Margaret Valenzuela Durante sus vacaciones en República Dominicana, el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, confiesa que el primer libro que leyó fue "Formas de Volver a Casa" de Alejandro Zambra. "Es excelente", comenta. Ahora intenta avanzar en las 800 páginas de "Los Demonios", del escritor ruso Fiódor Dostoievski.
Los 31 grados que se registran en la isla le permiten al jefe de gabinete un trote diario de sólo 5 kilómetros. El resto del día comparte con su familia. "También he aprovechado de dormir algunas horas más. Es que el 2009 fue duro por la campaña, no tomamos vacaciones a comienzos del 2010, y el año pasado fueron sólo algunos días entre Pascua y Año Nuevo. Es decir poco más de una semana en dos años y medio que han sido fuertes", cuenta en entrevista con "El Mercurio".
Pero no todo ha sido descanso. Hinzpeter ha mantenido un permanente contacto con el Presidente Sebastián Piñera, quien por estos días realiza una profunda evaluación de su equipo de gobierno. En medio de fuertes presiones, especialmente de la UDI para que se realice un cambio de gabinete que incluya a todo el equipo político, el ministro rompe su silencio durante su último día de descanso. Esta tarde Hinzpeter regresará al país.
-¿Qué le parece el ambiente político que se ha instalado en la última semana?
-Me parece un poco exagerado. La política y los gobiernos tienen ciclos de percepción ciudadana, y muchas veces apurar esos ciclos simplemente los alarga. La encuesta Adimark no fue una sorpresa para nadie. Entonces, ¿por qué tanta alharaca? Ya saldremos adelante. Las encuestas sirven, pero jamás deben regir las decisiones de un Gobierno ni influir en las conductas de los líderes políticos. El Presidente ha dicho que el país está bien, de verdad yo le agrego que el Gobierno también lo está. Estoy dispuesto a revisar con quienquiera resultados y no encuestas, que es lo único por lo demás que se debe exigir a los gobiernos.
-¿Entonces considera que no se justifica este nerviosismo del oficialismo tras la nueva baja en la popularidad del Presidente?, ¿cómo cree que se revierte este escenario?
-El escenario se revierte con más política. Así como en el fútbol, las penas se pasan con más fútbol; en política, los problemas se resuelven con más política. Miremos con objetividad no sólo el crecimiento económico y el empleo, también la baja en las listas de espera AUGE, que llevaban 10 años sin solución, el nuevo subsidio habitacional para la clase media, el comienzo del Ingreso Ético Familiar con la Asignación Social que ya se está entregando.
-Sin embargo....
-Además, en poco tiempo se habrá eliminado el descuento del 7% y tendremos al fin un posnatal de 6 meses. Por otra parte, está en plena fase de estructuración el GANE, y vendrán nuevas propuestas de acuerdos de gran trascendencia.
-Pero desde su mismo sector se ha señalado en estos días que la situación no da para más.
-¡Por favor, que desproporción! A la Coalición por el Cambio le pediría sentido de orgullo respecto de nuestro gobierno y de lo que estamos haciendo. Y a la Concertación, paciencia. No es bueno construir una oposición únicamente desde el vértigo de volver a ser gobierno. Y a ellos mismos y a muchos líderes sociales que hoy veo en cada marcha o manifestación que se convoca, que no se olviden de que han sido los constructores de la mayoría de las realidades contra las cuales hoy protestan.
-El Presidente ya reconoció que han existido errores en la gestión del Gobierno y que se está trabajando para corregirlos...
-Por cierto. Todo gobierno comete errores. También consigue aciertos. Me parece noble y destacable el reconocimiento que hace el Presidente. Habla de un gobernante aplomado y sin complejos. Una persona de conceptos claros.
-Piñera ha realizado una ronda conversaciones con dirigentes de la Alianza. ¿Cómo evalúa usted la gestión política del Gobierno?
-Es difícil evaluar el trabajo de uno, pero cualquier análisis desprejuiciado y objetivo debe incorporar "circunstancias" y "logros". Por circunstancias, al menos dos: una coalición que se hubo de instalar como gobierno después de 20 años de Concertación, que dejó su huella en el Estado, y en un entorno de tragedia como fue el terremoto. En logros, creo que hay varios y ya se los mencioné, son hechos objetivos. Entre las circunstancias y los logros hay naturalmente espacio para opiniones subjetivas, en el que me permito evaluar bien la gestión del Gobierno. Por supuesto hay quienes disentirán.
-¿Se ha mantenido contacto con el Presidente?
-Hemos hablado durante esta semana.
-Antes de viajar ¿lo dejó en libertad de acción?
-El Presidente está, por definición, siempre en libertad de acción. No es ni puede ni debe ser de otro modo.
-¿A su juicio, por qué es necesario que se realice un ajuste ministerial?
-Bueno, cualquier cambio ministerial debe resolverlo el Presidente. No le puedo decir más en esto.
-¿Personalmente, considera que se justifica un cambio de gabinete?
-Siendo una facultad del Presidente, no me corresponde a mi señalar públicamente si debe ejercerla o no.
-Sobre eventuales cambios en el equipo político de La Moneda, dirigentes de la UDI han hecho ver en privado que o se van todos o ninguno. ¿Qué piensa sobre esa condición?
