Eduardo Sepúlveda M. La oficina del Presidente Sebastián Piñera en La Moneda es la mitad de la que ocupó por años en Apoquindo, donde estaba la sede de la Fundación Futuro y desde donde comandaba sus otros asuntos particulares.
Pero es igual de caótica.
Las rumas de papeles, carpetas, libros (y ahora hasta gruesos rollos de mapas limítrofes) crecen como maleza por su despacho, en el que llaman la atención las tres pantallas de computador (por las que se desplaza libremente el mouse saltando de una a otra) y el televisor LCD de 42 pulgadas ubicado a metro y medio de su escritorio. "Tengo puestas las noticias todo el día. Veo a los ministros en directo. Hay veces que los llamo inmediatamente después de escucharlos", cuenta sonriente, haciendo un poco de alarde de esa fama que tiene de jefe insufrible.
La única gran remodelación que hizo de las dependencias presidenciales fue ubicar a sus dos secretarias en el que fuera el despacho de los ex mandatarios Bachelet, Lagos y Frei. Él se instaló en la oficina que ocupaba Patricio Aylwin y que más tarde se convirtió en un privado para el descanso de los gobernantes.
El hoy inquilino de La Moneda trabaja con la puerta abierta hacia "Sarita y Blanquita", sus secretarias. La primera trabaja con él desde hace décadas. La segunda "hizo carrera"; desde ocuparse del aseo en la Fundación Futuro hasta establecerse hoy en uno de los sitios más estratégicos del Palacio de gobierno.
Al lado de su oficina hay un comedor que el Presidente transformó en sala de reuniones. En el medio de la mesa hay un data show fijo que apunta hacia un telón blanco. Ahí, dos veces al día, cada día, comparece alguno de los ministros junto a su equipo para informar de su trabajo al Mandatario.
Es noche de jueves en La Moneda, hace mucho frío y queda muy poca gente dando vueltas. Y el Presidente está listo para responder "sobre todos los temas".
"Lo que más me ha costado..."
-¿Cómo se siente al cumplir 120 días en La Moneda?
-Muy bien, contento, motivado, con fuerza, porque tengo la convicción de que vamos a hacer un gran gobierno... Uno con los años genera una capacidad de resistencia muy fuerte a las críticas. Aquí uno está expuesto a que lo juzguen todos los días.
-¿Se acostumbró ya a ser Presidente?
-La verdad es que no. Yo soy una persona seria, responsable, trabajadora, perseverante. No soy un vividor. Pero también siempre he sido una persona sencilla, informal, directa, de diálogos horizontales y eso sé que ha generado ciertas críticas.
-¿Escucha esas críticas?
-Algunas las he escuchado con mucha atención y las estoy acogiendo y recogiendo como sugerencias. Otras son críticas basadas o en la ignorancia o en la maldad y esas me resbalan. A mí antes todo el mundo me tuteaba, y ahora el cambio me ha costado. Soy un enamorado de la libertad y los protocolos, la seguridad, restringen mucho la libertad. Eso me ha costado... es lo que más me ha costado.
-Ha habido críticas por las parkas rojas, por el tema del saludo de Bielsa, por la situación con el rector de la Universidad de Chile...
-El tema de las parkas rojas fue una idea de mi hija Magdalena. Era como una especie de símbolo de gobierno en terreno, cercano a la gente. Creo que fue una buena idea y no me voy a sacar la parka roja, cuando corresponda. Después, haber visto los partidos de fútbol de la Selección Chilena en Dichato, en Iloca, en Constitución y en Valparaíso fue una invitación de mi mujer, que organizó estos encuentros con las aldeas y me pareció una gran idea. Y de repente hay accidentes. Por ejemplo, el saludo de Bielsa. Yo no controlo la forma en que Bielsa saluda. O, por ejemplo, las críticas que hizo el rector de la Universidad de Chile a las propuestas de educación superior. Tampoco está en mi control. Sin embargo, uno aprende. Ahora mis asesores están empezando a pedir los discursos con anticipación, cosa que yo no había hecho nunca antes en mi vida. A mí me gusta enfrentar los temas, encarar las cosas inesperadas, pero reconozco que tengo que hacer un equilibrio entre lo que es mi esencia, que no la voy a cambiar, con lo que es la solemnidad del cargo de Presidente.
