Coversaremos estas ideas de Murray con el profesor , abogado Marcelo Montero Iglesis para ver como éstas tienen cabida en Chile
Se desperdician mentes por la obsesión de buscar un título
Charles Murray plantea ideas como el desperdicio de mentes por el exceso de personas que buscan un título universitario. Los títulos, sostiene, no garantizan el éxito.
Por: Mirja Valdés
 Foto: Jesús Alfonso Su fama obedece a que contradice lo que parece un principio: "La educación universitaria no garantiza tener éxito en retos de la vida concreta". ¿A qué se refiere?– En los Estados Unidos tener una educación universitaria o un grado académico se ha vuelto muy importante, pero no por lo que el estudiante aprende. Tomaré mi caso: me gradué en Historia en Harvard, y cuando iba a pedir trabajo el hecho de saber mucho de historia era completamente irrelevante; lo que demostraba mi grado académico era que tenía habilidades, inteligencia y perseverancia. El empleador utiliza los grados académicos como un filtro para asegurar que contratará a personas perseverantes e inteligentes. Pero, ¡eso es injusto!, porque para obtener ese título debe estudiar cuatro años e invertir muchísimo dinero en la universidad. Y lo que importa no es lo que usted sabe o aprendió, sino demostrar que usted es perseverante e inteligente.Pero usted obtuvo un título en una universidad muy prestigiosa. ¿Qué lo hizo cambiar de parecer respecto a los títulos?– Ha sido un proceso lento. Al empezar a escribir mi libro (Real Education) me enfocaba en los jóvenes inscritos en la universidad que no tenían la habilidad intelectual para tener éxito en sus estudios. Conforme escribía empecé a pensar más y más en los jóvenes que podrían tener éxito en la universidad y no asistían. Pensé en lo injusto del sistema en demandar de ellos cuatro años de estudio y dinero que no tenían.(Guarda silencio) Se me ocurre algo. Es la primera vez que expreso esta idea: mi padre vivió hasta los 97 años, y hasta el último momento de su vida sintió el estigma de no haber asistido a la universidad. Parte de lo que escribo se lo digo a gente como mi padre: "Nunca debes cargar ese estigma". Que la persona por sí misma demuestre sus méritos y no descanse en títulos.– Sí, por supuesto, ni en títulos ni en la reputación de universidades; eso también le permite ciertas ventajas a sus egresados. Eso es injusto porque si la persona sabe realmente de ingeniería o de cualquier otra carrera, eso es lo que debería importar y no dónde estudió ni cuánto tiempo pasó allí.El Internet, por ejemplo, está proveyendo cualquier cantidad de recursos educativos y de toda naturaleza que hacen posible que las personas puedan aprender sin la necesidad de tener que venir a un lugar tan bonito como este (la Universidad Francisco Marroquín). Pero hoy los puestos más importantes están reservados para gente que egresa de lugares como este.– (Ríe) Creo que hay que escribir libros para argumentar más la necesidad de un cambio. El sistema debería facilitar que las personas por sí solas prueben de lo que son capaces; gente como mi padre, que no pudo asistir a la universidad porque no tenía dinero y debía mantener a su familia.¿Cómo propone que el empleador encuentre esas capacidades en quien no posee un título, o que los aspirantes sin título universitario demuestren que también son perseverantes e inteligentes?– Microsoft, por ejemplo, quiere contratar a programadores brillantes y nosotros sabemos que muchos de ellos son jóvenes que no aprendieron los programas en la universidad. En Estados Unidos hay organizaciones que hacen test estandarizados para determinar diferentes niveles de habilidad. Si una empresa como Microsoft adoptara un test de esos, la industria los seguiría, y entonces la gente demostraría sus habilidades sin tener que ir a la universidad.Quizá el área en que se desarrolla Microsoft lo permita, pero, ¿qué hacer con carreras como Medicina?– En el caso de Medicina usted aprende en clase; uno no puede convertirse en cirujano a través de Internet. Hay conocimientos que se transmiten directamente del maestro al estudiante, pero lo importante es, independientemente del grado académico, el diploma o el pedazo de papel; probar que puede desempeñar el trabajo, que es inteligente, que no necesariamente tiene que pasar cuatro o siete años en una universidad.¿A qué le llama inteligencia?– Es la clase de habilidad mental que permite que las personas entiendan los problemas verbales y matemáticos con rapidez. Técnicamente tiene el mismo sentido que aquella frase popular "esa persona es muy lista".