-Sinceramente, no creo que alguien pueda plantear una lesera como esa. Implicaría un desconocimiento tan grande de la forma en que un Presidente toma decisiones y una falta tan grande de conciencia republicana, que no estoy en condiciones de atribuírsela a ningún dirigente importante de la UDI.
-Sin embargo, hay una fuerte presión de un sector de la UDI que pide su salida.
-No lo he sentido así. No me parecería apropiado que un partido plantee posiciones de esa naturaleza. Los partidos deben contribuir visiones, estrategia, énfasis y nombres de reemplazo, pero no con presiones como las que sugiere en su pregunta.
-¿Le molesta que aparezca su nombre entre los posibles ministros que saldrán del gobierno?
-No, sinceramente no. Es parte de las reglas de ser ministro y tengo muy claro que es una posibilidad que el Presidente pueda decidir en algún momento.
-¿Después de estas vacaciones veremos a un ministro del Interior recargado o con algún interés por hacer otras cosas?
-Estoy con ganas, porque siento realmente que vamos a hacer un muy buen gobierno. Estamos enfrentando los problemas que enfrentan las sociedades que comienzan a desarrollarse. Lo que llaman algunos los peligros de los países de ingreso medio. Si me pregunta si el Estado de Chile debe dar más, si debe poner más recursos en áreas sociales, para aliviar la clase media o a las pymes, sin duda que debe dar y poner más. Pero eso lo hacemos con responsabilidad o podemos joder a una generación entera, y eso no es broma, si no mire lo que está pasando en España o Grecia. Estamos construyendo una sociedad con menos desigualdad, por cierto que es un deber hacerlo, pero debemos hacerlo con responsabilidad y buen juicio. A Chile debemos cuidarlo todos.
-¿Se ha sentido cómodo con el nuevo diseño de tener que ir más al Congreso y dejar de lado, de alguna manera, su rol en materia de seguridad ciudadana?
-Muy cómodo.
-Le sorprendieron las declaraciones del Presidente, quien dijo que "no hemos ganado y tal vez nunca vamos a ganar la batalla contra la delincuencia"?
-Es que es así. La delincuencia nunca se elimina totalmente. Es como una enfermedad crónica. Debe estar siempre bajo tratamiento y también tiene alzas y bajas. Los resultados del año pasado, extraordinarios, no garantizan los de este año.
-¿Le molestaron las críticas del secretario general de la UDI, senador Víctor Pérez? El cuestionó que se haya ido de vacaciones en momentos en que el Gobierno enfrenta conflictos en diversos frentes y dijo que quizás usted llegó "a la conclusión de que su tiempo se terminó".
-Esas declaraciones me parecieron una maldad que no responderé. Al igual que a la mayoría de los chilenos, me importa mucho mi familia y trato de cuidarla. Estas vacaciones se hacen coincidir con las escolares, se planifican y pagan con muchos meses de anticipación.
-¿Usted hace alguna autocrítica de su gestión?
-Ciertamente. Y soy bastante crudo y rudo. No me pida que la haga públicamente, pero es natural equivocarse. No es fácil la tarea de Interior ni la de ningún ministro.
-La UDI también pide cambios en el segundo piso, en el equipo que lidera María Luisa Brahm. ¿Usted cree que es necesaria una mayor participación de la UDI en esa instancia?
-Siempre he dicho que la UDI es muy importante por su aporte y tamaño. En cualquier posición de gobierno, es de gran ayuda contar con gente de la UDI.
"Sinceramente no creo que alguien pueda plantear una lesera como ésa (ante peticiones de la UDI sobre cambio de todo el equipo político). Implicaría un desconocimiento tan grande de la forma en que un Presidente toma decisiones".
"Esas declaraciones (de Víctor Pérez) me parecieron una maldad que no responderé. Al igual que a la mayoría de los chilenos, me importa mucho mi familia y trato de cuidarla".
"Todo gobierno comete errores. También consigue aciertos. Me parece noble y destacable el reconocimiento que hace el Presidente. Habla de un gobernante aplomado y sin complejos".
"Lavín no se ha perdido jamás y ha tenido un gran coraje" -¿Qué le pareció la caída de 24 puntos del ministro de Educación, Joaquín Lavín, en la última encuesta Adimark?
-Esperable para un ministro que ha enfrentado lo que el ha enfrentado. Pero qué importancia puede tener una baja en una encuesta si somos capaces de sacar el GANE. En eso el ministro Lavin no se ha perdido jamás y ha tenido un gran coraje. El GANE vale más que un millón de bajas en encuestas.
-¿Cómo interpreta las masivas protestas de los estudiantes?
-Es correcto que actores sociales demanden cambios a un gobierno y respeto cada planteamiento que se hace aunque no los comparta. Pero no es correcto que se hagan sin sentido de correspondencia ni de tiempo. Los liderazgos sociales o sectoriales también requieren de mucha responsabilidad.
-¿Cree que se actúa con mucha impaciencia?
-Al Gobierno no le pueden pedir todos los cambios para todos los sectores en un solo instante y no corresponde que los estudiantes planteen, por ejemplo, la nacionalización del cobre entre sus demandas. Nuevamente, como sociedad, enfrentaremos desafíos nuevos y atractivos, pero sin calma y buen juicio cada desafío puede ser una oportunidad para cometer un error grave para el país. Y esa calma y buen juicio corre para todos.