-¿Vio el programa de TVN en que se entrevistó a la ex Presidenta Bachelet y el humorista Kramer hizo una parodia suya?
-No lo vi, pero me lo contaron. Yo me río mucho con Kramer; encuentro que es un imitador muy talentoso. Esas cosas en lo personal no me molestan. Tal vez lo que me molestó fue la actitud de los responsables de ese programa, porque obviamente no hubo ninguna ecuanimidad en la forma en que se trató a la ex Presidenta Bachelet y en la forma en que se me quiso tratar a mí.
-¿Usted necesita un vocero que lo "blinde" ante las críticas, como se ha planteado en la prensa?
-El mejor blindaje son las obras, los resultados. Y desde ese punto de vista yo siento que estamos haciendo las cosas bien. Lo digo con convicción. Tuvimos que enfrentar el quinto peor terremoto en la historia de la humanidad. Cuando nos reunimos con los ministros el día 15 de marzo, hicimos el balance completo, por primera vez, de los efectos del terremoto y llegamos a la conclusión de que había cuatro mil escuelas destruidas o dañadas, 200 mil viviendas destruidas o dañadas, 79 hospitales destruidos o dañados, 200 puentes, puertos, aeropuertos, dañados...
-¿Cuál fue el diagnóstico político?
-Dijimos "esta catástrofe nos puede tumbar". Y en ese instante dijimos "no". Mire, en 90 días enfrentamos la peor catástrofe natural de la historia de nuestro país de forma muy exitosa. Hoy día el millón 250 mil niños que no tenían escuela está de vuelta en sus escuelas. Hemos construido más de 60 mil viviendas de emergencia en 90 días. Hemos recuperado el funcionamiento del sistema de salud, a pesar del daño parcial o total de 79 hospitales. Hemos reconstruido casi el 99% de los puentes destruidos. Eso a mi juicio se hizo bien, muy bien. Y el segundo gran logro de este gobierno hasta ahora ha sido que en 90 días hemos dado vuelta la economía.
-¿A qué se refiere con eso?
-El año pasado la economía se contrajo en 1,5%, este año vamos a crecer a tasas cercanas al 5%. El año pasado se perdieron 30 mil empleos, este año vamos a crear más que los 200 mil empleos comprometidos. Anuncié 250 mil empleos el miércoles. El año pasado la inversión cayó en un 15%, este año va a crecer más de 20%. El año pasado las exportaciones cayeron, este año van a crecer con fuerza. Y además de este renacimiento y revitalización de la economía, creo que en 90 días hemos dado pasos gigantescos para ir a los ejes de nuestro programa: la delincuencia, la salud y la educación.
-No obstante, las críticas a su gestión no han sido pocas...
-Yo les quiero plantear a los lectores de "El Mercurio" que hagan una simple evaluación objetiva, sin pasiones, tranquila, acerca de cómo fueron los resultados del gobierno anterior en materias de crecimiento económico, creación de empleos, inversión, exportaciones, Transantiago, corrupción, pobreza... Nosotros aspiramos a un gobierno mucho más fecundo en obras, en hechos, en resultados: "por sus obras los conoceréis".
-Presidente, cada vez que usted se compara con el gobierno anterior o hace referencia a él se critica que su administración está obsesionada con "destruir el pasado en vez de construir el futuro"...
-Definitivamente la prioridad en nuestro gobierno es la construcción del futuro y no la evaluación del pasado. Pero de repente noto exceso de sensibilidad cuando se habla en forma seria y objetiva del gobierno anterior. Evaluar, fiscalizar y corregir errores del pasado es un derecho y una obligación de nuestro gobierno y también de los parlamentarios. Y no es un ataque a una persona en particular. Por ejemplo, en una reunión con los diputados en Cerro Castillo, el diputado (Frank) Sauerbaum me preguntó si el Gobierno tenía algún problema con que ellos fiscalizaran al gobierno anterior. Yo le respondí que no teníamos problemas, pero les pedí que lo hicieran en forma seria, que chequearan los antecedentes con los ministerios, para no hacer acusaciones en el aire o al voleo. A partir de esa respuesta mía se generó toda una campaña como que yo estuviera liderando una ofensiva, cosa que es ajena a la realidad.
