SERÁ EL PRINCIPAL AÑO DEL GOBIERNO Y MARCARÁ EL FUTURO
Presidente Sebastián Piñera: "El 2011 será el año de las siete reformas"
El Mandatario relata cómo vivió el 2010 y asegura estar dispuesto a arriesgar su popularidad para lograr que se aprueben los cambios que propone en las áreas más sensibles
Domingo 26 de Diciembre de 2010 08:17
Foto: Álex Moreno, El Mercurio
SANTIAGO.- Fin de año y comienza la etapa de resúmenes y predicciones para 2011. Y el Presidente de la República, Sebastián Piñera no queda ajeno a estas alternativas.
En entrevista con El Mercurio, el mandatario habló sobre los resúmenes de sus primeros meses al mando del país y lo que viene para él y sus objetivos en el sillón de La Moneda.
A cien días de llegar al poder usted dijo la siguiente frase en estas mismas páginas: "Reconozco que tengo que hacer un equilibrio entre lo que es mi esencia, que no la voy a cambiar, y lo que es la solemnidad del cargo de Presidente". ¿Consiguió, a su juicio, lograr ese equilibrio?
"Sin duda he hecho un gran esfuerzo por compatibilizar lo que es la esencia de la persona del Presidente con lo que son los requerimientos y exigencias del cargo. Lo que más me cuesta aceptar son las rígidas normas del protocolo y de la seguridad, porque yo había vivido una vida prácticamente sin protocolo y sin seguridad".
-Se dice que usted no se deja pautear, que reescribe los discursos que le preparan...
"No soy de aquellos que leen discursos escritos por otros. Sin embargo, me toca hacer muchos discursos y de muy distinta naturaleza. El método de trabajo es que nos juntamos, y en cosa de segundos hacemos el punteo de lo que yo quiero decir, él incorpora los contenidos y me pasa un punteo más elaborado. Sobre la base de ese punteo, cuando tengo tiempo, yo escribo el discurso, y cuando no tengo tiempo, lo digo, simplemente".
-¿Qué le pasa con las críticas que recibe cuando pasan esas cosas?
"Nada, cero, me resbalan. Cuando hago discursos frente a audiencias pongo atención a lo que han dicho las personas que me antecedieron en el uso de la palabra y, por tanto, trato de conectar con lo que está pasando en el momento. En una oportunidad estábamos hablando a los jóvenes en la Universidad Adolfo Ibáñez respecto del Chile que venía. Y yo les decía que la única manera de poder soñar, imaginar el Chile que viene, y el potencial de nuestro país, era no dejándose atrapar en la rutina, había que ser capaces de mirar qué hay más allá del horizonte, tratar de descubrir los límites de lo posible y desplazarlos, y para eso hay que subirse a los hombros de los gigantes y no me acordé si lo había dicho Einstein o Newton, pero lo que importaba era la idea.
-Cualquier persona que siga su agenda se percata de que usted no duerme más de cuatro horas. ¿Es eso viable en el tiempo? ¿Es compatible con la salud física y mental?
"Mire, esto me lo pregunta mucho mi mujer, y yo siempre le contesto que esto lo heredé de mi padre, quien dormía muy poco. Siempre he dormido poco, pero duermo bien, profundamente. Le quiero contar que no me siento cansado ni física ni anímicamente. Y por tanto creo y siento que puedo resistir sana y responsablemente a este ritmo. Gracias a Dios tengo una buena salud física y mental, y por tanto hasta ahora me siento preparado para mantener el ritmo".
-Da la impresión de que el gobierno no tuviese "línea de crédito" en términos de imagen: con un logro como el rescate de los mineros pasa al 60% de aprobación, pero a las pocas semanas vuelve a poco más del 50%, que es lo que consiguió en la elección. ¿Cómo se lo explica?
"El tema de los mineros fue algo muy emotivo, que llegó profundamente al corazón de todos los chilenos. Y produjo sin duda un salto importante. Pero eso es un efecto que no podía durar para siempre, y empezó a debilitarse. Y surgió un segundo efecto, que también creo que es transitorio: el tema de la ANFP. Ahí, algunas personas de forma irresponsable y otras en forma miserable, sin ningún antecedente y falseando la verdad, insinuaron que habría habido una intervención de parte nuestra".
-¿Cómo está hoy su popularidad?
De acuerdo a nuestras estimaciones, se ha estado recuperando. Pero yo quisiera decir algo muy importante en esto. Cuando uno es candidato, el principal objetivo es ganar las elecciones y, por tanto, la popularidad lo es todo. Pero yo no soy candidato. Yo ya fui elegido Presidente. Y por tanto tengo meridianamente claro que mi tarea es ser un buen Presidente: cumplir nuestro programa de gobierno, tomar decisiones difíciles, hacer lo que tengo que hacer. En ese campo no tengo ninguna duda ni tampoco me tiembla la mano.
-Entonces está dispuesto a sacrificar su popularidad...
"En el corto plazo, porque a mediano y largo plazo lo que trae la verdadera popularidad son los buenos gobiernos, los que enfrentan los problemas de la gente y los resuelven. Tenemos muy claro que lo más fácil, lo más cómodo, y también lo que conduce a la popularidad rápida e instantánea sería no enfrentar ninguna reforma, no enfrentar ningún grupo de presión, y hacer solamente cosas que el 100% aplaude, como repartir bonos, dar reajustes más allá de lo que permite la economía. Pero esa no es nuestra misión. Y por esa razón hemos tomado, y vamos a seguir tomando decisiones difíciles".
-¿Cuáles, por ejemplo?
"El próximo año va a ser el de las grandes reformas estructurales y le puedo asegurar que todas y cada una de ellas van a enfrentar formidables obstáculos. Estamos perfectamente conscientes de que la lucha contra la delincuencia, la lucha contra la pobreza, la modernización del Estado, van a enfrentar también grandes dificultades. Adicionalmente, estamos enfrentando la reforma a nuestro sistema político y la reforma a nuestro sistema ambiental. Todo esto ocurrirá el año 2011, va a ser un año de grandes reformas".
-¿Está preparado para que el próximo año sea entonces más bien adverso en términos de las encuestas?
"Ninguna reforma de verdad, esas que cortan los nudos gordianos, se hace en medio de abrazos y champañazos. Estamos dispuestos a asumir todos esos desafíos. Y tengo claro que sacar adelante nuestras siete reformas el 2011 puede chocar con la popularidad de corto plazo".
-¿Era necesario impulsar siete grandes reformas en un mismo año?
"Estamos tomando una decisión difícil, pero el año 2012 ya son las elecciones municipales y el 2013 las elecciones presidenciales, y por tanto el tiempo apremia. Si hemos decidido enfrentar siete reformas es porque tenemos la fortaleza moral y la fortaleza de voluntad para hacerlo. Pero yo pienso que la gente va a reconocer y está reconociendo este esfuerzo".
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Saludos
Rodrigo González Fernández
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