Ambos fueron a La Moneda en julio, donde acusaron "intransigencia" del Gobierno en el posnatal.
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Recién había llegado de vuelta de Rusia -donde había formado parte de una comitiva de senadores chilenos, con Guido Girardi a la cabeza-, cuando el senador DC Jorge Pizarro recibió una solicitud peculiar: el jefe de su bancada, Andrés Zaldívar, le pedía que conversara con la parlamentaria Ximena Rincón. "Tú eres el único que puede hablar con ella", le dijo.
El ex ministro del Interior pretendía que Pizarro le transmitiera a su colega el sentir de los senadores DC, los que durante varios días habían observado la cercanía entre la representante del Maule Sur y su par de la I Región, el socialista Fulvio Rossi. La situación llegó a inquietarlos a tal punto, que abordaron el tema en una reunión de la bancada. Allí varios expresaron su incomodidad por los efectos políticos que la relación podía tener.
Rincón se ha caracterizado por cultivar un perfil de política responsable y «matea» -que incluso le valió ser reconocida como "la mejor parlamentaria debutante de 2010", en la encuesta que realizó La Segunda ese año- y abocada a temas relacionados con su zona y con derechos laborales. A Rossi, en cambio, lo veían preocupado de impulsar proyectos que de una u otra manera complican a la DC, como el aborto terapéutico, el matrimonio gay y la eutanasia, sólo por nombrar algunos. Y les preocupaba que la senadora comenzara a apoyar la misma agenda que el dirigente del PS.
Pizarro era el más indicado -a juicio de los parlamentarios de su partido- para hablar con ella.
El senador por la IV Región conoce desde hace años a Rincón y al diputado Juan Carlos Latorre, de quien ahora está separada. El estuvo cerca de ella desde antes de que entrara en crisis su matrimonio. La acompañó durante y después de la separación, que la senadora confirmara el pasado 22 de junio a La Segunda. Y a menudo se les ve conversando en distintas dependencias del Congreso.
En principio, reacio ante el encargo de sus pares, el ex presidente del Senado finalmente aceptó plantearle el tema a su colega. El mensaje de la bancada era simple: no querían involucrarse en su vida privada, respetaban sus decisiones, pero era importante que tuviera presente las consecuencias políticas que éstas podían tener tanto para ella como para su partido.
Una advertencia que contrasta con el muy distinto panorama que ha debido enfrentar Rossi en el PS, donde la misma situación, si bien ha sido materia de comentarios, no ha despertado mayor preocupación. Ello, aun cuando sus cercanos le han aconsejado que no repita el error de exponerse públicamente, recordando lo vivido por él a raíz de su mediática separación de la hoy presidenta del PPD, Carolina Tohá.
Estilos distintos
Rossi (médico cirujano, 41 años) ha desarrollado un perfil donde se combinan la audacia en sus planteamientos con una imagen seductora, de metrosexual que tanto aborda polémicos asuntos legislativos como responde sin vergüenza las preguntas de la prensa del corazón: un estilo que en la más circunspecta bancada DC algunos no dudan en asociar con liviandad.
Ximena Rincón (abogada, 44 años), en tanto, llegó al Legislativo en marzo de 2010, después de una dedicada carrera política que inició a los 14 años y para la cual recibió el resuelto apoyo de Latorre. En su partido reconocen que ha brillado con luces propias, como en las últimas elecciones parlamentarias, en las que desbancó al socialista Jaime Naranjo, todo un caudillo en su zona. La consideran además una mujer perseverante y ordenada en extremo. De hecho, sus cuidadas carpetas de seguimiento de los proyectos son conocidas por el resto de los parlamentarios. Es de las que prepara por escrito todas sus intervenciones, no sólo en el hemiciclo, sino que incluso en otras reuniones políticas, como las del Consejo Nacional de su partido.
El factor posnatal
Tras la separación del diputado por la VI Región, Rincón se involucró con más intensidad en la tarea legislativa. Y fue en la tramitación del proyecto de posnatal de seis meses cuando adquirió mayor protagonismo público. En esa discusión, tuvo la oportunidad de compartir más con Rossi, ella como presidenta de la comisión de Trabajo y él en el mismo cargo, pero en Salud. En especial desde aquella madrugada del 19 de mayo, cuando ella decidió dividir una votación sobre el tope del subsidio por descanso maternal, generando un hecho político de gran repercusión, que terminó en el Tribunal Constitucional y que según algunos fue relevante para que el Gobierno finalmente a accediera a las emblemáticas 66 UF.