-¿Y tampoco estima que su gobierno esté en una actitud de "beligerancia total" como plantea el ex Presidente Frei?
-Todo lo contrario. Durante toda mi vida he creído en el diálogo y los acuerdos, y lo he demostrado. Cuando gané la elección el 17 de enero, y cuando asumí el gobierno el 11 de marzo, hice un mensaje de unidad nacional. Dije que este iba a ser un gobierno dialogante y respetuoso de la oposición. Esa filosofía la mantengo y reitero hoy más que nunca.
-Pero francamente, ¿ha funcionado esa estrategia, Presidente?
-Mire, hay que separar la paja del trigo. Vamos a los hechos de fondo. Hemos enviado 34 proyectos de ley, de los cuales 12 ya están aprobados. Creo que es el gobierno más fecundo en materia legislativa de las últimas décadas. Entre ellos, leyes tan importantes como el Bono Marzo, el Fondo de Reconstrucción, la ley de financiamiento excluyendo el royalty, leyes excepcionales para enfrentar el terremoto en materia de tribunales del Trabajo, muertes presuntas, funcionamiento de los tribunales de Justicia, el impuesto a los combustibles. Y por lo tanto, sí hay un ánimo constructivo en los hechos. Lo que pasa es que muchas veces la anécdota pesa más que la realidad. La verdad es que hasta ahora debo reconocer que hemos tenido una oposición que en los temas fundamentales ha colaborado, aunque en otras áreas no. Por ejemplo, me parece incomprensible que la oposición haya echado abajo las leyes de educación que habían sido propuestas por el gobierno de la Presidenta Bachelet, y que eran fruto de un acuerdo universal.
-Tampoco el Parlamento aprobó su proyecto de royalty ...
-No lo logro comprender. El Presidente Lagos propuso un royalty del 4% a la minería, con un plazo de invariabilidad de doce años. Nosotros quisimos cambiar el sistema con dos objetivos: recaudar más y recaudar mejor, y propusimos una tabla que tiene como piso el límite actual del 4%, y que llega hasta el 9%. Y que hoy día, si es que se aplicara, significaría el doble de la tasa de impuesto que tenemos hoy. Y planteamos una invariabilidad de ocho años. Sin embargo, por razones que me parecen incomprensibles, eso se rechazó. Espero poder encontrar un terreno fecundo para lograr un acuerdo en torno al royalty, porque siento que hoy día la industria minera que está teniendo un boom extraordinario de precios y de utilidades tiene que contribuir más a la reconstrucción y al desarrollo del país.
-¿Tiene en mente algo concreto?
-Buscar nuevos caminos de diálogo. Creo que aquí hubo conductas que yo espero sean revisadas.
-¿Por parte de la oposición o también del Gobierno?
-También nosotros haremos nuestro propio examen de autocrítica.
-¿Revisarán el modo en que se tramitó el proyecto?
-Siempre... Pero sí creo que es justo y necesario que la industria minera contribuya más.
Reingeniería del gasto social
-Respecto de los resultados de la encuesta Casen entregados esta semana, hay expertos que afirman que el aumento de la pobreza se explica por la crisis internacional de 2009, que acarreó desempleo y también alza de precios de los alimentos...
-En primer lugar, quiero dejar en claro que la encuesta Casen se tomó el año pasado, por el gobierno anterior, y con la misma metodología con que se había tomado siempre. Es decir, se midió la temperatura del enfermo con el mismo termómetro. Nosotros sólo dimos a conocer esas cifras. Y sin duda, que después de 20 años en que la pobreza venía cayendo sistemáticamente, es un tremendo retroceso que se haya producido un incremento significativo, del 13,7% al 15,1% de este indicador. Eso significa que 355 mil personas cayeron al mundo doloroso de la pobreza. Hoy hay más de dos millones y medio de compatriotas que viven en la pobreza.
-¿Y cuáles son las causas, a su juicio?
