Paulo Bernardo Silva, ministro de comunicaciones de Brasil.
Río de Janeiro, Brasil. . Un ambicioso proyecto pretende poner en marcha Brasil. Se trata de un satélite que permitirá a todo el país acceder a conexión a Internet de banda ancha y permitirá el acceso a la red a más de 40 millones de viviendas. Así lo anunció el ministro de comunicaciones Paulo Bernardo Silva, quien señaló que esperan hacer realidad este proyecto para el 2014, año en que Brasil será la sede del Mundial de fútbol.
El satélite tendrá un costo de $ 410 millones y su creación estará a cargo de Telebras, empresa pública de telecomunicaciones y Embraer, fabricante de aviones.
Según las palabras del ministro, el satélite permitirá ofrecer conexión a internet de banda ancha a municipios de la zona amazónica, lugares en las que realizar instalaciones a través de cables no resulta rentable. "Tenemos un número muy grande de municipios y localidades en regiones más retiradas donde la construcción de cables o de tecnología por radio convencional encuentra muchas dificultades", explicó Silva.
Además el satélite tendrá fines militares y se espera que responda a las necesidades de comunicación de las Fuerzas Armadas.
Por otra parte, el Gobierno realizará concesiones de frecuencias de telefonía de cuarta generación con el fin de extender el acceso a internet de alta velocidad en dispositivos móviles
El lanzamiento del satélite deberá ser realizado fuera de Brasil, ya que las bases con que cuenta el país, Alcántara y Barrera do Inferno, no cuentan con la tecnología necesaria para impulsar un satélite a la órbita geoestacionaria.
El lanzamiento del satélite deberá ser realizado fuera de Brasil, ya que las bases con que cuenta el país, Alcántara y Barrera do Inferno, no cuentan con la tecnología necesaria para impulsar un satélite a la órbita geoestacionaria. Además, el ministro Paulo Bernardo Silva enfatizó que el satélite pesará cerca de seis toneladas, lo cual supera la capacidad de la estación Alcántara.
En 1985 Brasil lanzó el primer satélite de comunicaciones de Sudamérica, propiedad de la entonces compañía estatal Embratel. En la actualidad Brasil cuenta con dos satélites dedicados a la recolección de datos ambientales y otros tres que comparte con China, cuyos fines también son científicos.