¿Es que no todas las personas son inteligentes, o se refiere a que hay varios tipos de inteligencia?– Hay diferentes clases de habilidades: una de ellas es entender a los otros, y a esa se le llama empatía. Hay habilidades internas como la perseverancia y la autodisciplina; otras habilidades son visuales, como las de un artista o como las de un ingeniero que le permite ver las cosas en tres dimensiones o como un conjunto.¿Qué opina de las inteligencias múltiples?– En mi libro, uso las inteligencias múltiples de Howard Gardner como un marco de referencia. De hecho, Gardner revisó lo que escribí acerca de las inteligencias múltiples para estar seguro de que estaba en lo correcto. Creo que su teoría sobre las inteligencias múltiples es muy útil, pero las personas la han interpretado de forma incorrecta. Es cierto que hay muchas habilidades, diferentes e importantes todas, pero no es cierto que uno pueda utilizar cualquiera de ellas para aprender Cálculo, por ejemplo. Si uno quiere aprender Cálculo no hay otra opción que tener un alto nivel de lo que Gardner llama "habilidad lógica matemática".¿Qué habilidades se requieren para tener éxito en la universidad?– Todas las habilidades son muy dignas, pero las que se necesitan para la universidad son la verbal y la matemática. En algunos trabajos son habilidades sumamente importantes; por ejemplo un médico debe tener ambas.Habrá que replantear la formación superior, es decir, si separar definitivamente la academia del "training".– La universidad cumple un papel diferente al entrenamiento para un trabajo. Estudiar filosofía, literatura y las bellas artes es extremadamente importante para quienes tienen el interés y el talento para dedicarse a estudiar eso. Antes tener un BA (baccalaureatus, el equivalente a una licenciatura) solía tener un significado como haber leído los grandes libros de occidente, pero un BA de ahora es que uno ha aprendido poco o nada de eso.Pareciera que la universidad se ha perdido y con el tiempo ha ganado espacio la visión utilitarista.– Exacto. Lo que hay que hacer es cambiar el sistema para que cumpla su nueva función. El BA ha dejado de ser aquella formación para convertirse en algo más utilitario.El punto es darle más espacio a las carreras técnicas o a las escuelas que las impartan.– Sí, más espacio, más tiempo y más respeto. ¿Por qué sólo los universitarios son respetados? Por eso hablo de igualdad en dignidad, y que gente como mi padre no tendría que haberse sentido mal por no haber tenido un grado universitario.Su propuesta es interesante en un país como Guatemala, donde menos del 1 por ciento asiste a la universidad. ¿Cómo llevarla a planos reales y concretos?– No sé mucho de Guatemala, pero le diré qué me molesta en Estados Unidos, y que a lo mejor se aplica para Guatemala. A los jóvenes les decimos, hay dos clases de trabajos: los que requieren grados universitarios, esos son los buenos; y los trabajos que no requieren grados universitarios, esos son malos.La idea es que ser abogados y ganar muchos dólares atrae más que la de ser un carpintero y hacer hermosos muebles; sin embargo muchos abogados renuncian a los 40 años y se convierten en carpinteros (ríe). Lo que quisiera cambiar de la educación en Estados Unidos es que todo niño pueda llegar a adulto sabiendo qué es lo que quiere hacer. Y habiendo aprendido a hacerlo bien. Como preguntarles, ¿cómo te ves dentro cinco o diez años?– ¡Exacto!. Lo que le digo a las personas es "piensa acerca de tu propia vida y seguramente lo más importante no necesariamente es el dinero que ganes sino que ames tu trabajo", y la gente que ama su trabajo sabe que eso es lo más importante.Pero, aceptémoslo, es dura la presión de grupo y el bombardeo de información por alcanzar una posición dentro de la sociedad.– Como soy libertario no tengo en mente un plan de gobierno para hacer que cambien las cosas, pero sí puedo hacer que las personas lean mi libro y les hablen a sus hijos, les planteen una forma diferente de ver las cosas.Los padres, entonces, ¿a ellos quiere llegar?– A ellos porque son quienes principalmente envían el mensaje a los hijos al decirles "ve al a universidad y has un montón de dinero". El mensaje debería ser "quiero que crezcas habiendo encontrado algo que amas hacer". En las clases bajas la aspiración es tener un título académico porque entonces tendrá un mejor nivel de vida, lo cual es cierto, aunque no la única opción. más información, pincha aquí: |
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Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en RSE de la ONU
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