- Por supuesto que el ciclo económico y el aumento de precios de los alimentos explican en parte este fenómeno, la menor parte. Las principales causas las sabemos desde hace mucho tiempo, y son, esencialmente, la poca capacidad de creación de empleo de nuestra economía, por eso ése es uno de nuestros principales objetivos. El estancamiento en la calidad de la educación y el debilitamiento de la familia, cuyo mejoramiento está entre nuestros principales objetivos. Por lo tanto, no tiene sentido quebrar el termómetro o enfrentarnos unos con otros. Lo que tenemos que hacer es reconocer las verdaderas causas, porque esto de echarle la culpa de todo a la crisis económica, o al alza de los precios es como no asumir la propia responsabilidad.
-¿Cuál es en concreto su plan para derrotar la pobreza?
-Las metas nuestras son derrotar la pobreza extrema durante nuestro gobierno y sentar las bases para que antes de que termine esta década Chile se libere de la pobreza. ¿Cómo lo vamos a hacer? Creando un millón de empleos, mejorando de verdad la calidad de la educación, no en los discursos, sino que donde importa, la sala de clases, la escuela, el aula. Y fortaleciendo la familia, que se ha debilitado tremendamente. Por eso vamos a crear el ingreso ético familiar y por eso vamos a hacer una profunda reingeniería del gasto social.
-Cuando usted presentó los resultados de la Casen, mencionó un cuarto factor: la mala focalización y la ineficiencia del gasto social...
-Es verdad. Porque aunque algunos se molesten, hemos detectado que muchos programas sociales son tremendamente ineficientes, llenos de despilfarros, y en algunos casos también con rastros de corrupción... esa es la verdad. Por eso vamos a crear el Ministerio de Desarrollo Social durante este año y el ingreso ético familiar a partir del próximo. Vamos a hacer una profunda reingeniería que ya está muy avanzada de los 300 programas sociales para fortalecer los que están funcionando bien y modificar los que no dan resultado. Vamos a modificar la Ficha de Protección Social para que deje de castigar a las familias pobres que se esfuerzan, y para que dejen de excluir a familias de clase media que también necesitan ayuda. Y finalmente, aplicando la sabiduría de las madres, que cuando tienen un hijo enfermo le toman la temperatura varias veces al día, vamos a aumentar la frecuencia de la encuesta Casen, para estar con información al día de lo que está pasando y enmendar el rumbo a tiempo.
-Tras revisar los 300 programas sociales, ¿podría decidirse el cierre o fusión de alguno de ellos?
-Por supuesto, porque el gasto social es más del 70% del gasto público. Pero ese gasto social no está dirigido hacia la gente, ni está bien focalizado, ni está bien administrado. Por ejemplo, anunciamos una profunda reestructuración del Injuv, porque el 65% de su presupuesto se gasta en administrar al Injuv y sólo el 35% llega a los jóvenes. El Hogar de Cristo gasta el 15% de los recursos en administración y el 85% llega a beneficiar a los más pobres. Nosotros quisiéramos tener en el gasto social del Estado indicadores de eficiencia equivalentes al del Hogar de Cristo y hoy día estamos a años luz de esa cifra.
-Para cumplir con estas promesas su gobierno va a tener que enviar varios proyectos de ley al Congreso. ¿Cómo va a lograrlo si su coalición es minoría en ambas Cámaras?
-Los dos proyectos principales son la creación del Ministerio de Desarrollo Social y del Ingreso Ético Familiar. Tengo plena confianza en que ningún diputado o senador de nuestro país se va a oponer a estos dos proyectos de ley que son fundamentales para derrotar la pobreza en Chile.
-Su ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, dijo que el debate que ha surgido a partir de la encuesta Casen no debe silenciarse por el hecho de que pueda afectar a la ex Presidenta Bachelet. ¿Está de acuerdo?
-Mire, cada vez que se descubre una situación irregular, o de ineficiencia del gobierno anterior, la primera reacción no es preguntarse si es verdad o no es verdad y cómo lo corregimos, sino que inmediatamente se pone el grito en el cielo porque se estaría afectando a la ex Presidenta. Eso es un error. ¿Qué pretenden? ¿Que no fiscalicemos, que no denunciemos, que no tratemos de corregir los errores que vengan del pasado, igual como hemos de tratar de mantener los aciertos que vengan del pasado? Creo que esto es una forma de evitar el debate serio y honesto que corresponde en democracia. Cada gobierno es responsable de sus aciertos y de sus errores.
