Sindicatos bancarios protagonizan ruptura con la confederación que los tuvo bajo su alero
Domingo, 26 de Agosto de 2007 Enfoques, Economía y NegociosBernardita Serrano
Trabajadores del Itaú y del Citi se hicieron asesorar por otros sindicalistas y por un abogado laboralista, una relación que terminó de mala manera esta semana. Ejecutivos de la industria ven con preocupación estos hechos.
Al abogado José Tomás Peralta lo contactaron de la Confederación de Sindicatos Bancarios -que agrupa, entre otros, a los sindicatos del Citibank, Itaú, Scotiabank, BBVA, Santander y Chile- a fines de mayo.
Le pidieron asesoría para la negociación colectiva en el Itaú, que ya estaba en proceso. El resultado fue el que todos conocemos: 10 días de huelga de 700 trabajadores, un reajuste salarial de 16% en promedio y un bono de término de conflicto de entre $550 mil y $650 mil, entre otras cosas. Extraoficialmente, hay quienes aseguran que por esa negociación el abogado recibió cerca de $2 millones.
Pero su proceso no terminaba ahí. La figura de Peralta volvió a aparecer en el horizonte de los ejecutivos bancarios que vieron cómo este abogado intervenía ahora en la negociación de 2.800 trabajadores del Citi. El viernes recién pasado se firmó el acuerdo que contempla, entre otras cosas, un bono de término de conflicto de $500 mil. Hay quienes dicen que Peralta tomó un rol protagónico en este proceso y que fue más que un asesor legal.
Entre los altos ejecutivos de los bancos empezó a hablarse con temor de la presencia del abogado. Aparte se hablaba de una dupla entre Peralta y Luis Mesina, un experimentado sindicalista bancario que actualmente es secretario general de la Confederación Bancaria. Varios temían que el modus operandi llegara a golpear a sus puertas. Sin embargo, cuentan que sólo uno de los sindicatos del Banco del Desarrollo, aunque no pertenezca a la agrupación, podría entrar en la dinámica.
Lo que se hizo en el caso del Itaú y del Citi fue presentar una especie de formulario "estándar", casi fotocopiado, con exigencias comunes que, aseguran, no tenían que ver con las realidades de la empresa. "El Mercurio" tuvo acceso a ambos petitorios, los que comparten, por ejemplo, un bono de término de conflicto de $2 millones. Lo único que cambia, salvo contadas excepciones, es la forma de presentar el documento y el orden. El resto es lo mismo.
¿Cómo se explica que bancos masivos como el de los Luksic y otros "boutique" como el Citi se enfrenten a peticiones similares? Luis Mesina explica que los documentos presentados "son casi idénticos", y que se tomó como base el documento del Santander, porque "tiene contempladas varias asignaciones, beneficios que parecían justos que otros sindicatos los tuvieran. No son proyectos que generen trastornos al nivel de costos que tienen los bancos".
Sin embargo, expertos laborales consultados aseguran que es negativo que se homologuen las realidades de las empresas y que lo lógico es que los sindicatos se hagan asesorar para presentar petitorios que tengan relación con la realidad de cada caso.
Pero lo más grave, según los directivos, es que sienten que el proceso fue algo "orquestado", porque antes de diciembre de 2006, en el caso del Itaú, y de marzo de 2007, en el caso del Citi, ninguno tenía sindicatos.
¿Una verdadera dupla?
Lo que desde afuera se veía como una alianza consolidada entre Peralta y Mesina, no es tal al entrar dentro de la dinámica de los sindicatos bancarios.
Cercanos a Mesina, a Peralta y a ejecutivos dicen que no hay buenas relaciones entre el abogado y el sindicalista, porque en varias ocasiones han tenido diferencias en la forma de llevar los procesos. Sin embargo, aseguran que es normal en una negociación.
Pero más allá de su relación, lo cierto es que los sindicatos llegaron a Peralta gracias a la recomendación de uno de los socios de la Confederación.
El tema de fondo, según los expertos, y la importancia de lo que está ocurriendo en la banca es que revela que la agitación laboral de los últimos meses ya no sólo tiene un componente político, sino que también está dando pie a una industria que se mantiene en base a huelgas y conflictos laborales. Además de la asesoría de abogados y expertos, incluso hay quienes cuentan que existen productoras especializadas que ofrecen servicios de diferentes "tipos" de huelga.