Aunque en ese momento Rincón apareció como una ganadora, fue también durante la tramitación del mismo proyecto que ella empezó a mostrar, junto a Rossi, una dureza en este tema que llegó a molestar a muchos en la Concertación.
El asunto alcanzó a un punto crítico cuando el proyecto pasó a la Cámara. Entonces la dupla se ganó abundantes anticuerpos entre los diputados opositores, que consideraban que ellos se negaban a renunciar al protagonismo adquirido previamente cuando el texto se veía en el Senado.
Por esa época, el Gobierno buscaba sellar un entendimiento con figuras como Carolina Goic y Osvaldo Andrade, que aparecían más dialogantes que la dupla Rincón-Rossi.
Pero el tono de éstos incluso preocupó a sus respectivos partidos, la DC y el PS, en especial luego de que los dos senadores cuestionaran el acuerdo que finalmente lograron concordar el Ejecutivo y los diputados concertacionistas.
En ese momento, en la DC se atribuía la postura de Rincón no sólo a miradas propias, sino a la influencia que estaría ejerciendo Rossi sobre ella. Y es que, para algunos, es el perfil de la senadora lo que ha cambiado en los últimos meses.
Por ejemplo, ahora abraza causas más liberales: participó en junio en la marcha por la diversidad sexual, organizada por el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) y la Fundación Iguales. Y también se ha abierto a apoyar la ley de aborto terapéutico, luego de que se reuniera junto a Rossi y Lily Pérez (RN) con académicos de la Universidad de Chile.
Además, es objeto de comentarios la frecuencia con que ambos realizan conferencias de prensa conjuntas o acciones públicas de los tipos más diversos, incluyendo, para pesar de la DC, algunas marcadas por el perfil más "farandulero" del senador PS. Un ejemplo: en junio, Rincón acompañó a Rossi a la protesta por el maltrato a la elefanta Ramba, decomisada hace años a un circo por parte el Servicio Agrícola y Ganadero
Pero las coincidencias entre ambos también han llegado a asuntos más estratégicos.
Así, en medio de la discusión sobre el futuro concertacionista, el parlamentario ha defendido el eje histórico PS-DC, en contraposición a cuando era partidario de la fusión del PS con el PPD.
Tanta complicidad ha llegado a tensionar sesiones de comisión en el Senado o reuniones de la Concertación en las que se apoyan sus argumentos mutuamente.
¿Intereses en conflicto?
En la DC escasean las parlamentarias mujeres. Por lo mismo, éstas aparecen siempre más expuestas que sus pares hombres y objeto -admiten los propios dirigentes- de una cierta mirada machista.
En la Cámara, sólo está Goic, y en el Senado, Rincón con Soledad Alvear. Pero ese reducido universo femenino no es sólo un obstáculo: cercanos a la parlamentaria también lo evalúan como una oportunidad de mayor lucimiento y proyección política. De hecho, entre los amigos de la senadora hay quienes la consideran, incluso, una posible carta presidencial.
En ese cuadro, la proximidad con Rossi prendió luces rojas y amarillas. El socialista ya ha expresado públicamente que le interesa ser candidato a La Moneda, lo que eventualmente podría provocar una colisión de intereses.
Tales análisis contrastan con la naturalidad que han mostrado los dos parlamentarios en algunas de sus apariciones públicas. Como cuando en julio concurrieron juntos a la fiesta de La Tirana, en la circunscripción de Rossi. También, el viernes pasado ella escribió en la noche en su cuenta en Twitter: "Celebrando cumpleaños con @fulviorossic en el OX junto a @guidogirardi". Y al día siguiente volvieron a festejar los 41 años del socialista en la casa de la parlamentaria, con un grupo de amigos.
¿Quién gana y quién pierde con esta alianza?
En el PS, desdramatizan el efecto; en la DC los juicios son distintos: algunos, sin ambages, afirman que la legisladora "se quemó", muchos plantean que ella debe ser más cuidadosa y otros desestiman mayores consecuencias.