-¿Usted no tiene temor de aparecer enfrentado a un personaje como la ex Presidenta Bachelet, que sigue siendo bastante popular en el país?
-Nuestro objetivo no es ninguna campaña en contra de la ex Presidenta. Nuestro objetivo es hacer las cosas bien. Y para hacer las cosas bien hay que saber detectar y corregir los errores, los despilfarros, las ineficiencias y las corrupciones que uno observa. Y por tanto mi único temor es no hacer, desde este cargo de Presidente de la República, todo lo que esté a mi alcance para lograr nuestros objetivos, que son transformar a Chile, antes que termine esta década, en el primer país de América Latina que pueda decir con humildad, pero con mucho orgullo, "logramos derrotar el subdesarrollo, logramos superar la pobreza que nos habían acompañado durante los primeros 200 años de nuestra vida independiente.
"Las críticas que más duelen"
-¿Qué siente ante las críticas de sus propios partidarios, como los senadores Allamand, Larraín o Longueira, frente a temas como la venta de CHV?
-Me produce sentimientos encontrados. Por una parte respeto su derecho a opinar libremente. Pero reconozco que también me frustra. Por ejemplo, cuando veo por la prensa que se me pide vender CHV, y yo sé que ellos saben que estoy haciendo todo lo posible y que la demora en la venta de CHV tuvo una causal absolutamente ajena a mi voluntad... Pero en fin. Siempre las críticas de los amigos y los aliados son más dolorosas. Aquí recuerdo una anécdota. Winston Churchill estaba en el Parlamento inglés, con su bancada atrás, y de repente cruzó hacia el frente. Uno de sus diputados colegas le pregunta "para qué cruzas al frente donde están tus enemigos". Le dijo "No, no. Al frente están mis adversarios, a veces mis peores enemigos están atrás". Por lo tanto, sin perjuicio de respetar la libertad de opinión y expresión yo le pido que hagan todos los esfuerzos para ser constructivos. Tenemos un proyecto de gobierno tan grande, tan exigente, tan ambicioso, que yo espero que todos tengamos la altura, la grandeza y la responsabilidad de contribuir al éxito de nuestro gobierno con nuestras acciones y no darnos gustitos personales.
-La ex Presidenta Bachelet hizo su primer cambio de gabinete a tres meses de llegar a La Moneda. Usted ya traspasó esa marca. Sin embargo, ¿ve un cambio de gabinete en el horizonte?
-Me siento muy orgulloso y contento del equipo de ministros que está trabajando con nuestro gobierno. Los veo a todos con compromiso, con dedicación, con esfuerzo. Yo me quedo hasta muy tarde en La Moneda y muchas veces los llamo, pensando que ya están en sus casas, y me dicen "voy para allá"; significa que están todavía en sus oficinas. Todos los ministros fueron seleccionados en base a sus méritos, su capacidad, su trayectoria. Ninguno de ellos, salvo el ministro Ravinet, tenía experiencia en materias de gobierno. Pero le puedo asegurar que han aprendido a la velocidad del rayo y que hoy día están desempeñándose mejor que nunca. Por eso, lejos de debilitar el rol del gabinete, quiero aprovechar esta oportunidad para fortalecerlo. Si yo notase que un ministro o subsecretario, intendente, gobernador, o cualquier funcionario de mi confianza no está cumpliendo su labor, por supuesto que voy a poner por delante el interés de Chile y haré los cambios necesarios.
"Somerville me produjo decepción"
-¿Qué le pareció que el embajador que usted nombró en China, Hernán Somerville, haya renunciado al cargo antes de asumir?
-Yo pensé que Somerville podía ser un gran embajador en China, por su trayectoria, por sus relaciones con ese país y el mundo del Asia Pacífico, por su experiencia en la exposición de Shanghai, y por eso le propusimos ser embajador de Chile en China. Él aceptó y pedimos el agreement de China. Ese país lo concedió. Posteriormente, Hernán Somerville cambió de opinión o se arrepintió. Eso estaba más allá de nuestro control.
