creo que haya miedo. Al que le corresponde disipar cualquier temor es a Sebastián Piñera...
-Hay mucha gente que sigue siendo fiel a usted y que quisiera verlo de nuevo en la carrera presidencial. ¿Es esa una posibilidad o hay que olvidarse del Presidente Lavín?
-No tengo idea si habrá un Presidente Lavín en el futuro. Lo que sí he aprendido es que esas cosas no hay que buscarlas. Si se dan, muy bien.
-¿Pero dentro suyo existe el Presidente Lavín?
-Dejando pasar esta vez, para más adelante no descarto nada.
-¿Es un tema hablado ya al interior de su familia?
-Ahí hay que ir tirando las noticias de a poco (se ríe).