Dos parlamentarios alemanes, el democratacristiano Jürgen Klimke y la cristianosocial Maria Eichhorn, acaban de regresar de Perú y Colombia. Ambos son miembros de la Comisión para la Cooperación económica y el Desarrollo del Bundestag alemán, y en América Latina han querido acercarse a los cultivos de coca y la problemática del tráfico de drogas.
La Deutsche Welle conversó con ellos sobre las impresiones traídas del continente y el trabajo conjunto en esta materia entre los dos lados del Atlántico.
Los cultivos de droga en América Latina se han reducido en los últimos años, pero a cambio se han plantado matas más fructíferas, con lo que la producción no ha variado realmente. ¿Qué se puede hacer desde la cooperación al desarrollo alemana y europea para contribuir a minimizar la cantidad de droga que sale de Latinoamérica?
Jürgen Klimke- Nosotros creemos que la única estrategia válida es la de apostar por las economías alternativas, lo que debería potenciarse aún más en el futuro. Además, el trabajo de la Agencia Alemana para la Cooperación Técnica (GTZ) debería reforzarse, Naciones Unidas invertir más en la lucha contra el tráfico de droga y, por último, a nivel de la Unión Europea es importante que le prestemos más atención al tema, por ejemplo, nombrando un comisario de Drogas, o a alguien en quien recayese esa competencia.
Bildunterschrift: Großansicht des Bildes mit der Bildunterschrift: Los palmitos podrían ser una alternativa al cultivo de coca.Cuando habla de economías alternativas, ¿a cuáles se refiere y qué posibilidades tienen de éxito?
Klimke- Por una parte, al cultivo de productos agrícolas alternativos, como puede ser palmito, la miel, el cacao
Pero también a potenciar el sector servicios, por ejemplo el turismo ecológico, que se adaptaría muy bien a la región. O los productos fabricados a mano, como las telas.
Pero, ciertamente, todo eso funciona sólo si la venta está asegurada. El dinero del cambio de la plantación de droga a una fuente económica alternativa tiene que llegar a la gente y permitirle vivir.
¿Abriría Europa su mercado agrícola a esos productos?
Klimke- Ese es un punto que debería formar parte de las negociaciones bilaterales con esos países y que tendríamos que apoyar más decididamente.
Bildunterschrift: Großansicht des Bildes mit der Bildunterschrift: Según un último informe, 4,5 millones de europeos consumen coca.¿Cuál es la situación actual del tráfico de drogas desde América Latina hacia Europa, teniendo en cuenta la fortaleza actual del euro?
Maria Eichhorn- En los dos países latinoamericanos que hemos visitado escuchamos constantemente la misma queja: que el tráfico hacia Europa aumenta, sobre todo a través de España y de la costa noroeste africana. Hace poco nos ha llegado la noticia de que el consumo de cocaína en Europa ha crecido considerablemente en los últimos tiempos, y aquí nos encontramos ante la cuestión de la responsabilidad compartida. En América Latina tienen que combatir la producción de droga, aquí tenemos que combatir el consumo.
¿Qué peticiones les han hecho llegar los gobiernos de Perú y Colombia?
Eichhorn- Han pedido que la lucha contra el tráfico de drogas sea entendida como una cuestión internacional, y que les apoyemos en los intentos por desarrollar las plantaciones alternativas.
Klimke- Y ese deseo de colaboración es muy amplio. El ministro de Defensa peruano nos ha pedido que estudiemos si Alemania podría enviar equipos de radar con los que controlar sus costas y así evitar, o por lo menos dificultar, la salida de la droga a través del mar.
Bildunterschrift: Großansicht des Bildes mit der Bildunterschrift: Unos soldados colombianos destruyen coca incautada.Según su programa de viaje han tenido ustedes oportunidad de observar las plantaciones de coca desde el aire, ¿qué es lo que han visto?
Klimke- Hemos podido ver cómo un paisaje natural, de selva, se interrumpía por la tala de los árboles y el arado. Por el color verde pueden distinguirse desde el aire las plantas de coca. La coca tiene el problema añadido de que desgasta mucho el terreno. Tras siete años, el suelo está tan dañado que pasan décadas antes de que se pueda plantar otra cosa.
Eichhorn- Éste no es sólo un problema de tráfico de droga, sino también un problema ecológico. Cualquiera que consuma cocaína en Europa o en América tendría que tener claro que no sólo se daña a sí mismo, sino que también daña al medio ambiente.
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