-¿Qué le provocó esa actitud?, ¿decepción?
-Sí, me produjo decepción, porque él había aceptado, y Chile había pedido el agreement a China y había sido concedido. Ahora, yo estoy consciente de que cuando uno busca personas que tienen muchas oportunidades y una situación muy privilegiada en nuestro país, uno corre riesgos de que ocurran situaciones como éstas.
-¿Puede esto provocar alguna situación inconveniente con China?
-No. Le aseguro que vamos a tener un excelente embajador de Chile en China, porque lo necesitamos: China se ha transformado en nuestro primer socio comercial y necesitamos un embajador de primera calidad de Chile en China.
Perú, Ecuador, Bolivia, Honduras...
-Presidente, ¿Chile va a reconocer al nuevo gobierno de Honduras?
-Yo condeno el quiebre de la democracia en Honduras, pero siempre pienso en forma constructiva. Como contribuir a que esa democracia se recupere y se fortalezca. Y por tanto, como gobierno de Chile, estamos siguiendo con mucha atención los acuerdos de San José y Tegucigalpa en que participó el ex Presidente Óscar Arias, y ahí se establecía la necesidad de elecciones limpias y democráticas, que ocurrieron. Un gobierno de unidad nacional, que también se ha dado. Una comisión de Verdad y Reconciliación, que está trabajando. Se establecía también que la amnistía favoreciera a todos sin discriminación. Y ahí está el ´punto de tope', porque algunos sostienen que la amnistía cubre, y otros que no cubre al ex Presidente Zelaya. Pero recordemos que el ex Presidente Zelaya, si bien fue elegido democráticamente, incurrió en conductas antidemocráticas por buscar su reelección, contrariando la voluntad de la Corte Suprema. Y que el actual Presidente Lobo fue elegido democráticamente, pero tiene que legitimar su mandato cumpliendo fielmente los acuerdos de San José y Tegucigalpa. Yo espero que la SICA, que es el sistema centroamericano, tome una decisión y reintegre a Honduras. Y lo mismo espero que ocurra con la OEA, en la medida en que se cumplan estas condiciones. Y Chile está siguiendo con mucha atención el proceso.
-Esta semana se produjo la primera reunión de trabajo entre Chile y Bolivia en lo que va de su mandato. ¿Cuál fue el resultado?
-En primer lugar, quiero reconocer y destacar el clima de confianza mutua que se ha generado. Tengo una muy buena opinión del Presidente Evo Morales, y hemos logrado desarrollar una relación de confianza y de franqueza entre los dos, que yo aprecio y destaco. De esta primera reunión entre los vicecancilleres, se lograron resultados muy fecundos. En primer lugar, se puso en marcha el tren Arica-La Paz, que ya está licitado, para favorecer el comercio de Bolivia a través del puerto de Arica. Se logró un acuerdo para habilitar el puerto de Iquique, que sea otro puerto al servicio del comercio internacional boliviano. Logramos un acuerdo para cerrar las fronteras contra la droga. Recordemos que en Perú y Bolivia se produce el 50% de la cocaína del mundo y que está penetrando a Chile y destruyendo a nuestra juventud. Éste va a ser un acuerdo muy importante para ganar la batalla contra la droga. Se acordó la instalación de un agregado policial de Chile en La Paz para facilitar este trabajo. Se puso en marcha la comisión mixta de drogas, que hacía años que no funcionaba. Por lo tanto, estamos avanzando. Pero evidentemente, y como se lo dije al Vicepresidente de Bolivia cuando nos visitó en Santiago, Chile tiene la mejor disposición de facilitar el acceso de Bolivia a través de los puertos chilenos a todo el mundo, y vamos a ser muy creativos y perseverantes en facilitar ese acceso al mar. Pero sin duda que tenemos ciertas restricciones, particularmente en lo que se refiere a soberanía.
-¿Usted cree que prosperará la estrategia de Perú de excluir a Ecuador del litigio en La Haya?
