Para Chey Garland, la clave del éxito está en las habilidades de la gente. |
Las mujeres tienen cada vez mayor éxito en el mundo empresarial y están cambiando las reglas del juego.
Pero todavía les cuesta mucho llegar a la cima en países como Estados Unidos y el Reino Unido.
En EE.UU., casi la mitad de las empresas privadas son propiedad de mujeres.
Y las empresas que son de mujeres crean empleos a un ritmo dos veces mayor que el del total de las compañías.
Además, emplean a más personas que las 500 principales compañías en su conjunto.
En el Reino Unido se estima que hay más de 600.000 empresas dirigidas por mujeres, que contribuyen cerca de US$263.000 millones al tesoro público.
Motivaciones
Según la empresaria y escritora Margaret Heffernan, las motivaciones de las mujeres en el Reino Unido son diferentes de las de los hombres.
"Las empresarias buscan un lugar donde puedan demostrar su valía en sus propios términos", dice. "Hay datos que indican que las mujeres están dispuestas a correr mayores riesgos con sus carreras que los hombres".
"No es porque sean estúpidas, sino porque están desesperadas: con mucha frecuencia no ven otra vía para encontrar trabajo, y formas de trabajo, que les convenga", señala.
Según ella, las mujeres tienen un estilo de gestión diferente.
"Estas formas de trabajo indican que las viejas nociones corporativas -de las empresas como una guerra, como una máquina, y los líderes impartiendo órdenes- no sirven para las mujeres, que están más interesadas en la orquestación, la empatía y la gestión de relaciones", dice.
Personal
Estas habilidades le han resultado útiles a Chey Garland, directora ejecutiva de Garland Call Centres, en el nordeste de Inglaterra.
Divine Chocolate importa para minoristas británicos. |
La empresa tiene una facturación anual que supera los US$87 millones y emplea a más de 3.000 personas en ocho centros de llamadas en los pueblos de Hartlepool, Stockton y Middlesbrough. Los centros ofrecen servicios como ventas telefónicas, atención al cliente y asistencia técnica a importantes compañías de internet, telecomunicaciones y prestaciones financieras.
En su opinión, el éxito de su empresa se debe a sus inversiones en el personal.
Relaciones
Su propio estilo de gestión se basa en su convicción de que las relaciones que uno establezca pueden resultar útiles.
"Recuerdo que, al principio de mi carrera, un hombre que trabajaba conmigo me decía: 'Te vas a ganar el premio a la que más habla por teléfono. Yo puedo hacer veinte cosas diferentes mientras tú haces una llamada'", cuenta. "Pero él estaba absolutamente equivocado. Yo estaba haciendo un magnífico trabajo de gestión de cuentas a un costo muy bajo: no manejaba a ningún lugar, no salía a almorzar, a lo único que me dedicaba era a conocer gente por teléfono".
"Si uno conoce a las personas, cuando las cosas andan mal se puede hallar una solución".
Empatía
Las destrezas de las empresarias -como tener un buen radar, intuición, capacidad de establecer lazos de empatía, dirigir y no mandar, y hacer varias cosas a la vez sin perderse en los detalles- son también los valores que impulsan a sus compañías, dice Heffernan.
Todavía hay pocas mujeres en las principales juntas directivas. |
"Por supuesto, es posible que sólo se trate de habilidades empresariales normales, que no tengan nada que ver con el sexo de la persona y sí mucho con su talento", señala. "Pero, históricamente, el poder social de las mujeres en los centros de trabajo ha sido bajo y ellas han aprendido a leer entre líneas para garantizar su supervivencia".
"Al faltarles protección institucional, sus carreras dependían de estar en sintonía con los cambios de actitud y de estado de ánimo, ¿y qué mejor preparación puede haber para el mundo irracional, impredecible de los negocios en el siglo XXI?"
Ritmo lento
Sin embargo, para algunas el ritmo del cambio es dolorosamente lento.
Sophie Tranchell es la directora ejecutiva de la empresa de comercio justo Divine Chocolate, que importa barras hechas con cacao de Ghana para minoristas del Reino Unido.
Los salarios de las empresarias se acercan cada vez más a los de sus colegas masculinos. |
Ella trabaja con algunos de los detallistas más importantes del país y siente que está en minoría. "En la actualidad, las diez personas más poderosas en el comercio al por menor son hombres", dice.
"Y uno piensa, bueno, estamos en 2007, ¿por qué sólo hay hombres? ¿Es dirigir un supermercado una actividad específicamente masculina?
"Quizás a las mujeres no les guste la apariencia de esos trabajos, quizás son trabajos demasiado horribles".
De todas maneras, ya los cambios están en camino.
Y cuando lleguen, la transformación de las juntas directivas británicas podría ser profunda.