Marimar Jiménez y Santiago Millán, de Cinco Días, escriben hoy un artículo acerca del futuro de Linux y del empuje que en sus diferentes versiones (Android, Ubuntu, Limpus, Jolicloud, Moblin, Winki, LiMo, etc.) está recibiendo decibo a la popularización de dispositivos como los netbooks o los smartphones. Se titula "Linux busca ganar fuerza de la mano del netbook y el smartphone" (pdf). Como siempre, añado a continuación las preguntas y respuestas completas que me crucé con Marimar:
P. ¿Crees que los smartphones y los netbooks están dando un nuevo impulso a Linux?
R. Los smartphones y los netbooks corresponden a un fenómeno evidente: un ordenador ya no es una máquina de productividad, sino fundamentalmente una máquina para comunicarnos y acceder a información. En realidad, un smartphone tiene de "phone" solo el nombre: cuando te das cuenta de que eso que llamas "teléfono" lo usas más tiempo en tu mano que en tu oreja, ves que, en realidad, es un ordenador que además, entre sus muchas funciones, puede ser usado como teléfono, pero fundamentalmente un ordenador. ¿Qué le pedimos a ese ordenador? Que arranque muy rápido, que no nos obligue a andar con monsergas variadas de antivirus y firewalls, y que sea muy ligerita, casi un simple menú que sirva para comunicarnos con la red. Y en ese sentido es donde Linux, un sistema operativo completamente abierto, modular, adaptable y versátil, tiene una enorme ventaja sobre otros sistemas. En el futuro, el sistema operativo será una capa minúscula, posiblemente incluso embebida en la BIOS, entre el usuario y las aplicaciones que utiliza en su navegador.
P. ¿Puede Linux tener un mayor protagonismo en los nuevos dispositivos para Internet que el que ha tenido en los equipos de sobremesa, donde llegó ya cuando Windows estaba muy consolidado? ¿Por qué?
R. Fundamentalmente porque el concepto ha cambiado. Ahora el protagonismo está en la red, y las ventajas se obtienen de tener la información en la red, desde donde puede ser accedida por cualquier dispositivo que tengas a tu alcance. Bajo esa óptica, tener un sistema operativo enorme, pesado y con muchísimas funciones ya no tiene sentido, y menos si eso lastra las prestaciones del dispositivo. Antes buscábamos sistemas operativos que hicieran de todo, ahora buscamos que no hagan casi nada, solo que pongan en comunicación los recursos de la red con los del sistema. Para ese viaje, no necesitamos planteamientos complejos: a mayor ligereza y versatilidad, mejor.
P. ¿Qué ventajas o inconvenientes ofrecen los sistemas operativos basados en Linux para estos equipos frente a Windows XP y sobre todo frente la inminente versión de Windows 7 preparada para netbooks?
R. Un control y acceso directo a todas las funciones de la máquina, a todos los niveles del procesador, y completamente adaptable a cada caso. Los fabricantes de netbooks optan por Linux cuando deciden adaptar un sistema para venderlo con su máquina, porque ofrece todas las facilidades a la hora de incorporar o eliminar componentes, etc. Casos como el Limpus que ofrece Acer en sus Aspire, el Android de Google o el Ubuntu Netbook Remix son ejemplos de lo que se puede hacer adaptando la inmensa versatilidad de Linux a los recursos disponibles.
P. ¿A quién ve como más claro favorito dentro de la oferta de Linux: Android, Moblin, Jolicloud, Ubuntu
?
R. Sin duda, Android tiene un gran recorrido por su origen y planteamiento: un núcleo muy ligero capaz de correr sobre los procesadores de los teléfonos móviles, y un gran dinamismo en su desarrollo de aplicaciones, además del soporte de Google y de numerosos actores importantes en el escenario de la movilidad. En general, los más relevantes serán los que en lugar de ser simples sistemas operativos - algo que, como hemos comentado, se volverá profundamente minimalista - se complementen con un ecosistema adicional sobre la red: plataformas de aplicaciones abiertas a programadores externos, etc.