-Mire, estoy convencido de que Chile y Ecuador tienen la razón en lo que han sostenido siempre. Porque los tratados del año 52 y del año 54, en forma clara y categórica, fijaron el paralelo como el límite marítimo. Y eso vale tanto para el límite entre Chile y Perú como entre Perú y Ecuador. Además, en esta materia ha habido una total y plena coincidencia durante más de 60 años entre Chile y Ecuador, y por lo tanto, tengo plena confianza en que la posición de Chile, porque tiene el respaldo de los tratados internacionales y 60 años de historia y el reconocimiento del propio Perú, y de la comunidad internacional, va a prevalecer. Y pienso que está en el mejor interés de Ecuador, como lo ha hecho siempre junto con Chile, el reconocer y respetar los tratados del año 52 y del 54. Y eso es lo que he conversado en más de una ocasión con el Presidente Correa.
"Cuando aplicamos razones humanitarias, debemos tener el mismo criterio para civiles y militares"
-La jerarquía de la Iglesia Católica le enviará próximamente un proyecto de indulto a propósito del Bicentenario. Antes de conocerse el contenido, ya se ha abierto un debate respecto de si la iniciativa debiera contemplar o no a personas condenadas por violaciones a los derechos humanos. ¿Cuál es su punto de vista?
-No he recibido la propuesta de la Iglesia, y cuando la reciba la voy a estudiar con mucha dedicación, interés y buena voluntad. Voy a hacer una reflexión breve, de días, no de semanas, y decidiré lo que en mi mejor saber y entender es lo mejor para Chile. Sí le puedo decir algunos criterios en esta materia. En primer lugar, no vamos a debilitar la lucha frontal que hemos iniciado contra la delincuencia y el narcotráfico, ni vamos a poner en peligro la seguridad ciudadana ni el orden público. Vamos a considerar la gravedad del delito cometido, el grado de cumplimiento de la pena, el comportamiento penitenciario del recluso y el peligro que él pueda representar para la sociedad. Cuando entramos a razones humanitarias, que tienen que ver con la compasión, por supuesto que uno debe considerar razones como la edad, el estado de salud o de enfermedad, la situación familiar, especialmente la de madres con hijos menores de edad; pero yo no creo que en nombre de las razones humanitarias se deba discriminar ni por sexo ni por condición socioeconómica ni por origen étnico ni por preferencia sexual, ni tampoco por el hecho de ser civil o militar.
-¿Esto incluye a condenados por violaciones a los derechos humanos?
-La gravedad del delito cometido es un elemento fundamental cuando uno analiza cualquier situación de indulto, pero es la gravedad del delito lo que importa, no el hecho de que sea civil o militar. Si un civil y un militar han cometido un delito de la misma gravedad, cuando aplicamos razones humanitarias debemos tener el mismo criterio.
-Éste es un tema que va a provocar una gran controversia...
-Tengo plena conciencia de que aquí chocan valores. Y que el Presidente va a tener que sopesar el valor de cada uno de esos valores y buscar la mejor forma de compatibilizarlos. Por una parte, por supuesto que yo estoy comprometido con los valores de la verdad y la justicia, pero también me interesa el valor de la reconciliación. Por supuesto que yo tengo comprensión y acogimiento para razones de carácter humanitario, pero también tengo que velar por no debilitar la lucha frontal contra la delincuencia, ni debilitar la seguridad ciudadana ni el orden público. Y, por tanto, es una situación compleja que va a requerir una reflexión muy profunda del Presidente, porque en materia de indulto, el único que tiene iniciativa es el Presidente de la República. Y esa responsabilidad yo la voy a asumir en plenitud.
"EE.UU. debe revisar el embargo a Cuba"
-Su gobierno ha manifestado la disposición a recibir a ex presos políticos cubanos en Chile. ¿Tiene un número establecido en mente, o la invitación es a todos los que quieran?
