Considerado el intelectual que dió contenidos al movimiento del 68 y último representante de la Escuela de Fráncfort, después de Theodor Adorno y Max Horkheimer, Jürgen Habermas nació en Düsseldorf el 18 de junio de 1929. Como a otros intelectuales de su generación, las ideologías totalitarias de principios del siglo XX, sobre todo el nazismo, marcaron su pensamiento, fueron el punto de partida de su enseñanza académica y se reflejaron en sus comentarios sobre el acontecer político contemporáneo.
Cuando Habermas recibió en el 2001 el Premio de la Paz de los libreros alemanes en la Feria del Libro de Fráncfort, en reconocimiento a su obra que "ha transmitido a más de una generación los conceptos claves sobre la situación intelectual del momento", el filósofo, refiriéndose a los ataques del 11 de septiembre, que acababan de ocurrir, advirtió que las raíces del terrorismo están más que en la pobreza, en los "sentimientos de humillación".
Ante la primera plana política alemana presente en la Iglesia Paulskirche de Fráncfort, Habermas advirtió que la guerra contra el terrorismo no es guerra y que en el terrorismo se expresa también un choque fatal de mundos que, más allá de la violencia muda de los terroristas y los proyectiles, deben desarrollar un lenguaje común.
Bildunterschrift: Jürgen Habermas al recibir el Premio de la Paz de los libreros alemanes. "Las raíces del terrorismo están en los sentimientos de humillación".
¿Cómo se pudo llegar al nazismo?
Quien vive a la edad de 16 años como él, el fin de la Segunda Guerra Mundial, no puede menos que preguntarse qué ocurrió para que la situación llegara a ese extremo. ¿Qué pasó a los alemanes, que eligieron en 1933 a un antisemita delirante y vulgar como canciller? Pero sobre todo, ¿como evitar que se repita una constelación semejante? Habermas declaró al nacionalsocialismo y para ser más exactos, el Holocausto, como el acta de fundación de la República Federal de Alemania.
En su texto titulado "Conocimiento e interés", reflexión con la que Habermas inauguró su cátedra en Fráncfort en 1965, el filósofo estudia las relaciones existentes entre conocimiento e interés y muestra que el conocimiento siempre depende de ciertos intereses. En cualquier campo en el que se reflexione, se encuentra uno en una sociedad de competencia. Y eso significa que todo el que reflexiona, también persigue objetivos concretos que a menudo son de utilidad personal. El buscar conocimientos no es un acto inocente, es también la búsqueda de ventajas. Sin embargo el interés en sus distintas manifestaciones, es la guía del conocimiento y de las distintas ciencias.
Bildunterschrift: Großansicht des Bildes mit der Bildunterschrift: Jürgen Habermas durante el congreso convocado por su maestro, Theodor Adorno.
Teoría sobre la sociedad moderna
En 1981 Habermas publicó su "Teoría de la acción comunicativa", en la que, siguiendo la tradición de la Escuela de Fráncfurt, el filósofo esboza una teoría de la sociedad moderna en la que aplica los métodos de la filosofía combinados con los de la sociología. "En las sociedades modernas, escribe Habermas, sólo es posible una comprensión pacífica cuando los ciudadanos acuerdan mutuamente sus propios intereses".
En 1968 recriminó al movimiento estudiantil, que lo había adoptado como referente, perseguir vehementemente intereses como la introducción de una violencia intolerable. Tras esta recriminación se distanció durante muchos años del movimiento estudiantil, pero eso no disminuyó su disposición a la confrontación. Treinta y cinco años después protestó vehemente contra la ofensiva militar estadounidense en Irak, los insuficientes controles en los mercados financieros que dividen a la sociedad cada vez más.
El abanico de temas en los que Habermas ha polemizado, desde la ingeniería genética, el retorno de las religiones y la migración, lo convirtieron en el filósofo más incisivo en Alemania que siempre subrayó la dinámica y el cambio como el principio fundamental de las sociedades modernas.
Bildunterschrift: Großansicht des Bildes mit der Bildunterschrift: Screenshot del apoyo otorgado al canciller Gerhard Schröder.
Símbolo de emancipación intelectual
"Ya sea que se aborde la integración de familias de trabajadores inmigrantes, o de ciudadanos de antiguas colonias, la lección siempre es la misma: no es posible una integración sin una ampliación del propio horizonte, sin la disposición de ampliar el espectro de olores y pensamientos e incluso de experimentar disonancias cognitivas dolorosas", dijo Habermas.
Habermas es un símbolo de emancipación, que introdujo una cultura de debate, saludable políticamente, que trataba de alejarse del estilo autoritario que imperó en Alemania en décadas anteriores. "La filosofía no es algo elevado ni edificante, pero ha contribuido a hacer la paz un poco más estable en Europa", ha llegado a decir Habermas, quien es celebrado con motivo de su 80 aniversario, como el gran filósofo del siglo XX.
Autor: Kersten Knipp/ Eva Usi
Editor: José Ospina Valencia