Hay pocas expectativas de éxito, sin embargo la Concertación realizará esta semana las últimas gestiones para buscar un entendimiento con la derecha que derribe el acuerdo entre la Alianza y el cuarteto autónomo de senadores para la administración del Senado, pacto que deja fuera de la presidencia de la Cámara Alta a la multipartidaria gobernante que precisamente es mayoría en el Congreso.
Aunque existe un protocolo firmado el 22 de enero por la oposición y el grupo compuesto por los senadores Carlos Bianchi, Carlos Cantero, Fernando Flores y Adolfo Zaldívar, que le entrega la testera este año al bloque bisagra y reserva la titularidad el 2009 para la Alianza -que además tendrá el próximo año la presidencia de la Cámara de Diputados-, la Concertación buscará reanudar hoy el diálogo con la derecha.
La consigna es que sólo un acercamiento entre las fuerzas preponderantes da garantías de gobernabilidad.
En el oficialismo apelan a que algunos parlamentarios opositores han manifestado en privado su descontento por la relevancia que se les está entregando a "descolgados" de ambas coaliciones -el único legislador que llegó al Senado como independiente es Bianchi; Cantero y Flores renunciaron a RN y el PPD, respectivamente, y Zaldívar fue expulsado de la DC- y que esta molestia puede traducirse en un nuevo convenio.
En la UDI y en RN no hay sustento para un viraje favorable al oficialismo, porque la premisa es que desalojar a la Concertación de la primera línea legislativa tiene un efecto mediático potente que la derecha debe aprovechar al máximo, especialmente en un periodo electoral.
Para el senador PS Jaime Gazmuri si bien el escenario es adverso, se hace imprescindible quemar todos los cartuchos antes del 11 de marzo, fecha en que los parlamentarios Eduardo Frei y Carlos Ominami deben abandonar la cúpula senatorial que por vez primera vez en 18 años quedaría sin representantes del oficialismo. "Alteradas las mayorías en el Senado, es razonable un acuerdo entre las dos fuerzas mayoritarias, porque eso es más sólido que una mayoría construida con quienes aparecen como independientes. Sabemos que en la derecha, pese a que se firmó el acuerdo, hay quienes coinciden con nosotros", destacó el socialista
Según Gazmuri, "políticamente es mucho más serio respetar la real relevancia de cada coalición en el Congreso y no violar la voluntad popular con una conducción donde se privilegian pequeños intereses y ventajas".
Un ejemplo de los problemas de personalismo que a su parecer se avecinan de concretarse el pacto Alianza-Independientes, es que los tres interesados en suceder a Frei -Flores, Cantero y Zaldívar- no logran definir quién será "la" carta al Senado. A ello se sumaría el que el cuarteto ya anunció que no actuará como bloque, por lo que, en la práctica, no es factible negociar con el grupo la agenda legislativa.
Por lo mismo, sería "deseable", pero "casi imposible", acotó el senador DC, Jorge Pizarro, que la derecha optara por sintonizar con la Concertación. "Hay que intentarlo, pero dudo que nos vaya bien porque ellos (la derecha) ya están bastante amarrados, hicieron harta publicidad, se repartieron las cuotas de poder que no les corresponden. Hicieron una negociación espuria y no creo que se echen para atrás", destacó.
En la Cámara Baja el escenario tampoco es óptimo para el oficialismo, ya que el documento firmado con la derecha, que entrega la presidencia este mes al socialista Juan Bustos y establece una sucesión para la Alianza en marzo del 2009, ha sido criticado por parlamentarios del PS y el PPD que consideran "insólito" que, en el año de los comicios parlamentarios y por La Moneda, la oposición se apodere de la titularidad en ambas cámaras. El asunto será abordado hoy por las bancadas de la Concertación, aunque ya existe un compromiso y, tal como en el Senado, difícilmente éste sera desechado. LN