-Un número compatible con lo que son las posibilidades de la sociedad chilena. En mi opinión, en Cuba no hay una verdadera democracia. Estoy convencido de que en Cuba, desgraciadamente, no se respetan los DD.HH. ni las libertades de las personas. Y creo que la tarea de un país como Chile, de todos los países del mundo, debiera ser facilitar y promover una transición desde un régimen autoritario, que no respeta los DD.HH. ni las libertades individuales, hacia un régimen democrático y respetuoso de esos derechos. Tengo la impresión de que el embargo económico que impuso Estados Unidos en la década de 1950 no ha dado frutos fecundos. Y esa política debiera ser revisada. Y como parte de nuestro aporte a esta transición está nuestra voluntad de recibir a un número razonable de disidentes o presos políticos que quieran venir a Chile, porque en las sociedades modernas la defensa de la democracia y de los DD.HH. no tiene fronteras.
"Ruiz-Tagle tiene que acatar y cumplir en la letra y en el espíritu la resolución de la Contraloría"
-La Contraloría dictaminó el jueves que usted no está inhabilitado para realizar nombramientos en TVN y en el Consejo Nacional de Televisión (CNTV); sin embargo, ¿cuál es su balance de este episodio?
-La Contraloría decretó que no había ninguna incompatibilidad en mi actuación como Presidente de la República. Más aún, estableció que yo había cumplido con el mandato de la Constitución y la ley al designar al presidente de TVN, Leonidas Montes, y al proponer al Senado un miembro del directorio, Sergio Urrejola. Estas personas tienen una calidad humana y profesional intachables, al punto de que la comisión de Constitución del Senado aprobó por unanimidad la propuesta del consejero Sergio Urrejola. Ahí yo puse por delante el interés común, el bien público, lo mejor para TVN por sobre cualquier interés particular. Y quisiera agregar que mi decisión de vender CHV está tomada hace mucho tiempo. Desgraciadamente, una operación que estaba cerrada se frustró. Pero también quiero decir que veo en esto mucha doble intención, e incluso hipocresía, porque a veces los que más exigen la venta de CHV son los mismos que hacen lo imposible para dificultar o evitar esa venta.
-Pero, Presidente, incluso las personas más piñeristas quieren que usted venda lo antes posible...
-El proceso de venta se puso en marcha hace varias semanas, está a cargo de una institución financiera que recibió ese encargo, y entiendo que está en sus etapas finales. Lo que más quiero es que ese proceso culmine lo antes posible, para terminar con este frente de críticas que tiene de todo, algunas constructivas y bien intencionadas y otras basadas o en la ignorancia o en la maldad.
-En el primer intento de venta se especuló que usted preferiría venderles a chilenos que a extranjeros. ¿Eso es así?
-La verdad es que yo delegué esta materia el mismo que día en que asumí la Presidencia de la República en manos de una institución financiera y en manos de ciertos asesores, encabezados por José Cox. Ellos son los que toman las decisiones. Lo único que yo les pido cada vez que los veo es que apuren el tranco al máximo.
-¿Y si usted tuviera que estimar un plazo para el cierre de la operación, diría que faltan...?
-Semanas.
-La Contraloría también dictaminó sobre la situación de su subsecretario Gabriel Ruiz-Tagle, a quien sí se le detectó un conflicto de interés. Para usted, ¿en qué situación queda él?
-Gabriel Ruiz-Tagle está haciendo una formidable tarea al mando del Instituto Nacional de Deportes, y yo sé que para él fue una decisión difícil aceptar este cargo, porque abandonó el mundo tranquilo y cómodo de sus empresas, de su familia y de Colo Colo para asumir esta responsabilidad. Lo que la Contraloría dijo es que no había ninguna incompatibilidad entre ser director del IND y tener acciones de Colo Colo. Sí estableció que tenía que abstenerse en todas aquellas decisiones que tuvieran que ver con el fútbol profesional. Afortunadamente, el principal rol del IND es con el deporte amateur y no con el deporte profesional, ni mucho menos con el fútbol profesional.
-Por lo tanto, ¿lo mantendrá en el cargo y su situación no se verá afectada?
-Excepto que tiene que acatar y cumplir en la letra y en el espíritu la resolución de la Contraloría, y por lo tanto, abstenerse de cualquier decisión que tenga que ver con el fútbol profesional. Pero como le dije anteriormente, el IND tiene muy pocas tareas o atribuciones en relación al deporte profesional.