06-10-2006 POR LA ESPIRAL -Lacerante dependencia -Unión Europea: acogida Será una realidad la construcción de mil 226 kilómetros de un doble muro en la frontera de Estados Unidos con México, la aprobación del Congreso de Estados Unidos levantó el júbilo de grupos anti inmigrantes, en primer orden del Minuteman. Para los mexicanos, comprender este duro golpe asestado por su principal socio comercial, económico, inversor y asesor político tardará tiempo en digerirse por lo indignante que es el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) por naturaleza discriminatorio, manipulable, usado de forma convenenciera y de instrumento de presión. El equipo de Felipe Calderón recibe esta noticia a dos meses de la toma de posesión del presidente electo, prácticamente imposibilitado para, en la agenda inmediata de fin de año, buscar una reunión con el presidente George W. Bush con la finalidad de refrendar un trato de socio de primera, y no de quinta; y establecer una corriente alterna común de agenda migratoria pacífica. Colateralmente, son de las premisas de la integración de las que deben salir las pautas para señalarle a Washington la necesidad de avanzar en la libre movilidad de todos los factores de la producción. Es verdad lo se señala adentro y fuera de México, “ninguna valla, ni fortaleza de seguridad contendrá la ola migratoria”, ¿la razón principal? Es una corriente global impulsora formada por deseos de encontrar las bondades del mercado que en sus propios países de origen no han experimentado por diversas condiciones de atraso económico y social, desigualdad, guerra, violencia e inseguridad. Franquear con vallas o murallas, instar a la militarización de las fronteras y usar una política fascista por el pretexto del terrorismo hacen peligrar los derechos humanos de los mexicanos. Diversas organizaciones defensoras de los derechos de los migrantes señalan que un total de 4 mil 045 migrantes han perecido tan sólo en la frontera de California, a raíz de la puesta en marcha del Operativo Guardián. Desde el amanecer del 2006 la vigilancia en la frontera de Estados Unidos con México es más severa, los controles más estrictos y se avanza con lentitud. Además de la ofensa del visado requerido por Estados Unidos a México para ingresar a la Unión Americana (no sucede con los ciudadanos de la Unión Europea) los mexicanos debemos sujetarnos a una serie de revisiones exageradas y humillantes en aeropuertos y aduanas. En los aeropuertos además del lector del iris, los guardias eligen al azar a determinados pasajeros (básicamente por su aspecto) para llevarlos a un cuarto dentro de la terminal para realizar una serie de preguntas y cuestionamientos en busca de “sospechosos”. Desde el mes de marzo pasado, el cruce fronterizo experimenta congestionamientos, los agentes demoran más tiempo de lo usual. En las revisiones, hay que someterse a interrogatorios, todo en detrimento de la gente que vive del comercio transfronterizo. ¿Cómo puede un país maximizar sus ventajas de un acuerdo estipulado con su socio comercial cuando éste le complica la vida? No hay mexicano que viaje a Estados Unidos de negocio o de placer que no se queje de las horas pérdidas para ingresar por aire, tierra o mar a la Unión Americana. A COLACIÓN La administración del presidente Bush pasará a la historia como la más catastrófica para las finanzas de su país por los gastos excesivos en seguridad, mucho más que durante su participación en la segunda Guerra Mundial. Otro gasto recientemente aprobado por el Senado estadounidense es la línea de mil 200 millones de dólares para la construcción del muro, adicionales a los 126.5 millones de dólares del costo de la cerca de 23 kilómetros que se construye en San Diego, California. A los controles de ladrillo, la Casa Blanca probará un nuevo sistema de seguridad virtual, el encargado de tal encomienda multimillonaria de 2 mil millones de dólares es nada menos que Boeing, la empresa de “la triple entente” conjugada con Lockheed Martin Corporation y Northrop Grumman como las más beneficiadas en contratos jugosos con la Casa Blanca desde los atentados terroristas de septiembre del 2001. Boeing estará encargado del famoso muro virtual de vigilancia en la frontera con México. GALIMATÍAS A la inmigración latina atraída por Estados Unidos le esperan tiempos muy difíciles, tanto a los que están en trámites de pasar de una condición ilegal a legal (por la serie multas cobradas por las oficinas de control y migración, básicamente en el tema fiscal) como a los que definitivamente pueden desistir de manera voluntaria de continuar en suelo de la Unión Americana. Hay toda una campaña de invitación voluntaria para el inmigrante ilegal que desea retornar a su país de origen y que carece de los medios económicos para hacerlo. El costo de este programa es compartido entre el presupuesto de Washington y los consulados y las embajadas de los países latinoamericanos más involucrados en el tema migratorio. En el caso de México, a la fecha han sido repatriados más de 15 mil indocumentados mexicanos detenidos en Arizona. De acuerdo con información de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) el 82% de los indocumentados que participaron en el plan, realizado del 7 de julio hasta el sábado pasado, son hombres, el resto son mujeres y niños. La mayor parte son originarios de los estados de Chiapas, Veracruz, Puebla y Oaxaca. La propia SRE señala que la Border Patrol realizó 1.1 millones de arrestos de indocumentados, solamente alrededor del 1% de los detenidos decidió aprovechar el ofrecimiento de un vuelo gratis a la ciudad de México. La repatriación voluntaria tiene un costo presupuestal de 15 millones de dólares, en los que México participa destinando cada vez más dinero a sus consulados en la Unión Americana convertidos en despachos de asesorías jurídicas, pero muy acotados en diversas líneas de intervención y defensoría sobre todo en lo que a derechos humanos se refiere. Entiendo perfectamente que el tema de la inmigración provoque tantas pasiones encendidas, unos a favor de la legalización otros contrarios a toda forma de integración. La Unión Europea analiza desde hace varios meses distintas medidas y estrategias para tratar el tema de la inmigración ilegal catapultada a nivel de emergencia y atención urgente. Las discusiones hablan de acoger, integrar, facilitar los cauces, no de sacar armas y disparar a los inmigrantes, por principio de cuentas, seres humanos impulsados por una razón fundamental: dejar la miseria, quitarse el hambre. Necesitamos diálogo recurrente con la Casa Blanca, no vallas ni armas. |