Parecen gemelos pero no lo son. El de la izquierda es un ser humano, el de la derecha un robot. | La visión de un personaje mitad robot, mitad humano ha alimentado la imaginación de los escritores de ciencia ficción y futurólogos desde hace largo rato. ¿Pero cuán cerca estamos de que esta fantasía se convierta en realidad? Ray Kurzweil, un reconocido inventor y futurista estadounidense de más de cincuenta años -que complementa su dieta diaria con un cóctel de 250 pastillas- está intentando prolongar su vida hasta 2029. Para esa época, confía Kurzweil, la ciencia habrá logrado dos avances cruciales: sabremos cómo funciona la mente humana y se habrán creado computadoras con el mismo poder. Si Kurzweil está en lo cierto, sus implicaciones pueden ser profundas. "En 25 años tendremos la tecnología para recrear la inteligencia humana con una máquina", afirma el inventor. Cuando las computadoras tengan la capacidad del cerebro humano para procesar información, entonces será posible aumentar nuestra inteligencia con implantes de siliconas e incuso transferir a las máquinas los contenidos de nuestras mentes y así conservarlos para siempre. Lo que dice Kurzweil es que dentro de tan sólo unas décadas los humanos, en efecto, podrán volverse inmortales. Tendencias Si bien esta visión suena más a fantasía que a otra cosa, está basada en observaciones minuciosas de las tendencias en el campo de la computación y la neurociencia. La idea de un personaje mitad robot mitad humano ha fascinado desde siempre a los escritores de ciencia ficción. | En 1964, Gordon Moore, fundador de la compañía de chips para computadoras Intel, predijo que el poder de las mismas se duplicaría cada año. Moore tenía razón, y como señala Kurzweil "las computadoras son mil millones de veces más poderosas que un cuarto de siglo atrás y serán mil millones de veces más poderosas que ahora en veinticinco años". Pero mientras que el progreso de las computadoras parece ser más predecible, la neurociencia es un terreno más complejo y controvertido. Para descubrir los secretos de la mente humana, los científicos recurren muchas veces a otras especies, con resultados extraordinarios. En las últimas décadas, el profesor Miguel Nicolelis de la Universidad Duke en Carolina del Norte, Estados Unidos, ha experimentado conectando el cerebro de unos monos a una computadora, para "espiar" sus pensamientos. Para Nicolelis, esta aproximación ha resultado sumamente fértil. "El cerebro era considerado la última frontera, la parte impenetrable, y estamos aprendiendo que en realidad podemos ir allí y leer pensamientos", dice el científico. Nicolelis ha refinado la decodificación de la mente a tal grado que sus monos son capaces de controlar con el pensamiento objetos extraños como brazos robóticos El científico cree que esto nos puede dar una idea de cómo la tecnología puede mejorarnos o incluso transformarnos a medida que "el cerebro está finalmente liberado del cuerpo y puede actuar directamente sobre el mundo. Experimentos con humanos Esta tecnología que lee la mente está siendo utilizada en experimentos con seres humanos. Erik Ramsey, un joven de 23 años, sufrió un accidente automovilístico que lo dejó paralizado del cuello para abajo. No puede moverse, hablar o comer sin ayuda, pero su cerebro está intacto. Ahora, Erik está siendo sometido a una terapia experimental que intenta restaurar su habilidad de hablar conectando su cerebro a una computadora. Cuando Erik piensa un sonido, la computadora lee su actividad cerebral y lo transforma en un sonido real. Hasta el momento Erik y la máquina son capaces de hacer unos pocos sonidos, pero los expertos esperan que en unos años, Erik pueda volver a producir sonidos que le permitan volver a comunicarse. Futuro sombrío Sin embargo, el profesor Hugo de Garis, otro importante científico experto en el campo de la computación, cree que el panorama es sombrío. Según de Garis, en cuestión de años la inteligencia artificial superará a la nuestra por millones. Estos intelectos artificiales serán tan poderosos que parecerán una suerte de "dioses". El temor para de Garis, es que éstos no sean tan benignos. "¿Cómo se sentirán respecto a nosotros, una especie inferior? Nos tratarán como a mosquitos, como a una peste" y simplemente nos eliminarán, concluye el científico. |