El quiebre: Sindicatos del Citi y del Itaú evalúan
Se unieron hace menos de un año a la organización y hoy tienen diferencias con sus dirigentes. Ambos sindicatos están en desacuerdo con la intervención de la que son objeto.
Cercanos al proceso en el Citi aseguran que el corazón del problema se resume en una conversación telefónica entre dirigentes de la Confederación que habría sido grabada y mostrada en una asamblea, y en donde se habría descalificado al abogado José Tomás Peralta.
Les molesta que ataquen así a uno de sus asesores y dicen que hay que analizar la permanencia y que si no hay una reestructuración al interior de la organización no van a seguir participando porque no están de acuerdo con lo que están haciendo.
¿Un ejemplo de los ánimos movidos? El jueves, los dirigentes del sindicato del Citi decidieron dejar las oficinas que usaba la Confederación (en Agustinas 814) para instalarse provisoriamente en las del sindicato del Scotiabank. Además, tuvieron que comprar nuevos celulares para sus dirigentes porque aseguran que sus rivales les bloquearon los números.
Similar es la historia en el sindicato del Itaú. El 22 de agosto, tal como se describe en la página web, se solicitó la renuncia de la directiva, la que se haría efectiva al día siguiente. Sin embargo, dicen que eso no ocurrió y que siguieron operando. "Creemos grave que nuestro directorio esté infiltrado, manejado y manipulado por los dirigentes de la Confederación de Sindicatos Bancarios", se lee en el sitio web. Además, señalan que se trata de una "infiltración y manipulación sufrida por nuestro sindicato de parte de Luis Mesina Marín, conjuntamente con los dirigentes de las organizaciones antes mencionadas". Aseguran que la ex directiva, entre otras cosas, bloqueó el correo sindical.
¿La razón de los problemas? Dicen que la gente de la Confederación interviene constantemente en la toma de decisiones y que dividen al directorio. Además, aseguran que hay falta de transparencia en el manejo de las platas y consideran que la ayuda que recibieron no corresponde a la de dirigentes de mayor experiencia y al pago de una cuota de $500 mil mensual, cuentan en la página web.
Pero no queda ahí. En el otro lado también hay acusaciones. Algunos miembros de la Confederación de Entidades Bancarias y Afines aseguran que son sus teléfonos los que están intervenidos y que no entienden lo que está pasando. Aseguran que el responsable de las diferencias es Peralta, porque no le ha dicho la verdad a su gente. Aseguran que él se debiera limitar a cumplir con su rol de asesor legal.
José Tomás Peralta: el abogado laboralista asesor
Que siempre tuvo una marcada vocación social y que el área en la que se desempeña actualmente cuadra con ese perfil, es lo que cuentan quienes lo conocen.
Dicen que a este ex alumno del Verbo Divino no le va mal económicamente, pero que su trabajo no lo ha convertido en "millonario".
Desde que comenzó a ejercer su profesión, e incluso mientras estudiaba, ya estaba involucrado en los temas sindicales y de marcado matiz social.
En un minuto incluso trabajó en Viña del Mar, donde asesoró permanentemente y durante dos años al Sindicato Nacional Santa Isabel, que hoy es parte de Cencosud.
Hoy es parte del estudio Celedón, Bulnes y Asociados, y además de ser el asesor de los trabajadores del Citi y del Itaú, trabaja con algunos de los sindicatos de American Airlines.
Luis Mesina, desde la Confederación
Dicen que en el área de comercio exterior del Santander lo ven poco y que está mucho más dedicado al rol sindical que ha desempeñado por 25 años. Hoy, Mesina es el presidente del Sindicato Nacional Grupo Santander Santiago, pero además es el secretario ejecutivo de la Confederación Bancaria. Asegura que no milita en ningún partido y que se sienta a conversar con gente de todos los bandos.
Para él, el proceso que vivió la banca -del que él fue "asesor"- se debe al "incremento sostenido de las rentabilidades de los bancos", y a que en algunos casos haya habido "trabajadores a los que se les pagaba menos de $200 mil y altos ejecutivos que perciben mucho más de $500 millones".
Además, es miembro del Comité de Seguimiento de la Ley de Subcontratación, que se reúne cada 15 días en el Ministerio del Trabajo.
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