P. ¿Es bueno la diversificación de esfuerzo dentro de Linux? ¿O sería buena una integración de las distintas ofertas?
R. La diversidad es un valor importantísimo en Internet. Cerrarnos a un ecosistema carente de diversidad durante años nos llevó a la situación que vivimos actualmente: un paraíso para todo aquel que quiere amenazar la red, porque un solo esquema de virus o de amenaza a la seguridad puede explotar una única vulnerabilidad que está presente en un porcentaje amplísimo del parque instalado. La diversidad, unida a planteamientos adecuados en la administración de los sistemas, genera ecosistemas intrínsecamente más sanos, y no está unida a engendrar incompatibilidad si se respetan los estándares adecuados.
P. ¿Crees que ahora mismo los fabricantes de smartphones y netbooks son más promiscuos que lo eran los fabricantes de PC hace unos años, cuando eran tremendamente fieles a la alianza Wintel? ¿A qué crees que se debe este cambio de estrategia?
R. Los fabricantes de PC hasta hace pocos años eran fieles al entorno definido por Intel y Windows porque esa era su principal palanca a la hora de generar ventas: la mayor parte de los usuarios cambiaban de ordenador cuando Windows sacaba al mercado una nueva versión, porque ésta estaba artificialmente inflada para que no corriese en los ordenadores antiguos. Fue una manera de generar una demanda artificial en torno a una obsolescencia programada de un ordenador de alrededor de unos dos o tres años, en lugar de los que realmente podría durar de manera natural. Se puede decir que el verdadero cliente de Microsoft eran Intel y los fabricantes de PCs, que veían una dinamización de sus ventas derivada del lanzamiento de las nuevas versiones del sistema operativo. Ahora, tras el brutal fiasco de Windows Vista, el planteamiento es otro, y Microsoft debe replantear su estrategia para ofrecer una nueva propuesta de valor a sus socios mientras ve como sus propuestas, en muchos casos, son rechazadas por el usuario final. Vista representó una gran decepción para la industria del PC: no dinamizó las ventas de nuevas máquinas como se esperaba, y generó todo tipo de problemas con cuentas corporativas que reclamaban equipos configurados con versiones anteriores. Windows 7, en cierto sentido, representa un cambio de estrategia, aunque está por ver que lo sea del todo.
P. ¿Por qué, sin embargo, tengo la impresión de que a mucha gente le cuesta enormemente comprar los netbooks con Linux? Todavía mucha gente cree que es difícil de manejar, que no es compatible con aplicaciones a las que están habituados en su equipo de sobremesa
Según la información que tengo en España casi todos los netbooks que se venden van con Windows XP. ¿Cómo lo explicas?
R. El factor forma de los netbooks hace que muchos usuarios, sobre todo los inexpertos, los vean como "un ordenador pequeñito", y que quieran que funcione "igual que su ordenador de sobremesa". En realidad, aquellos que ven un netbook como "un ordenador pequeñito" y lo adquieren con Windows XP acaban profundamente decepcionados, porque el aparato precisa del mismo mantenimiento, antivirus, firewall y demás zarandajas que un ordenador normal, y sus prestaciones caen en progresión geométrica a medida que pasa el tiempo como ocurre de manera natural con cualquier máquina que lleve ese sistema operativo: Windows es un sistema "orgánico", con el tiempo "se pudre". En realidad, hay que pensar en los netbooks como máquinas para conectarse a Internet y usar los recursos de la red, y para eso el sistema operativo debe ser lo más sólido, ligero y seguro que sea posible. Un simple menú para acceder al navegador, y poco más. Con ese planteamiento, la opción natural son versiones de Linux adaptadas a la máquina, que aprovechen bien sus características de diseño. Poner Windows XP en un netbook es como poner el motor de un viejo camión Barreiros bajo el capó de un moderno Mini.